¡ADELANTE!
Allá por la década de los 80 se
abatieron tremendos aguaceros que
causaron daños materiales en Coapexpan,
San Bruno y otros rumbos, pero ¡lo más
doloroso!, también se perdieron vidas humanas. Este lunes volvió a llover con
fuerza y las inundaciones ocasionaron
estragos en Xalapa, Banderilla, Tlalnelhuayocan, Jilotepec, Rafael Lucio,
etcétera.
Cada
año las lluvias provocan inundaciones que perjudican principalmente a familias asentadas en colonias
populares, mientras autoridades van y vienen y nada hacen para resolver este
grave problema social.
El
agua de lluvia podría ser captada, almacenada y tratada para prevenir el
desabasto en la época de sequía. En otras ciudades del mundo la aprovechan,
¿por qué nosotros no?
Convoquemos a estudiantes y profesionistas –tenemos
infinidad de prestigiosas universidades en el estado--, que gustosos
participarán con ideas, propuestas y proyectos para tan vitales obras.
Invitemos
a empresarios a invertir en algo benéfico para todos. Sólo se requiere
voluntad, talento y audacia de las autoridades.
Para
grandes y pequeñas obras, es preciso
involucrar a los ciudadanos. Que cada quien en la medida de sus posibilidades,
aporte su grano de esfuerzo.
Con
la participación social, nada es imposible. Mantener una ciudad limpia y sin
baches, por ejemplo.
Basta
con organizar, orientar, asesorar y proporcionar el material necesario a los
vecinos para que éstos aporten la mano de obra en algunos casos.
Es
inconcebible que en estos tiempos de tecnología avanzada permitamos que las
lluvias generen inundaciones y esta agua se desperdicie, en vez de aprovecharla
para evitar que en temporada de estiaje la ciudad padezca de escasez.
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