Fortin Municipio que Florece!!!

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lunes, 17 de diciembre de 2012

La Neta Por: Alfredo Bielma Villanueva


CAMALEON


17/12//12
Dos son los temas de política pública que provocan urticaria en la ciudadanía veracruzana cada vez que se les menciona, uno es el relativo a la bursatilización y no porque este esquema financiero peque necesariamente de ser deficiente o negativo, sino porque a Veracruz su implementación no acarreó los dividendos esperados, no al menos en los términos del discurso oficial que para justificar la bursatilización del 80% del impuesto sobre uso o tenencia de vehículos ofreció pagar la deuda que dejó Alemán y desarrollar al estado como nunca antes. Aunque en efecto se pagó aquella deuda, que comparada a la actual era pírrica, no vimos reflejadas en la realidad veracruzana las  grandes obras prometidas.
Por el contrario, el manejo inadecuado de las finanzas públicas colocó a Veracruz como uno de los Estados de la federación mexicana con mayor endeudamiento y en el colmo no vemos por ningún lado la nueva infraestructura que justifique tantos miles de millones de pesos. (Desde que en noviembre de 2006 se informó que se habían colocado en la Bolsa certificados fiscales por 6 mil 300 millones de pesos para hacer obras de infraestructura se incluía al libramiento de Xalapa, en el que se utilizaron cuando mucho 200 millones de pesos para el pago de derecho de vía, aunque lo construyó una empresa privada; la autopista Tuxpan-Tampico, que es del gobierno federal y la San Julián-Paso del Toro, aún está inconclusa y sobre la rehabilitación del sistema de agua potable de Coatzacoalcos, pregúntese a la población de aquella ciudad cómo va, si va).
En aquella ocasión, se presumió de “una colocación histórica que habla de una gran confianza de los inversionistas en el gobierno”. Ahora se dice de la nueva burstilización que: “refleja la confianza de los inversionistas en la fortaleza de las finanzas estatales y el reconocimiento a las medidas emprendidas por la administración estatal”.
Rollos aparte recordemos que en abril de 2008 ya había señales de que las finanzas públicas estatales empezaban a hacer agua y que no pocos actores de la vida política veracruzana hablaban de una deuda pública bastante acrecentada. Pero desde el gobierno lo negaban: Veracruz “no tiene deuda, hay en caja 8 mil 104 millones de pesos, contantes y sonantes” se publicaba en los medios. Por esa fecha ya se había iniciado la presión a los ayuntamientos para que le entraran a la bursatilización del 20% del impuesto al uso y tenencia de vehículos correspondiente a los municipios, se pretendía obtener mil 500 millones de pesos con los que “se construiría obra pública y se cambiaría el rostro y las circunstancias de Veracruz...aquí no hay mentira la bursatilización permite aplicar la acción de los ingresos futuros”… “Con el dinero al que tendrán acceso (los municipios) se realizará la mayor inversión en infraestructura que se haya realizado en la historia de la entidad veracruzana”.
¿Cuantos municipios recibieron el dinero que les correspondía por su 20% más el peso por peso ofrecido por el gobernador de aquel entonces? En la opacidad por la que transitamos no es posible saberlo; la única constancia que se tiene es que no se le cambió el rostro a Veracruz y que la situación financiera de los municipios veracruzanos está para llorar, pues según el secretario de finanzas, Tomás Ruiz, la deuda municipal veracruzana asciende a tres mil 19 millones de pesos (1,352 con banca de desarrollo y comercial, y 1667 de la bursatilización municipal).
En el nuevo capítulo, la estrategia adoptada por la secretaría de finanzas para reestructurar la deuda se concreta a bursatilizar un porcentaje adicional de las participaciones federales que le corresponden a Veracruz; es una nueva mochada a los recursos del futuro para deshacer entuertos del presente. Para qué vaya a servir esta nueva bursatilización en realidad no lo entendemos; no si seguimos la lógica del discurso gubernamental que habla de liberar 3 mil millones de pesos para gasto social, pues ni un mago de las finanzas lograría que con 4 mil 865 millones de pesos se liquiden pasivos, se pague a proveedores, acreedores y contratistas, y todavía se obtenga la cifra anunciada para ser aplicados en programas para desarrollo social y de inversión productiva. Es evidente que genios no son.
Respecto de si lo obtenido por el procedimiento bursatilizador es o no deuda, la Suprema Corte de Justicia dictaminó en 2009 que sí es deuda el compromiso contraído de esa manera; tal condición la ratifica el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO), que ha dejado en claro que la bursatilización es deuda pública debido a que se trata de obligaciones bursátiles que generan intereses.
El otro tema que emponzoña se refiere al monto de la deuda pública que recurrentemente surge en el debate público. Mientras en el Observatorio Financiero de la facultad de economía de la UV se habla de índices muy elevados de desempleo, en la esfera oficial se informa de la creación de 200 mil nuevos empleos; por un lado, la academia afirma que nuestra deuda asciende a 59 mil millones de pesos y el gobierno la coloca en 30 mil millones de pesos ¿a quién creerle? Por cierto, no es la primera ocasión que la academia discrepa del discurso del oficial, lo que revela un verdadero problema de comunicación entre gobierno y sociedad, aunque también significa que hay una acentuada franja de suspicacia en ese sector de la sociedad respecto del discurso gubernativo. Ya antes, en septiembre de 2008, en un evento organizado por un Diario jalapeño, el secretario de finanzas hablaba de que el Estado era líder en creación de empleos y colocaba la economía estatal como la quinta mejor en el país, sin embargo la directora de la Facultad de Economía de la UV, en el mismo evento expresó que reconocía los esfuerzos del gobierno de Veracruz por mejorar la economía pero que estos no eran suficientes.
En fin, esta es la cuarta incursión de un gobierno veracruzano a la Bolsa de Valores en busca de financiamiento, para mala fortuna se teme que no sea la última del actual gobierno pues este es solo el primer tramo de lo que el Congreso local le autorizó a contratar, ya fuera por la vía del crédito bancario o bursátil. Ojala ese paso no se produjera; pero si así ocurriera cuando menos que no se presuma de “exitosa renegociación” ni de “fortaleza financiera” porque la verdad es que de eso estamos en ayunas. Visualizarlo de esta manera no implica una perspectiva política, es simple expresión del hartazgo ciudadano, porque la población veracruzana no padece de masoquismo como para festejar esos males y los supuestos remedios de carácter financiero que al final nos dejan chiflando en la loma.

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