Acertijos
*Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino. Camelot.
AMLO Y SU DESTINO
Andrés Manuel López Obrador falló en su segundo intento de ser coronado presidente de México. Los resultados hablan de cómo se fue fraguando la segunda derrota electoral. Todos recordamos que hace seis años la tenia, era suya, y la dejó ir, por emular al Perro Bermúdez (No confundir con el Perro Uribe, ese es epidemiólogo y futbolista ratonero).
Fracasó por segunda vez pero eso no le hace ver que hay vida después de la vida.
Abraham Lincoln fue vencido dos o tres ocasiones hasta que le encontró la cuadratura al círculo y se hizo uno de los mejores presidentes de esa nación.
Lula da Silva de Brasil en la cuarta ocasión se convirtió en presidente y transformó a esa nación. La revista Time lo llamó el líder más influyente de 2010. Y el Newskeek en uno de los presidentes mas influyentes.
En 1974, el candidato centrista y tecnócrata Valery Giscard gana las elecciones presidenciales contra pronóstico frente al experimentado François Mitterrand por escaso margen. Pese a acudir dividida, la derecha francesa se movilizó finalmente para mantenerse en el poder tras la muerte de Pompidou.
Tiempo después, en La Bastilla, bailaban con la rosa roja en la mano, el emblema socialista, cuando la izquierda unida aprendió la lección y se pegaron como un racimo de coyol, diría Cástulo Delfín, exalcalde pueblerino de Tierra Blanca, y tomaron el estandarte en ese país donde la libertad, la legalidad y la fraternidad lo es todo.
Escribí hace poco que algún día gobernará la izquierda en México.
No tarda. Quizá ya no sea AMLO el candidato.
Quizá, si la prudencia entra a su coco, apoyen a Marcelo Ebrard, el mejor posicionado después de él. Y sumar a toda esa izquierda que no saben de sentarse en una mesa redonda, como los caballeros del Rey Arturo.
Si no, pregúntense ustedes por qué el hijo del trompudo Lázaro Cárdenas, el famoso Cuauhtémoc, le regateó a Andrés Manuel por siempre el apoyo abierto.
Hubo tiempo de esos espacios de campaña donde lo necesitó para arengar en los mítines. Pero los celos siempre pueden más que cualquier acto fraterno.
Cuando las elecciones francesas, la izquierda dijo ya basta.
O nos unimos o nos chingan (bueno, esto último lo dijeron en francés cimarrón, y en el traductor de Google no encontré la palabrita muy mexicana)
Hay muchos ejemplos en el mundo. El tal Jefferson, uno de los Padres Fundadores de la Patria americana, fue en la segunda ocasión que se presentó que ganó las primarias y luego la elección de presidente de Estados Unidos.
UN NUEVO CAMINO
Según todos los agoreros a la Walter mercado, va El Peje por su partido. Creará uno nuevo. El sueño de todo político. Fue el sueño del veracruzano Dante (Delgado Rannauro) y lo logró. Tener un partido que reciba unos 90 millones de pesos anuales para mantenerse en la jugada política, es algo que ni la misma tarjeta Masterd Card puede comprar. Ser dueño de él es más emocionante que oír La Voz México, con el tal Miguel Bosé de Coach.
Dante un día, jugando jugando a los partiditos, convocó a gente en varios estados y logró tener su partido, un tiempo llamado Convergencia por la Democracia, hoy quien sabe cómo se llame, les cambia nombre como pila de agua bendita.
Andrés Manuel, si lo quiere y como se pronostica este domingo, formará su Morena, partido político desde donde no volverá a depender de las tribus. Ni de los chuchos, amalios ni Cuauhtémochas, de ninguno.
“Me tengo que ir”, dijo desolado este domingo en la Plaza de la Constitución. O como dijera Kamalucas: ‘Voy y vengo’. Bienvenido a ese cuartel de los partidos.
Pese a todo, AMLO es un idealista. Habrá quienes se burlen de él y lo tilden a loco, pero no es así. Es una gente a la que no se le conocen actos de deshonestidad, aunque en sus filas haya habido algunos crapulines y malandrines.
Muy casado con sus ideas.
Pero siempre caminando asentado en la honestidad.
Su mujer, Beatriz Gutiérrez Muller, lo retrató tal cual cuando Javier Sicilia, el poeta, le atizó duro: “Estimado Javier Sicilia: sé que el cariño no excluye la crítica, sé que la admiración no complace el disgusto. Pero también sé que has sido injusto al vapulear al único mexicano que ha dado la cara en favor de víctimas, desprotegidos y marginados, mucho antes incluso que tú. Andrés Manuel es lo mejor que tiene México. Te digo no al voto nulo, no a la manipulación, no al desconsuelo. (..) Sí a la transformación de México por la vía democrática…”.
Tenía razón. Digan lo que digan, este hombre tabasqueño, que levanta criticas y tiene un sector poderoso muy fuerte en su contra, es un político que no ha parado en la defensa de los que menos tienen.
Es cierto que quizá la presidencia no iba a ser de él nunca.
Pero a tiempo está, con su liderazgo y con Dante a un lado, de comenzar una nueva lucha desde un nuevo partido por esa democracia que tanto aún falta, y por alcanzar el nivel más alto de detener la corrupción, el flagelo de este país.
Yo no sé en que termine este asunto.
Peña Nieto ya es presidente y esa silla nadie se la quita.
Ignoro si AMLO va por busca de valores o se convierte en un crítico del sistema.
Este país necesita de muchos andresmanueles. Falta hacen y falta harán. Ojalá y su lucha en esta nueva vida política sea por el bien de México.
Buena falta hace sacar a los pobres de la marginación donde se encuentran.
Andrés Manuel López Obrador falló en su segundo intento de ser coronado presidente de México. Los resultados hablan de cómo se fue fraguando la segunda derrota electoral. Todos recordamos que hace seis años la tenia, era suya, y la dejó ir, por emular al Perro Bermúdez (No confundir con el Perro Uribe, ese es epidemiólogo y futbolista ratonero).
Fracasó por segunda vez pero eso no le hace ver que hay vida después de la vida.
Abraham Lincoln fue vencido dos o tres ocasiones hasta que le encontró la cuadratura al círculo y se hizo uno de los mejores presidentes de esa nación.
Lula da Silva de Brasil en la cuarta ocasión se convirtió en presidente y transformó a esa nación. La revista Time lo llamó el líder más influyente de 2010. Y el Newskeek en uno de los presidentes mas influyentes.
En 1974, el candidato centrista y tecnócrata Valery Giscard gana las elecciones presidenciales contra pronóstico frente al experimentado François Mitterrand por escaso margen. Pese a acudir dividida, la derecha francesa se movilizó finalmente para mantenerse en el poder tras la muerte de Pompidou.
Tiempo después, en La Bastilla, bailaban con la rosa roja en la mano, el emblema socialista, cuando la izquierda unida aprendió la lección y se pegaron como un racimo de coyol, diría Cástulo Delfín, exalcalde pueblerino de Tierra Blanca, y tomaron el estandarte en ese país donde la libertad, la legalidad y la fraternidad lo es todo.
Escribí hace poco que algún día gobernará la izquierda en México.
No tarda. Quizá ya no sea AMLO el candidato.
Quizá, si la prudencia entra a su coco, apoyen a Marcelo Ebrard, el mejor posicionado después de él. Y sumar a toda esa izquierda que no saben de sentarse en una mesa redonda, como los caballeros del Rey Arturo.
Si no, pregúntense ustedes por qué el hijo del trompudo Lázaro Cárdenas, el famoso Cuauhtémoc, le regateó a Andrés Manuel por siempre el apoyo abierto.
Hubo tiempo de esos espacios de campaña donde lo necesitó para arengar en los mítines. Pero los celos siempre pueden más que cualquier acto fraterno.
Cuando las elecciones francesas, la izquierda dijo ya basta.
O nos unimos o nos chingan (bueno, esto último lo dijeron en francés cimarrón, y en el traductor de Google no encontré la palabrita muy mexicana)
Hay muchos ejemplos en el mundo. El tal Jefferson, uno de los Padres Fundadores de la Patria americana, fue en la segunda ocasión que se presentó que ganó las primarias y luego la elección de presidente de Estados Unidos.
UN NUEVO CAMINO
Según todos los agoreros a la Walter mercado, va El Peje por su partido. Creará uno nuevo. El sueño de todo político. Fue el sueño del veracruzano Dante (Delgado Rannauro) y lo logró. Tener un partido que reciba unos 90 millones de pesos anuales para mantenerse en la jugada política, es algo que ni la misma tarjeta Masterd Card puede comprar. Ser dueño de él es más emocionante que oír La Voz México, con el tal Miguel Bosé de Coach.
Dante un día, jugando jugando a los partiditos, convocó a gente en varios estados y logró tener su partido, un tiempo llamado Convergencia por la Democracia, hoy quien sabe cómo se llame, les cambia nombre como pila de agua bendita.
Andrés Manuel, si lo quiere y como se pronostica este domingo, formará su Morena, partido político desde donde no volverá a depender de las tribus. Ni de los chuchos, amalios ni Cuauhtémochas, de ninguno.
“Me tengo que ir”, dijo desolado este domingo en la Plaza de la Constitución. O como dijera Kamalucas: ‘Voy y vengo’. Bienvenido a ese cuartel de los partidos.
Pese a todo, AMLO es un idealista. Habrá quienes se burlen de él y lo tilden a loco, pero no es así. Es una gente a la que no se le conocen actos de deshonestidad, aunque en sus filas haya habido algunos crapulines y malandrines.
Muy casado con sus ideas.
Pero siempre caminando asentado en la honestidad.
Su mujer, Beatriz Gutiérrez Muller, lo retrató tal cual cuando Javier Sicilia, el poeta, le atizó duro: “Estimado Javier Sicilia: sé que el cariño no excluye la crítica, sé que la admiración no complace el disgusto. Pero también sé que has sido injusto al vapulear al único mexicano que ha dado la cara en favor de víctimas, desprotegidos y marginados, mucho antes incluso que tú. Andrés Manuel es lo mejor que tiene México. Te digo no al voto nulo, no a la manipulación, no al desconsuelo. (..) Sí a la transformación de México por la vía democrática…”.
Tenía razón. Digan lo que digan, este hombre tabasqueño, que levanta criticas y tiene un sector poderoso muy fuerte en su contra, es un político que no ha parado en la defensa de los que menos tienen.
Es cierto que quizá la presidencia no iba a ser de él nunca.
Pero a tiempo está, con su liderazgo y con Dante a un lado, de comenzar una nueva lucha desde un nuevo partido por esa democracia que tanto aún falta, y por alcanzar el nivel más alto de detener la corrupción, el flagelo de este país.
Yo no sé en que termine este asunto.
Peña Nieto ya es presidente y esa silla nadie se la quita.
Ignoro si AMLO va por busca de valores o se convierte en un crítico del sistema.
Este país necesita de muchos andresmanueles. Falta hacen y falta harán. Ojalá y su lucha en esta nueva vida política sea por el bien de México.
Buena falta hace sacar a los pobres de la marginación donde se encuentran.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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