*No se puede cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar las velas para llegar a buen puerto. Camelot
Mañana de tour veracruzana.
Un café a la redacción de Notiver. Cargado, para aguantar el ajetreo del día.
Llega Gándara (Alfredo), el antiguo jefe de Medios del gobierno de la fidelidad, que, cuando dejó el encargo de lidiar con reporteros, columnistas y los católicos, se enredó en la alcaldía de Poza Rica, allí donde una vez de un cierto tiempo lejano esa zona tuvo el pozo más productivo del mundo, el Faja de Oro, una mina de oro negro en aquellos tiempos que sirvió para que se construyera la famosísima Quinta Avenida de Nueva York, con dinero nuestro. Ya ven ustedes cómo son los gringos de habilones.
Gándara no aportó nada. Ningún tip ni nada.
Es el alcalde consentido del duartismo. Después de Manzur, Carolina, Elizabeth, Zita Pazzi, Theurel, Paco Portilla, el muñeco Silva, Chahin y hasta Tito Delfín, el panista de Tierra Blanca. Luego va Gándara. En ese sitio.
Venia de la Cumbre de los alcaldes del WTC, donde entronizaron a Manzur como su presidente y rey y donde a Carolina le dieron asiento en ese presídium más grande que la cancha donde camina Cristiano Ronaldo, el Santiago Bernabéu: 90 a 120 metros de largo y de 45 a 90 de ancho.
Así era ese presídium donde el ‘candomas’ (lenguaje de la Huaca que significa, mandón, chingón) lo era Eruviel Ávila Villegas, por ser el delfín de Peña Nieto.
Peña Nieto andaría en Veracruz posando no para la revista ‘Quién’ ni TV Novelas. Posaba para los anuncios de su campaña, y lo haría en La Parroquia de Veracruz y en San Juan de Ulúa. Aguas con San Juan de Ulúa, allí estuvo de distinguido invitado, Chucho el Roto.
Una noticia brincaba en el diario de los veracruzanos, el síndico único de Veracruz, un hombre de Forbes y que se habla de tú con Slim cuando lo ve, había sido expulsado de la cancha por rudo y por juego peligroso. Y el honorable (así, con hache en chiquita) Congreso local le dio unas vacaciones VTC (Viaje Todo Consentido), para que la reina Sofía Carolina gobierne como la Thatcher, con mano de hierro.
Comida de pisa y corre con Siles, en El Gaucho, donde siempre con ojo avizor cuida la caja registradora, con su familia, me imagino sus hijas.
Le saludo. Ahora no me acompañaron los dos únicos futbolistas que trato: ‘Perro’ Uribe y ‘Papicha’ Solar. Lo hicieron Rico, Castro y Roque, y mi hijo Juan Carlos.
‘Perro’ presume que jugaba en sus tiempos mozos del Ilustre Instituto Veracruzano del Puerto. ‘Papicha’, dizque metía los penaltis de palomita.
Conozco a dos grandes: a Messi porque lo vi debutar en el Camp Nou, aquella vez de agosto de 2005, que anduve y andé por Barcelona.
Conozco también a Ronaldo Cristiano de a lejitos, pues le vi hacer, en enero del año pasado, tres goles en el mismo Santiago Bernabéu, con Pepe Aranda y el amigo Rico que no es rico, y Chava Partida, quien nos vende el gas en Orizaba.
MAÑANA CALUROSA
Abandonamos El Gaucho y vamos a la Ford de Lafragua, la que dirige el buen Said ‘Sadam’ Ferrer, gerente de ese grupo que se distingue por vender buenos autos. No es comercial, pero parece.
Mañana que aparecen las listas de Schindler de Peña Nieto, donde no hay veracruzanos.
Un analista político del DF, me dice que los priístas se cayeron 3 puntos cuando se supo y se publicó la ‘lista de los listos’. Va: “Ni en el CEN ni en el equipo de campaña ni en las ‘pluriabominables’ hay veracruzanos”.
¿Qué te pasa Peña Nieto? ¿Quieres que el PAN gane Veracruz?, dijo enojao.
En el 11 de nuestra zona va un talibán, Murat, veracruzano tuxtequeño o de Juchitán. No mammy blue Peña Nieto. ¿Te cayó mal el café de La Parroquia? ¿Qué se le debe al talibán mayor, José Murat, para que el hijo engalane esas listas por nuestra zona? Sólo faltó incluir a lo que queda de Enrique Jackson. Sigue la iraquización del sureste y es la ‘Granboa’, un tipo repudiable, conocido como Emilio Gamboa Patrón, el que alentó esos arreglos cochinones y dejó a los veracruzanos viendo pasar a las estrellas. Corrijo. Hay uno, Aldana (Ricardo), extesorero de Pemex, oriundo de esta zona de las altas montañas, que sufrió apuros en aquel llamado escándalo ‘Pemexgate’, en tiempos de Labastida.
SI LO SABE DIOS QUE LO SEPA EL HOLA
Un día antes comí en Orizaba con Pepe Yunes Zorrilla, un joven político que aspira a ser senador de Veracruz. Un verdadero campeón de elecciones, que ya vivió seis contiendas, suplente y titular, donde sólo perdió una, va por la revancha. Unas fotos de la agencia ‘Fotojarocha’ me hizo famoso por minutos, porque la fama suele alcanzar a aquellos que están pensando en otras cosas, como a mí me ocurrió cuando el fotógrafo nos inmortalizó. Pepe es de la sangre joven que este estado va a necesitar.
Ya tarde por la tarde, me asomé a la tienda de Slim. Por cerca de 200 pesos compré el libro de Alberto Tavira: ‘Las mujeres de Peña Nieto’.
Enrique El Hermoso es como Clinton, según lo retrata el escritor. O como JFK cuando arrinconaba a la Marilyn. O como Pancho Villa, bueno pa´ las mujeres (¿Oye tú, Francisco Villa, qué dice tú corazón?)
Libro de 150 páginas que se lee en una sentada, y que bien hubiera escrito un redactor de revista de sociales, como lo hizo Tavira. Un Jaime Peñafiel de la revista ‘Quién’. Los amores del nenorro, desde la primera hasta llegar a ‘la gaviota’. Desde el hijo pequeño que perdió, procreado con Yessica de la Madrid, por un cáncer brutal, al recién nacer, hasta el otro que tuvo con Maritza Díaz Hernández, y llegar a Rebecca Solano, a la que conoció en una fiesta en la casa de Bernardo Gómez, magnate de Televisa, para corroborar aquella versión y tesis de que Televisa le presentaba a las nenorras de buenos bigotes, lo que enfadó a Mónica, su fallecida esposa.
“Me confieso: tuve dos hijos fuera de matrimonio. Uno murió de cáncer; el otro, vive”, reconoció el exgobernador.
Un libro que contiene fotos amorosas del candidato presidencial, en Colima, Hong Kong, la Muralla China, al lado de las mujeres que ha amado, como tema de los Hermanos Castro: ‘A las mujeres que yo amé / que entraron en mi corazón / compuse una canción / que les dedicaré / a las mujeres que yo amé’.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
Llega Gándara (Alfredo), el antiguo jefe de Medios del gobierno de la fidelidad, que, cuando dejó el encargo de lidiar con reporteros, columnistas y los católicos, se enredó en la alcaldía de Poza Rica, allí donde una vez de un cierto tiempo lejano esa zona tuvo el pozo más productivo del mundo, el Faja de Oro, una mina de oro negro en aquellos tiempos que sirvió para que se construyera la famosísima Quinta Avenida de Nueva York, con dinero nuestro. Ya ven ustedes cómo son los gringos de habilones.
Gándara no aportó nada. Ningún tip ni nada.
Es el alcalde consentido del duartismo. Después de Manzur, Carolina, Elizabeth, Zita Pazzi, Theurel, Paco Portilla, el muñeco Silva, Chahin y hasta Tito Delfín, el panista de Tierra Blanca. Luego va Gándara. En ese sitio.
Venia de la Cumbre de los alcaldes del WTC, donde entronizaron a Manzur como su presidente y rey y donde a Carolina le dieron asiento en ese presídium más grande que la cancha donde camina Cristiano Ronaldo, el Santiago Bernabéu: 90 a 120 metros de largo y de 45 a 90 de ancho.
Así era ese presídium donde el ‘candomas’ (lenguaje de la Huaca que significa, mandón, chingón) lo era Eruviel Ávila Villegas, por ser el delfín de Peña Nieto.
Peña Nieto andaría en Veracruz posando no para la revista ‘Quién’ ni TV Novelas. Posaba para los anuncios de su campaña, y lo haría en La Parroquia de Veracruz y en San Juan de Ulúa. Aguas con San Juan de Ulúa, allí estuvo de distinguido invitado, Chucho el Roto.
Una noticia brincaba en el diario de los veracruzanos, el síndico único de Veracruz, un hombre de Forbes y que se habla de tú con Slim cuando lo ve, había sido expulsado de la cancha por rudo y por juego peligroso. Y el honorable (así, con hache en chiquita) Congreso local le dio unas vacaciones VTC (Viaje Todo Consentido), para que la reina Sofía Carolina gobierne como la Thatcher, con mano de hierro.
Comida de pisa y corre con Siles, en El Gaucho, donde siempre con ojo avizor cuida la caja registradora, con su familia, me imagino sus hijas.
Le saludo. Ahora no me acompañaron los dos únicos futbolistas que trato: ‘Perro’ Uribe y ‘Papicha’ Solar. Lo hicieron Rico, Castro y Roque, y mi hijo Juan Carlos.
‘Perro’ presume que jugaba en sus tiempos mozos del Ilustre Instituto Veracruzano del Puerto. ‘Papicha’, dizque metía los penaltis de palomita.
Conozco a dos grandes: a Messi porque lo vi debutar en el Camp Nou, aquella vez de agosto de 2005, que anduve y andé por Barcelona.
Conozco también a Ronaldo Cristiano de a lejitos, pues le vi hacer, en enero del año pasado, tres goles en el mismo Santiago Bernabéu, con Pepe Aranda y el amigo Rico que no es rico, y Chava Partida, quien nos vende el gas en Orizaba.
MAÑANA CALUROSA
Abandonamos El Gaucho y vamos a la Ford de Lafragua, la que dirige el buen Said ‘Sadam’ Ferrer, gerente de ese grupo que se distingue por vender buenos autos. No es comercial, pero parece.
Mañana que aparecen las listas de Schindler de Peña Nieto, donde no hay veracruzanos.
Un analista político del DF, me dice que los priístas se cayeron 3 puntos cuando se supo y se publicó la ‘lista de los listos’. Va: “Ni en el CEN ni en el equipo de campaña ni en las ‘pluriabominables’ hay veracruzanos”.
¿Qué te pasa Peña Nieto? ¿Quieres que el PAN gane Veracruz?, dijo enojao.
En el 11 de nuestra zona va un talibán, Murat, veracruzano tuxtequeño o de Juchitán. No mammy blue Peña Nieto. ¿Te cayó mal el café de La Parroquia? ¿Qué se le debe al talibán mayor, José Murat, para que el hijo engalane esas listas por nuestra zona? Sólo faltó incluir a lo que queda de Enrique Jackson. Sigue la iraquización del sureste y es la ‘Granboa’, un tipo repudiable, conocido como Emilio Gamboa Patrón, el que alentó esos arreglos cochinones y dejó a los veracruzanos viendo pasar a las estrellas. Corrijo. Hay uno, Aldana (Ricardo), extesorero de Pemex, oriundo de esta zona de las altas montañas, que sufrió apuros en aquel llamado escándalo ‘Pemexgate’, en tiempos de Labastida.
SI LO SABE DIOS QUE LO SEPA EL HOLA
Un día antes comí en Orizaba con Pepe Yunes Zorrilla, un joven político que aspira a ser senador de Veracruz. Un verdadero campeón de elecciones, que ya vivió seis contiendas, suplente y titular, donde sólo perdió una, va por la revancha. Unas fotos de la agencia ‘Fotojarocha’ me hizo famoso por minutos, porque la fama suele alcanzar a aquellos que están pensando en otras cosas, como a mí me ocurrió cuando el fotógrafo nos inmortalizó. Pepe es de la sangre joven que este estado va a necesitar.
Ya tarde por la tarde, me asomé a la tienda de Slim. Por cerca de 200 pesos compré el libro de Alberto Tavira: ‘Las mujeres de Peña Nieto’.
Enrique El Hermoso es como Clinton, según lo retrata el escritor. O como JFK cuando arrinconaba a la Marilyn. O como Pancho Villa, bueno pa´ las mujeres (¿Oye tú, Francisco Villa, qué dice tú corazón?)
Libro de 150 páginas que se lee en una sentada, y que bien hubiera escrito un redactor de revista de sociales, como lo hizo Tavira. Un Jaime Peñafiel de la revista ‘Quién’. Los amores del nenorro, desde la primera hasta llegar a ‘la gaviota’. Desde el hijo pequeño que perdió, procreado con Yessica de la Madrid, por un cáncer brutal, al recién nacer, hasta el otro que tuvo con Maritza Díaz Hernández, y llegar a Rebecca Solano, a la que conoció en una fiesta en la casa de Bernardo Gómez, magnate de Televisa, para corroborar aquella versión y tesis de que Televisa le presentaba a las nenorras de buenos bigotes, lo que enfadó a Mónica, su fallecida esposa.
“Me confieso: tuve dos hijos fuera de matrimonio. Uno murió de cáncer; el otro, vive”, reconoció el exgobernador.
Un libro que contiene fotos amorosas del candidato presidencial, en Colima, Hong Kong, la Muralla China, al lado de las mujeres que ha amado, como tema de los Hermanos Castro: ‘A las mujeres que yo amé / que entraron en mi corazón / compuse una canción / que les dedicaré / a las mujeres que yo amé’.
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