Las próximas elecciones
están a la vuelta de la esquina. En
México siempre estamos en elecciones. En
todos los años hay alguna elección, nacional, estatal o municipal. El 2013 no
será la excepción para Veracruz, se definirá quienes serán los presidentes
municipales por cuatro años, y también quienes serán los diputados locales por
tres años.
A los ciudadanos les
importa mucho más la presidencia municipal que la diputación, pues el contacto
diario es con los servicios públicos que proporciona el municipio. Limpia pública, agua potable, alcantarillado
y drenaje, registro civil (estatal pero dependiendo del ayuntamiento), policía,
panteones, en algunos casos tránsito. Banquetas, nuevas calles, guarniciones, mantenimiento
de lo que ya hay en el municipio, alumbrado público, crecimiento económico,
empleo, salud, seguridad, etc., son algunos de los requerimientos normales de
los ciudadanos al presidente municipal.
Hasta los medios de
comunicación necesitan del presidente municipal y de su comuna. Vea usted los
diarios, escuche los noticieros radiofónicos, y verá que diariamente dan cuenta
de lo realizado por la comuna, el chisme mas sabroso, o la obra
inaugurada. Si no hay cabildo, muchos
medios no sabrían con que llenar sus páginas locales.
Del presidente municipal depende el avance o
retroceso de un municipio. De su capacidad de liderazgo, de gestión, don de
mando, capacidad administrativa, etc.
Hay presidentes que realizan obra pública pero son rechazados y
despreciados por la ciudadanía. Hay
otros que caen bien y conquistan el corazón de sus gobernados, al grado de
romper con la tradición de ser quemados verbalmente ante la opinión pública en
los últimos meses de su administración y los primeros de la siguiente.
El cabildo importa,
pero cada vez menos, pues los munícipes pueden ignorar sus peticiones, y llevar
a cabo su labor mediante sus empleados de confianza. A ultimas fechas, el
cabildo se ha convertido en dos facciones, la de los ediles del partido
triunfador en la elección, que se convierten en incondicionales aprobadores y
levanta dedos en las sesiones de cabildo, y los de los demás partidos, que
generalmente se oponen a todo, salvo cuando han sido convenientemente
convencido$$$$ de las bondades de apoyar al alcalde en turno.
En la región, el origen
de los candidatos está definido en dos áreas, por un lado, los que vienen de
algún puesto político o cargo público, y por otra parte los que surgen de la
sociedad civil. En lo personal creo
que el presidente municipal debe ser un ciudadano común y corriente, pues
llegará fresco al cargo, con la ventaja adicional de que normalmente no buscan
hacer carrera política, y tienen muchas menos mañas que los políticos de
cepa. Los partidos políticos enfrentan
ese dilema siempre al escoger su candidato.
Normalmente los seguidores de Dante Delgado escogen a un ciudadano,
mientras que en el partido del bolillo tienen aspirantes que ya huelen a hueso,
por tanto tiempo de vivir del sistema, y también candidatos ciudadanos, como
aquéllos con los que lograron conformar el corredor azul en la zona centro del
estado. Los dinosaurios también se
debaten entre traer un secretario de estado o buscar entre la sociedad civil
quien pudiera ser su abanderado. Insisto
yo prefiero a ciudadanos comunes que a funcionarios ya experimentados en la
alcaldía, pues a pesar de ser un albur, siempre es mejor alguien con ideas
frescas y con ánimo dispuesto al trabajo más que a usar el puesto como
trampolín. Además, para un político el
ser presidente municipal después de venir de puestos de mayor jerarquía,
implica convertir el cuatrienio en trampolín o en su despedida con el
consiguiente riesgo de saqueo de las arcas municipales.
Por el contrario, para
el caso de la diputación local, prefiero a un político experimentado, que tenga
contactos y conozca las tripas del sistema político estatal, con el fin de que
aproveche esos conocimientos como gestor para los ciudadanos. Si a la diputación llega un ciudadano común,
se va a pasar la mitad de su período aprendiendo los nombres y funciones de los
principales funcionarios del gobierno estatal, y eso sería muy costoso para su
distrito. En esta área tanto el
dinosaurio como el bolillo tienen personajes de excelente perfil, mientras que
el grupo de la izquierda, ha demostrado que sus diputados locales no sirven
para nada salvo para enriquecerse y ofrecer su voto al mejor postor.
Como siempre, le
reitero que esta es mi humilde opinión, y como tal, puede estar equivocada, o
quizá tenga yo mucha razón… El tiempo lo
dirá
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