Acertijos
*La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente. Camelot.
LA TUMBA DE LORCA
El fusilamiento en plena Guerra Civil de su poeta, Federico García Lorca, el máximo poeta de la Generación del 27, es un tema que aún gravita sobre esas heridas españolas que no terminan de cerrarse. ¿Dónde fue sepultado Lorca?, no se sabe. ¿Adónde sus despojos? ¿Quién lo sabe? Historiadores como Ian Gibson y gente de la zona apuntan a diversos sitios entre el camino de Viznar a Alfacar, junto a un olivo, donde el poeta fue fusilado el 16 de agosto de 1936, y su cuerpo permanece en una fosa común anónima junto con los restos de un maestro de escuela, Diócolo Galindo y dos banderilleros ejecutados con él, Francisco Galadí y Joaquin Alcollas.
El sitio no lo encuentran, por más que lo busquen. La familia de Lorca ha pedido que lo dejen descansar en paz, dónde lo fusilaron las bestias.
Cuando llegaron los tiempos de iniciar la Ley Memoria Histórica, y el juez Baltasar Garzón abrió esperanzas de encontrar a esas víctimas sepultadas anónimamente, entre ellas el gran Federico, todos se movieron. Los jueces dieron la prioridad a los juzgados locales para que ellos dieran órdenes de excavaciones.
Así lo hicieron en busca de los restos de Lorca, sin hallarlos.
La Junta de Andalucía subvencionó en 2009 excavaciones en el parque de Alfacar que lleva el nombre del poeta. Familiares de las víctimas lo habían solicitado. Tras meses de trabajo no se hallaron restos y los investigadores concluyeron que nunca hubo enterramientos en la zona investigada.
SUSPENDIDA EXHUMACION
Ayer me entero, en el diario El País, que un juzgado de Granada archiva la causa de la exhumación de la fosa de Alfacar (Granada) de Lorca.
O sea, a dejarlo descansar en el mismo sitio donde hace 76 años fue cobardemente fusilado. Yo me acordé del señero poema de Antonio Machado. Lo leí de nuevo. ‘El crimen fue en Granada. A Federico García Lorca’. He aquí un extracto
‘Se le vio, caminando entre fusiles / por una calle larga,
salir al campo frío / aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico / cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos / no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos; rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada’.
Se le vio caminar... Labrad, amigos, de piedra y sueño en el Alhambra, un túmulo al poeta, sobre una fuente donde llore el agua, y eternamente diga:
El crimen fue en Granada, ¡en su Granada!
LOS GRANDES IDOLOS
Hace nada comenté de los apuros en la niñez de los deportistas. Más de los futbolistas. Un deporte que uno cree que cuando son figuras nunca han padecido nada.
Han padecido todo, pobreza y alejamiento de la familia.
Refleja lo que dijera Armando Maradona: “Yo crecí en un barrio privado de Buenos Aires. Privado de agua, de luz y de teléfono”.
Andrés Iniesta, Botín de Oro de este año, contó al diario El País el sufrimiento cuando de chico, a los 12 o 13 años (voy de memoria a los datos), sus padres lo llevaron a La Masia del Barcelona, esa casa-escuela donde los dejan como prospectos del futbol y el club se hace cargo de su manutención. Iniesta cuenta que sus padres, cuando le dejaron, lloró, de chico les necesitaba, de chico les extrañaba, y cuando cada quince días le veían en los días permitidos, sufría al verles alejarse.
Lionel Messi es un caso único. A los 13 años necesitaba medicina hormonal para crecer. Era cara (1,800 dólares mensuales) y sus padres eran pobres. Fueron al equipo argentino River Plate y ofrecieron su fichaje a cuenta de los medicamentos. No tenían dinero para ello, dijeron en River.
En Barcelona lo aceptaron. Fue la contratación más grande que ha tenido ese club. Le alimentaron, le dieron medicamento y escuela y le formaron a lo que es, el más grande futbolista del mundo. El mejor, el que con su humildad rebasa a todos. Cuando los padres hablaron con la gente del club catalán, firmaron en una servilleta, de eso hace once años, esa servilleta-convenio está en las vitrinas del club engalanando el fichaje. Si el Barcelona quisiera venderlo, Messi tiene un precio de 200 millones de euros. Por si alguien se anima, aunque, si se animan, tampoco se los venden.
Recordé ello porque Andrés Guardado, la estrella mexicana, recién fichado por el Sevilla, en entrevista a ese medio, el reportero preguntó:
¿De qué extracción social procede?
“Media baja. Mi niñez estuvo muy bien, pero bajó en la juventud porque mi padre, contable del mercado de abastos, se quedó sin empleo y mi madre no trabajaba. De un colegio privado religioso y bilingüe, La Salle, pasé a uno público, La 4 Mixta, del Gobierno. Mi vida cambió por completo. Era una educación muy diferente que me permitió relacionarme con gente de todo tipo: había niños de la calle becados, sin padres, y convivíamos; había vándalos que te ofrecían drogas. Aprendí a vivir la vida, lo que no te enseñan en la escuela. Después seguí la Preparatoria [Bachillerato] pagándomela de mi sueldo en el fútbol hasta debutar en Primera a los 18 años. Había empezado en el Atlas Chapalita a los siete. De él pasé a las Fuerzas Básicas [la cantera] y seguí todo el proceso”.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
El fusilamiento en plena Guerra Civil de su poeta, Federico García Lorca, el máximo poeta de la Generación del 27, es un tema que aún gravita sobre esas heridas españolas que no terminan de cerrarse. ¿Dónde fue sepultado Lorca?, no se sabe. ¿Adónde sus despojos? ¿Quién lo sabe? Historiadores como Ian Gibson y gente de la zona apuntan a diversos sitios entre el camino de Viznar a Alfacar, junto a un olivo, donde el poeta fue fusilado el 16 de agosto de 1936, y su cuerpo permanece en una fosa común anónima junto con los restos de un maestro de escuela, Diócolo Galindo y dos banderilleros ejecutados con él, Francisco Galadí y Joaquin Alcollas.
El sitio no lo encuentran, por más que lo busquen. La familia de Lorca ha pedido que lo dejen descansar en paz, dónde lo fusilaron las bestias.
Cuando llegaron los tiempos de iniciar la Ley Memoria Histórica, y el juez Baltasar Garzón abrió esperanzas de encontrar a esas víctimas sepultadas anónimamente, entre ellas el gran Federico, todos se movieron. Los jueces dieron la prioridad a los juzgados locales para que ellos dieran órdenes de excavaciones.
Así lo hicieron en busca de los restos de Lorca, sin hallarlos.
La Junta de Andalucía subvencionó en 2009 excavaciones en el parque de Alfacar que lleva el nombre del poeta. Familiares de las víctimas lo habían solicitado. Tras meses de trabajo no se hallaron restos y los investigadores concluyeron que nunca hubo enterramientos en la zona investigada.
SUSPENDIDA EXHUMACION
Ayer me entero, en el diario El País, que un juzgado de Granada archiva la causa de la exhumación de la fosa de Alfacar (Granada) de Lorca.
O sea, a dejarlo descansar en el mismo sitio donde hace 76 años fue cobardemente fusilado. Yo me acordé del señero poema de Antonio Machado. Lo leí de nuevo. ‘El crimen fue en Granada. A Federico García Lorca’. He aquí un extracto
‘Se le vio, caminando entre fusiles / por una calle larga,
salir al campo frío / aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico / cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos / no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos; rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada’.
Se le vio caminar... Labrad, amigos, de piedra y sueño en el Alhambra, un túmulo al poeta, sobre una fuente donde llore el agua, y eternamente diga:
El crimen fue en Granada, ¡en su Granada!
LOS GRANDES IDOLOS
Hace nada comenté de los apuros en la niñez de los deportistas. Más de los futbolistas. Un deporte que uno cree que cuando son figuras nunca han padecido nada.
Han padecido todo, pobreza y alejamiento de la familia.
Refleja lo que dijera Armando Maradona: “Yo crecí en un barrio privado de Buenos Aires. Privado de agua, de luz y de teléfono”.
Andrés Iniesta, Botín de Oro de este año, contó al diario El País el sufrimiento cuando de chico, a los 12 o 13 años (voy de memoria a los datos), sus padres lo llevaron a La Masia del Barcelona, esa casa-escuela donde los dejan como prospectos del futbol y el club se hace cargo de su manutención. Iniesta cuenta que sus padres, cuando le dejaron, lloró, de chico les necesitaba, de chico les extrañaba, y cuando cada quince días le veían en los días permitidos, sufría al verles alejarse.
Lionel Messi es un caso único. A los 13 años necesitaba medicina hormonal para crecer. Era cara (1,800 dólares mensuales) y sus padres eran pobres. Fueron al equipo argentino River Plate y ofrecieron su fichaje a cuenta de los medicamentos. No tenían dinero para ello, dijeron en River.
En Barcelona lo aceptaron. Fue la contratación más grande que ha tenido ese club. Le alimentaron, le dieron medicamento y escuela y le formaron a lo que es, el más grande futbolista del mundo. El mejor, el que con su humildad rebasa a todos. Cuando los padres hablaron con la gente del club catalán, firmaron en una servilleta, de eso hace once años, esa servilleta-convenio está en las vitrinas del club engalanando el fichaje. Si el Barcelona quisiera venderlo, Messi tiene un precio de 200 millones de euros. Por si alguien se anima, aunque, si se animan, tampoco se los venden.
Recordé ello porque Andrés Guardado, la estrella mexicana, recién fichado por el Sevilla, en entrevista a ese medio, el reportero preguntó:
¿De qué extracción social procede?
“Media baja. Mi niñez estuvo muy bien, pero bajó en la juventud porque mi padre, contable del mercado de abastos, se quedó sin empleo y mi madre no trabajaba. De un colegio privado religioso y bilingüe, La Salle, pasé a uno público, La 4 Mixta, del Gobierno. Mi vida cambió por completo. Era una educación muy diferente que me permitió relacionarme con gente de todo tipo: había niños de la calle becados, sin padres, y convivíamos; había vándalos que te ofrecían drogas. Aprendí a vivir la vida, lo que no te enseñan en la escuela. Después seguí la Preparatoria [Bachillerato] pagándomela de mi sueldo en el fútbol hasta debutar en Primera a los 18 años. Había empezado en el Atlas Chapalita a los siete. De él pasé a las Fuerzas Básicas [la cantera] y seguí todo el proceso”.
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