EL SISMO
Al teclear esta columna, escrita cada mañana cómo se puede, un temblor agita conciencias y cuerpo. En el segundo piso se siente como si se bailara la lambada. Mareado y con poco control, busco las escaleras. Demora. Las lámparas se agitan. Las comunicaciones se interrumpen. El exceso de llamadas hace imposible que funcionen los Nextel y Celulares. Se busca a la familia. Las páginas de internet de los diarios defeños se caen. La tele no. Veo los altos edificios y no hay daño. Los gringos dicen que fue de 7.9. La verdad estuvo durísimo. Salgo a la calle. Mucha gente en las banquetas, a media calle para evitar caídas de cables de alta tensión. El miedo siempre vivirá con uno. Esta es zona de temblores, aquí nos pegó uno en agosto de 1973 que mató gente y tiró edificios. Bueno, hubo noticias del extranjero que aseguraban que la ciudad había desaparecido. Fue llamado ‘El Terremoto de Orizaba’ (7.3 entre oscilatorio y trepidatorio), hizo venir al presidente Echeverría unos días después. Las cúpulas de las iglesias yacían al suelo. El Teatro Llave casi derruido. Fue muy de madrugada (4.53), a todos nos atrapó dormidos. Esa historia, cada que hay un temblor, llega a nuestra mente y nos apanica al revivir aquella destrucción.
LICHO BRAVO PORTUGAL
Apenas fui a una comida a Veracruz, de las de pisa y corre, con Licho Bravo Portugal, médico, exalcalde de Otatilán (1957-1959), pueblo de las llanuras del Sotavento, Licho a sus 81 años conserva la lucidez y la fuerza de la plática. Fue además dirigente sindical del IMSS, donde dejó buena huella. Lila y mis hermanas y mis hijas y unos amigos terciaban en la comida. Con su esposa, su hija y su yerno, Licho anecdotaba al pueblo, a esa Cuenca del Papaloapan que ha dado hombres ilustres como el poeta Francisco Aguirre Beltrán, decimero, un hombre de cultura y letras, de quien Guillermo Cházaro, dedicó un poema: “Francisco Aguirre Beltrán / Por el arte y por la ciencia / Tu nombre con reverencia / Unimos a Otatitlán”.
Con Licho, conocedor de grandes cosas, rememoramos pasajes de la vida orizabeña, que nos llevó al recuerdo del Padre Rúa, un hombre de bien que habitó estas tierras, amigo del otro Alemán, el padre del cachorro del Canal de las Estrellas, del cual era tanta su influencia para apaciguar y apagar fuegos sindicales que, en aquellos tiempos que aquí peleaban como israelitas y palestinos, Rúa los sentaba en misa de doce a un bando en las bancas de la derecha, al otro en las de la izquierda. Signo de aquellos tiempos.
LOS PARQUIMETROS
El emirato orizabeño arrancó con parquímetros en el centro histórico de la ciudad. Tiene sus pros y sus contras, los pros son que a la república árabe unida le cae un dinero que no es nada menor, 15 mil pesos diarios, declaró el sindico Castelán, el que lleva las cuentas en un Abaco. Hace nada hablé con él, dijo que expandirán el programa y que llegará hasta la Alameda y por dónde se pueda. Que la lana ya les gustó. El otro pro es que, a dios gracias, las mordelonas grúas han dejado de aparecer tanto en el centro. Tenían los grueros unas ansias de comer, que levantaban lo que podían como mordelones hambrientos. Tiene en contra, que la ciudad dejó de ser, en el centro, un remanso de paz, con autos estacionados ahora se ve horrible, diría Eugenio Derbéz, y los embotellamientos a la orden del día.
LOS FONDOS
Otra: Se comenta que el dinero no debe ser utilizado para el DIF en su totalidad. El dinero debe canalizarse a quienes lo pagan. Hay mucho por hacer, el circuito de la Norte 13 que lleva a Plaza Valle, está para llorar, requiere de levantarse todo el pavimento y encementar. Así están muchas calles y banquetas que están siendo muy descuidadas por obras publicas. Ese dinero, que pagan los automovilistas, debe regresárseles en buenas calles por donde transitar. Todo porque leí que el gobierno de Marcelo Ebrard, en el DF, pondrá mas parquímetros en Polanco, aunque allá lo operan bajo otro esquema: 50 por ciento para la permisionaria (indebido, esos fondos los deben manejar los ayuntamientos); 30 por ciento para los colonos, a los que se les reembolsa en luminarias, balizamiento de pasos peatonales, guarniciones y jardinería, y el 20 por ciento lo destina el gobierno a equipamiento de seguridad, patrullas, policías, etc.
PRESIDENTE AGRADECIDO
No hay nada como un presidente agradecido. Alguien que reconozca a su gente y que la rescate cuando ha sido olvidada y maltratada. Calderón, que es malo para las elecciones de los suyos: perdió la de Cordero, perdió la de la hermana en Michoacán y perdió la interna de su exsecretario de Salud en Guanajuato, allí donde nomás tras lomita se ve Dolores, Hidalgo. Con él estaba. José Ángel Córdova Villalobos, el mejor secretario de Salud de muchísimo tiempo en este gabinete, gran amigo de los veracruzanos, con quienes lidió contra el cochino virus de la influenza (influencia, le decía Tonicho), se le movió su corazoncito y un día renunció a la salud federal para buscar ser candidato a gobernador de Guanajuato. Las fuerzas del mal panistas lo bloquearon. No lo dejaban ni respirar. Los caciques azules cuatreros de ese pueblo, terminaron por derrotarlo, para vergüenza del presidente. Era tanto el prestigio de Córdova, que priístas y perredistas lo querían en su santo seno para esta elección. Para mayor desgracia y vergüenza lo acomodaron en posición plurinominal, la de los ‘nacidos para perder’, los que no llegan. Calderón cubrió una injusticia. Una mañana lo nombró secretario de Educación y aunque sea lo que resta del año, el hombre colaborará ahora buscando beneficios para los mexicanos. Bien por él. Muchos funcionarios así hacen falta en este país: honrados y eficientes.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
Al teclear esta columna, escrita cada mañana cómo se puede, un temblor agita conciencias y cuerpo. En el segundo piso se siente como si se bailara la lambada. Mareado y con poco control, busco las escaleras. Demora. Las lámparas se agitan. Las comunicaciones se interrumpen. El exceso de llamadas hace imposible que funcionen los Nextel y Celulares. Se busca a la familia. Las páginas de internet de los diarios defeños se caen. La tele no. Veo los altos edificios y no hay daño. Los gringos dicen que fue de 7.9. La verdad estuvo durísimo. Salgo a la calle. Mucha gente en las banquetas, a media calle para evitar caídas de cables de alta tensión. El miedo siempre vivirá con uno. Esta es zona de temblores, aquí nos pegó uno en agosto de 1973 que mató gente y tiró edificios. Bueno, hubo noticias del extranjero que aseguraban que la ciudad había desaparecido. Fue llamado ‘El Terremoto de Orizaba’ (7.3 entre oscilatorio y trepidatorio), hizo venir al presidente Echeverría unos días después. Las cúpulas de las iglesias yacían al suelo. El Teatro Llave casi derruido. Fue muy de madrugada (4.53), a todos nos atrapó dormidos. Esa historia, cada que hay un temblor, llega a nuestra mente y nos apanica al revivir aquella destrucción.
LICHO BRAVO PORTUGAL
Apenas fui a una comida a Veracruz, de las de pisa y corre, con Licho Bravo Portugal, médico, exalcalde de Otatilán (1957-1959), pueblo de las llanuras del Sotavento, Licho a sus 81 años conserva la lucidez y la fuerza de la plática. Fue además dirigente sindical del IMSS, donde dejó buena huella. Lila y mis hermanas y mis hijas y unos amigos terciaban en la comida. Con su esposa, su hija y su yerno, Licho anecdotaba al pueblo, a esa Cuenca del Papaloapan que ha dado hombres ilustres como el poeta Francisco Aguirre Beltrán, decimero, un hombre de cultura y letras, de quien Guillermo Cházaro, dedicó un poema: “Francisco Aguirre Beltrán / Por el arte y por la ciencia / Tu nombre con reverencia / Unimos a Otatitlán”.
Con Licho, conocedor de grandes cosas, rememoramos pasajes de la vida orizabeña, que nos llevó al recuerdo del Padre Rúa, un hombre de bien que habitó estas tierras, amigo del otro Alemán, el padre del cachorro del Canal de las Estrellas, del cual era tanta su influencia para apaciguar y apagar fuegos sindicales que, en aquellos tiempos que aquí peleaban como israelitas y palestinos, Rúa los sentaba en misa de doce a un bando en las bancas de la derecha, al otro en las de la izquierda. Signo de aquellos tiempos.
LOS PARQUIMETROS
El emirato orizabeño arrancó con parquímetros en el centro histórico de la ciudad. Tiene sus pros y sus contras, los pros son que a la república árabe unida le cae un dinero que no es nada menor, 15 mil pesos diarios, declaró el sindico Castelán, el que lleva las cuentas en un Abaco. Hace nada hablé con él, dijo que expandirán el programa y que llegará hasta la Alameda y por dónde se pueda. Que la lana ya les gustó. El otro pro es que, a dios gracias, las mordelonas grúas han dejado de aparecer tanto en el centro. Tenían los grueros unas ansias de comer, que levantaban lo que podían como mordelones hambrientos. Tiene en contra, que la ciudad dejó de ser, en el centro, un remanso de paz, con autos estacionados ahora se ve horrible, diría Eugenio Derbéz, y los embotellamientos a la orden del día.
LOS FONDOS
Otra: Se comenta que el dinero no debe ser utilizado para el DIF en su totalidad. El dinero debe canalizarse a quienes lo pagan. Hay mucho por hacer, el circuito de la Norte 13 que lleva a Plaza Valle, está para llorar, requiere de levantarse todo el pavimento y encementar. Así están muchas calles y banquetas que están siendo muy descuidadas por obras publicas. Ese dinero, que pagan los automovilistas, debe regresárseles en buenas calles por donde transitar. Todo porque leí que el gobierno de Marcelo Ebrard, en el DF, pondrá mas parquímetros en Polanco, aunque allá lo operan bajo otro esquema: 50 por ciento para la permisionaria (indebido, esos fondos los deben manejar los ayuntamientos); 30 por ciento para los colonos, a los que se les reembolsa en luminarias, balizamiento de pasos peatonales, guarniciones y jardinería, y el 20 por ciento lo destina el gobierno a equipamiento de seguridad, patrullas, policías, etc.
PRESIDENTE AGRADECIDO
No hay nada como un presidente agradecido. Alguien que reconozca a su gente y que la rescate cuando ha sido olvidada y maltratada. Calderón, que es malo para las elecciones de los suyos: perdió la de Cordero, perdió la de la hermana en Michoacán y perdió la interna de su exsecretario de Salud en Guanajuato, allí donde nomás tras lomita se ve Dolores, Hidalgo. Con él estaba. José Ángel Córdova Villalobos, el mejor secretario de Salud de muchísimo tiempo en este gabinete, gran amigo de los veracruzanos, con quienes lidió contra el cochino virus de la influenza (influencia, le decía Tonicho), se le movió su corazoncito y un día renunció a la salud federal para buscar ser candidato a gobernador de Guanajuato. Las fuerzas del mal panistas lo bloquearon. No lo dejaban ni respirar. Los caciques azules cuatreros de ese pueblo, terminaron por derrotarlo, para vergüenza del presidente. Era tanto el prestigio de Córdova, que priístas y perredistas lo querían en su santo seno para esta elección. Para mayor desgracia y vergüenza lo acomodaron en posición plurinominal, la de los ‘nacidos para perder’, los que no llegan. Calderón cubrió una injusticia. Una mañana lo nombró secretario de Educación y aunque sea lo que resta del año, el hombre colaborará ahora buscando beneficios para los mexicanos. Bien por él. Muchos funcionarios así hacen falta en este país: honrados y eficientes.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario