“A la Bachiller Isabel Balmori Castillo incansable impulsora del apostolado seglar en la entonces Diócesis de Xalapa a la que pertenecían Orizaba y Córdoba. Dedicó su vida junto con su recordada hermana Victoria Balmori Castillo, al servicio de los estudiantes de la ESBAO y del Instituto Guadalupe y a las actividades apostólicas.”
Por los hechos históricos, Orizaba y Córdoba en su pensamiento social y Cultural conforman una región diferente al resto de ciudades del estado de Veracruz. Ni mejor ni peor pero diferentes. Los fenómenos políticos, económicos y sociales nos han impactado distinto que al resto de la entidad a lo largo de su historia, para fortuna de los que habitamos estas generosas tierras. Y un factor muy importante, es la “acción pastoral” de la Iglesia Católica y de otras Iglesias. La Iglesia católica calladamente y muchas veces menospreciada ó perseguida, ha cumplido su vocación de “proteger a los más necesitados de las injusticias” pero al mismo tiempo fortalece y difunde los valores universales de la Solidaridad, la subsidiariedad y la Participación. Desde la secundaria en que mis recordados maestros de Historia de México me formaron “el deseo por leer y conocer a fondo nuestra historia” y gracias a maestros como el Q.F.B. Alberto Morales Roiz “Moralitos” y Guillermo Gheno Ortiz, hurgué en bibliotecas públicas y privadas y encontré en uno de los volúmenes de la gran obra de Jean Meyer, “La Cristiada”, (traducción de Aurelio Garzón del Camino, México Siglo XXl, 1973-1974, t. I: “La Guerra de los Cristeros”; t. ll: “El Conflicto entre la Iglesia y el Estado, 1926-1929”; t. lll; “Los cristeros”) dos fotografías que me impactaron: una de la Parroquia de “la Inmaculada Concepción” y otra de la parroquia de “San Miguel Arcángel” ambas atestadas de ciudadanos que “reabrieron los templos que habían sido cerrados al culto por órdenes del Gral. Plutarco Elías Calles”. Me impresionó que mi ciudad apareciera en la magna obra de Meyer quien el 11 de Septiembre de 1971 la defiende en su tesis de doctorado, en La Sorbona de París y afirma ante un jurado nada religioso que “La Cristiada” fue una gesta que debe ser “Patrimonio de la Humanidad”. 38 años después una mañana nos desayunamos los cordobeses con la nota de “El Universal” del Sábado 15 de abril del 2000 de Sergio Javier Jiménez en la que nos informaba que: “El papa Juan Pablo II determinó crear en México la diócesis de Córdoba, misma que quedará a cargo del primer obispo Porfirio Eduardo Patiño Leal, quien habla inglés, francés, hebraico, latín, griego, alemán e italiano. También fungió como profesor de Sagrada Escritura, miembro del Colegio de Consultores y vicario episcopal de Monterrey.” La región determinada para la diócesis de Córdoba formaba parte de la Arquidiócesis de Xalapa, a cargo entonces de Mons. Sergio Obeso Rivera; ahora, la primera quedará como sufragánea de la segunda…” La Noticia llenó de júbilo a los cordobeses aún los no creyentes aunque no alcanzábamos a dimensionar el efecto de esta decisión. En un principio pensó el Papa que esta nueva diócesis abarcara ambas ciudades, sin embargo, por la bula “Auditórium Ferre” del Papa Juan Pablo II del 15 de abril del año 2000 (año jubilar) se crean las dos diócesis, quedando como Primer Obispo de Orizaba Mons. Hipólito Reyes Larios originario de Ciudad Mendoza Ver., quien al ser nombrado el 10 de abril del 2006 Arzobispo de Xalapa deja su lugar a Mons. Marcelino Hernández Rodríguez nacido en San Luis Potosí y ordenado en el seminario de Guadalajara Jalisco y el 23 de febrero del 2008 es nombrado por S.S Benedicto XVl segundo obispo de Orizaba. Y sin lugar a dudas que “La acción del Espíritu Santo” se hizo presente en la elección de estos dos obispos ya que sus “perfiles sacerdotales y académicos” son los idóneos para “guiar a sus hijos en la FE” con la problemática social y religiosa que se vive en ambas ciudades. El día de la llegada de Mons. Eduardo Patiño Leal a Córdoba el 14 de Junio del 2000, fue histórico, desde Peñuela en Amatlán hasta la nueva Catedral de Córdoba se realizó una gigantesca cadena humana que lo recibió y le pidió su bendición. Católicos Preconciliares, Conciliares y postconciliares se unieron como nunca antes. Han pasado 12 años y en la diócesis de Córdoba el trabajo callado, discreto pero efectivo del Obispo Eduardo Patiño Leal, quien con el espíritu de un “verdadero catequista” ha sabido integrar y motivar a sus sacerdotes, grupos apostólicos y a los integrantes de las diferentes pastorales a dar los frutos ahí en donde más sufría la iglesia católica en el país y en la diócesis: el florecimiento de las vocaciones sacerdotales. S.S. Juan Pablo ll “asistido por el espíritu santo no se equivocó al definir el perfil de los nuevos obispos. Mons. Eduardo Patiño Leal formado en el seminario de Monterrey con Mons. Adolfo Suárez, es experto en Sagradas Escrituras, Derecho canónico y domina el Arameo lo que le valió ser el único Obispo ponente mexicano en el Sínodo de Obispos de Octubre del 2008 en Roma para analizar ante la asamblea sinodal la justa relación entre "Revelación pública y constitutiva del Credo cristiano y las revelaciones privadas". Hecho que pocos cordobeses valoramos. Aunque algunos le critican que “no convive con los notorios de Córdoba y la región, ni se le ve en reuniones sociales”, es ordenado y respetuoso del programa de las visitas pastorales, teniendo así como Obispo presencia en todas las parroquias de la diócesis. Conocedor de los “impactos negativos de la Globalización en los países latinoamericanos”, sin lugar a dudas que fue un gran acierto de S.S. Juan Pablo ll el dividir la enorme diócesis de Xalapa, aún recordamos a Mons. Sergio Obeso Rivera recorriéndola en su VW Sedan azul en los 80s, sin chofer con un gran amor a su prelatura…pero difícilmente podía estar en todos los lugares donde lo necesitaban. Estas nuevas Diócesis permitieron acercar “la toma de decisiones de la iglesia doméstica a todas las comunidades” y por eso es posible ver a Mons. Patiño Leal quedarse a pernoctar en la parroquia de “Matatenatito” en Omealca, ó cualquier otra parroquia cuando es necesario. La acción pastoral de la Iglesia en las diócesis de Córdoba y Orizaba han jugado un papel importante en la “estabilidad social y la tranquilidad de los habitantes de las comunidades y ciudades que la conforman” a pesar de la crisis económica y de la inseguridad que las flagela desde hace varios años. La pastoral de Migrantes, la Casa de Apoyo de la Mujer, la Fundación Kolping, la pastoral familiar, CARITAS, los grupos de Catequesis, el Movimiento Familiar Cristiano, el crecimiento exponencial que tiene el Movimiento de Cursillos de Cristiandad y cientos de Movimientos y de grupos apostólicos que existen desde hace décadas, han dado cauce a las preocupaciones y necesidades materiales de nuestros habitantes y les proporcionan “herramientas” y formación en valores humanos. Estos movimientos han permitido que se formen liderazgos en todos los niveles sociales de nuestras comunidades por citar algunos: la Sra. Araceli Morales Loranca y Diego Bautista Reyes secretarios de sector del MFC que en Córdoba cumplen ¡50 años!, la Dra. Julieta Herrera Páez y el Dr. Fernando Cruzaley Mendoza matrimonio promotor de zona del tercer nivel del MFC, el Lic. Luis Enrique Zamudio Toledano y la L.P. Maria Luisa Quintana, el Ing. Rodolfo Perdomo Bueno y el Profr. Armando Berchiman en el Movimiento de Cursillos de Cristiandad ó el ex dirigente obrero orgulloso CTM del Ingenio “San José de Abajo” Pedro León Ruiz y su esposa la Sra. Socorro Martínez Díaz en la pastoral familiar ó el universitario Uriel García Murguía y la QFB María del Pilar López Hernández en los grupos de catecismo, suman sus talentos como cientos de católicos “comprometidos” en los diferentes apostolados bajo el consejo prudente y dinámico del equipo de sacerdotes de la diócesis de Córdoba conducidos por el “liderazgo” de Mons. Eduardo Patiño Leal. Estos liderazgos “constructivos” se proyectan a nivel nacional, por ejemplo ¡los nuevos presidentes Nacionales del MFC Rafael y Raquel pertenecen a la parroquia de Potrero Nuevo, en nuestra diócesis! Y es que el trabajo de estos doce años, se ha traducido en los frutos que busca todo Obispo en su Diócesis: el florecimiento y maduración de LAS VOCACIONES SACERDOTALES. Tengo ante mis ojos la copia de una documento sumamente trascendente, pero poco conocido que refleja el gran trabajo pastoral y vocacional de la diócesis que encabeza el Primer Obispo de Córdoba, con sus sacerdotes y laicos comprometidos: Es una Carta de Reconocimiento y felicitación del Emmo. Cardenal Giovanno Batista Re, Prefecto de la Congregación de los Obispos, fechada el 8 de mayo de 2007, a nombre de la Santa Sede, felicitando a todos los que integran la comunidad diocesana, “por todo lo que han hecho por la promoción vocacional, por procurar un Seminario a la diócesis y por buscar todos los medios posibles para sostener esta obra tan esencial para la vida de la Iglesia. Al respecto, la Asociación “Familia del buen Pastor” me parece una forma concreta y efectiva para promover en todas las parroquias de la diócesis la oración por las vocaciones y el apoyo al Seminario”… Auguro que la existencia de los distintos Movimientos eclesiales y grupos laicales, así como elevado número de catequistas y de ministros extraordinarios de la Eucaristía sean realmente un fermento de vida cristiana en el seno de esta Iglesia particular y, al mismo tiempo, espero que haya más laicos que se preparen adecuadamente para ser promotores del Evangelio en sus ambientes de trabajo y en las estructuras políticas, económicas y culturales de la sociedad.” Y este trabajo ha dado frutos muy concretos: 1).- “Ante los grandes problemas sociales que se viven al interior de la diócesis, conforta saber que en Córdoba, desde la pastoral social, se da una atención especial a los más pobres, a los enfermos, a los ancianos, a los inmigrantes, a los encarcelados, a los desempleados y a todos aquellos que son víctimas del alcoholismo o la drogadicción. Afortunadamente son varios los centros diocesanos y parroquiales que hacen frente a todas estas situaciones denigrantes de la persona humana” (texto de la Carta). 2).- Hay un reconocimiento especial a la Diócesis de Córdoba porque es ¡LA SEGUNDA EN NUESTRO PAÍS EN EL NÚMERO DE SACERDOTES QUE ESTAN FORMANDOSE EN EL SEMINARIO MAYOR, SOLO ATRÁS DE LA ARQUIDIÓCEIS DE GUADALAJARA que es en número de habitantes y en número de Parroquias y sacerdotes diez veces más grande! Esto se refleja en las cifras que arroja el INEGI 2010: En el 2000 el porcentaje de católicos que había en la Diócesis de Córdoba que abarca 28 municipios era el 86 %. En el censo del 2012 indica que hay el 91%. Hubo un crecimiento real del 5% en el número de católicos, diferente a la tendencia general en el estado de Veracruz, en tanto, protestantes y evangélicos aumentaron de 6.9 a 9.3 por ciento; mientras que los que no tienen religión registraron un ascenso del 5.9 al 6.4 por ciento. La Diócesis de Córdoba empezó con 40 parroquias y 60 sacerdotes. Este 2012 cierra con 47 parroquias, 3 Cuasi parroquias, 7 rectorías y ¡más de 80 sacerdotes! Gran labor sin lugar a dudas del equipo que ha integrado el Primer Obispo de Córdoba, conduciendo la actividad pastoral. Todo esto como toda obra humana en medio de grandes adversidades y luchando contra grupos de poder dentro y fuera de la Iglesia. Pero con la fuerza que les da “la Providencia “y la FE en la Misión conduce la nave “siguiendo la huella del gran Pescador de Nazaret”. Orizaba es un caso diferente que analizaremos próximamente. La voz y acción de la Iglesia siempre es vital porque en momentos como los que hoy vivimos tiene un mensaje como el de esta navidad 2012, en que los 7 obispos y un arzobispo dieron a la Sociedad Civil Veracruzana:"Todo atentado contra la vida y salud de cualquier persona es condenable, tenemos que recuperar el valor del respeto a la vida y salud de todos, no importa la edad".
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