Interesante lo que se esta destapando en el gobierno del DF,
curioso que suceda una vez que San Andrés, limpio, impoluto, virgen y mártir ha
salido del PRD. Triste que las
acusaciones y pruebas de corrupción de los gobernantes mexicanos generalmente
vengan del extranjero. Extraño e intervencionista destape de cloacas
nacionales, oportuno para intereses fuera de las fronteras.
Vamos por partes. En estos
días, surge el escándalo de negocios fraudulentos en la secretaría de seguridad
pública del DF y la Federal, por compra de patrullas a unos sobreprecios
brutales. La información llega a México vía la Security Exchange Comission del
ministerio de justicia americano, y de un subcomité del senado que investiga
prácticas monopólicas y de corrupción.
En resumen, se rentaron patrullas y motocicletas por 36 meses, y
se pagó la friolera de un millón con 23 mil pesos por cada patrulla, cuando
hubieran costado nada más $320,000.00 si las hubieran comprado. Lo cual
significa que en lugar de pagar 320 mil pesos y hacerlas propias, se rentaron
por poco más de un millón. Esta actitud de corrupción generó ingresos por
setecientos mil pesos por cada patrulla, y como fueron mil patrullas, la
utilidad de este acto de corrupción llegó a los setecientos millones de pesos.
Nada más una muestra de cómo se hacen los negocios en el gobierno del DF, con
el inmaculado Marcelo Ebrard a la cabeza, y con Mondragón y Kalb a cargo de la
SSPDF.
Al SAT se descubrió que las mismas empresas que atendieron al
gobierno del DF le vendieron 285 camionetas Pick Up, en 176 millones de pesos,
cuando su valor andaba sobre los 115 millones. Es decir a alguien en el SAT le
sobraron 61 millones de pesos por comprar esas camionetas.
Situaciones similares han salido a la luz en las compras que ha
realizado la secretaría de seguridad publica federal al mando de Don Genaro
García Luna.
Aquí tenemos tres dependencias, una del gobierno del DF y otras
dos federales en actos claros de corrupción.
Como antes nos enteramos de unos contratos de PEMEX muy extraños y sin
licitación, y como supimos también de el mantenimiento de los aviones de
presidencia, que se pagó pero nunca se efectúo.
Y que decir de la estela de luz y su fraude por todo México conocido,
así como tantos y tantos más casos.
Triste es resaltar que la corrupción en México se ha convertido en
moneda de cambio y arma para los americanos, pues ellos destapan las cloacas
que consideran adecuadas según el momento político y la presión que desean
ejercer sobre tal o cual gobierno local o federal. Triste sobre todo que igual que con la
entrada de las armas a México, estemos esperando que los americanos nos digan
en que estamos mal, en lugar de resolver nosotros mismos nuestros problemas,
siendo el principal la terrible corrupción que como plaga apocalíptica azota
nuestro país.
Ahora solo falta enterarnos que parte de los setecientos millones
del fraude capitalino fueron a dar a la última campaña del rayito de la
esperanza. Quien en ese caso, negará
conocer de dónde vino el dinero, y dirá que simplemente lo utilizó por el bien
de México. Total, el dinero sucio, al tocar sus manos se convierte en limpio,
ya que su pureza alcanza todo lo que toca.
Cambiando de tema. Que ridículo hicieron los que le aventaron los
huevazos a Adela Micha. Cierto que no
era la periodista idónea para recibir el doctorado honoris causa, pero de ahí a
mostrar una intolerancia digna del medioevo hay mucha distancia. Esto se ha convertido en un aviso para todos
los mexicanos, pues el fundamentalismo ideológico y el fanatismo están
permeando cada vez más en la sociedad mexicana.
Ideología y religión, fundamentalismo y fanatismo, hacen una mezcla
altamente explosiva. Que pena que
denigren así al movimiento 132, convirtiéndolo en un refugio de intolerantes,
ignorantes, prepotentes y arbitrarios, en lugar de personas inteligentes que
buscan el cambio mediante el diálogo y la presión social.
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