Turismo y ficción Por: Alfredo Bielma Villanueva

CAMALEON

25 de Marzo del 2012

Mientras la Secretaría de Turismo del gobierno federal informó que durante el reciente fin de semana largo se movilizarían en el territorio mexicano casi dos millones de paseantes, en los estados de la república con vocación turística, pasado ya el evento, se publican cifras relativas al número de visitantes y la derrama económica que generó al sector turístico de cada entidad. Por caso, la Secretaria de Fomento Turístico del estado de Guerrero cuyo titular, Graciela Báez, se congratula del “arribo masivo de turistas” a las playas de ese estado pues estima que llegaron a Acapulco, Ixtapa, Zihuatanejo y Taxco un total de 108 mil turistas. Según sus cálculos se captaron cerca de 266 millones de pesos como derrama económica y hubo una ocupación del 63%. (El Universal 18 de marzo).

Para el puerto de Acapulco se habla de una afluencia de 75 mil turistas y 175 millones de pesos en derrama económica, para Zihuatanejo e Ixtapa de una ocupación hotelera de 60% con derrama económica de 85 millones de pesos. Para Taxco se calculó en tres mil el número de visitantes, con derrama de cinco millones de pesos.

En Can Cun, en donde el ramo turístico es asunto mayor, al día 23 aún no tenían una estimación precisa pero calculan en decenas de millones de ¿dólares? la captación por concepto del gasto que generan miles de turistas de todas las nacionalidades y uno que otro mexicano.

En utopía sería un axioma asegurar que las autoridades de turismo en Quintana Roo deberían pedir asesoría a los encargados del turismo en Veracruz, porque es increíble que a estas alturas allá aún no sepan cuánto es la derrama económica originada por los miles de turistas de todo el orbe que llegan a sus playas, cuando en Veracruz se sabe por anticipado el número de visitantes y la derrama económica que generan. Aunque, claro, algún error habría que haber pues es de humanos errar, por ejemplo si bien se habló en un principio que para la Cumbre Tajín se esperaba el arribo de 400 mil paseantes, al final hubo cien mil más que no resistieron la tentación de llegar a Papantla y sus alrededores. Nada menos que, según el cuento, captamos el 25% de los dos millones de turistas que se movieron en todo México durante el fin de semana largo; y solo para la Cumbre Tajín pues a eso habrá que añadir los que llegaron a los otros destinos turísticos de Veracruz. Con estas cifras ¿que nos duran Acapulco-que fuera paradigma turístico de México- Zihuatanejo, Ixtapa y Taxco con todo y sus cientos de hoteles, pues nosotros, con las docenas de hoteles que tenemos en Papantla y sus alrededores albergamos a los miles de visitantes?

Porque, haciendo gala del refrán de que en Veracruz el más chimuelo masca plomo, la gente que “trabaja” en Turismo ya calculó que para Semana Santa Veracruz “espera recibir a 4 millones de visitantes”, es decir un poco más de la mitad de los habitantes que tiene este estado, ¡una maravilla que nos visite tanto turismo! En toda esta algarabía de cifras, el mensaje subliminal quiere decir que somos unos “trinchones” en turismo y para organizar los festejos. Así, organizamos “el mejor Carnaval de Veracruz” de todos los tiempos, las mejores Fiestas de la Candelaria en muchos años y, en la corta historia de La Cumbre Tajín, esta ha sido “la mejor”.

Pero, después de la fiesta vienen los números de la verdad, esos que hablan del costo-beneficio, de lo que se invirtió, de las utilidades, allí es donde se tuercen las cosas. Porque del Carnaval “más vistoso” que nunca la relación entre los cuarenta millones de pesos invertidos, más lo recaudado por derechos e impuestos, comisiones etc. hasta ahora no se ha reportado ganancia alguna; de La Candelaria, que pasó con la pena y la gloria de todos los años no se habló mucho. Lo de El Tajín, después del festejo, adviene la cruda realidad, pues ahora tendrán que explicarles a los dirigentes de las comunidades indígenas del totonacapan adonde se van a invertir las utilidades del reciente agasajo cultural que propinamos a 500 mil personas.

En el anterior gobierno se nos dijo que de todo el mundo querían venir a Veracruz para conocer las maravillas turísticas que ofertamos; incluso dos secretarios de ese equipo se dieron un “re-mojón” en las playas de la conurbación para demostrar (¿?) que no están contaminadas y que son aptas para disfrutarlas, independientemente de los hilillos de aguas negras que allí se vierten. Su triste motivación habrán tenido para darse el risible chapuzón, que seguramente provocó una sarcástica risa de su entonces jefe. Pero eso quedó para la anécdota, sin embargo, los prestadores de servicios turísticos del estado de Veracruz, lo mismo en Cabo Rojo que en Costa Esmeralda, en la conurbación Veracruz- Boca del Río que en los Tuxtlas, al igual que en ciudades como Córdoba, Xalapa y Orizaba, siguen a la espera de un serio programa de promoción y fomento turístico que le proporcione un incremento en la ocupación hotelera, y para recibir, junto con el que ya viene, a un tipo de turista que genere mayor derrama económica. Lo demás, las hiperbolizadas cifras de visitantes son sueños guajiros, poco serios, que para nada engañan.

alfredobielmav@hotmail.com    otero ciudadano