Acertijos
De Janis Joplin: “Aquí estoy, amigo, para celebrar una fiesta, la mejor posible mientras viva en la tierra. Creo que ese es también tu deber”. Camelot.
EL ESPIRITU OLIMPICO
El espíritu olímpico bajó la cortina. Los atletas dejaron de ser más altos, más rápidos y más fuertes. A prepararse para la que sigue. Uno, volver a la modorra y a asombrarse de ese nuevo PRI que ahí viene como locomotora vieja.
Cuando ante el gobernador Duarte, el tesorero de Pemex, Ricardo Aldana Prieto, pastoreará a la borregada veracruzana.
Junto con Gamboa Patrón y Manlio Fabio, Ricardo conformará el Grupo Parchis. Puros chamacos nuevos, el Nuevo PRI que presumía Enrique Peña Nieto.
Ahora las televisoras nos atiborrarán con repeticiones y resúmenes de nuestras 7 medallas, que una nos supo a Oro de a deveras, de muchos kilates.
Televisa fue un imperio en las comunicaciones.
Se comieron el rating. Se comieron la audiencia. Se comieron todo entre la barra de los cómicos y la barra de los especialistas en deportes, incluidas las guapas comunicadoras con sus reportajes londinenses.
Londres es una ciudad de maravilla.
Misión cumplida, habrán dicho.
El espectáculo del cierre dejo boquiabiertos a millones en el mundo.
La parafernalia, comenzando con Sir Winston Churchill, que el viejo zorro tiene más anécdotas que el otro viejo zorro mexicano, Adolfo Ruiz Cortines.
Estadista, Primer Ministro de Inglaterra, orador, historiador, escritor y Nobel de Literatura en 1953.
LA ANECDOTA
Escenas no aptas para perros
Winston Churchill sentía una auténtica devoción por su perro caniche Rufus.
Un día estaba viendo la película “Oliver Twist” con Rufus en su regazo y, en determinado momento, uno de los personajes estaba a punto de ahogar a su perro para despistar a la policía que le seguía los pasos. Para evitarle la violenta escena al animal, el político le tapó los ojos con una mano y le dijo:
-No mires ahora, querido. Ya te lo contaré después.
UNA MAS
George Bernard Shaw y Winston Churchill
Hay personajes que son protagonistas de multitud de anécdotas dignas de conocer, por ser destellos del genio de estos seres humanos excepcionales.
Lo curioso es que esta anécdota la protagonizan dos de estos personajes.
En el estreno de su obra "Santa Juana", Shaw envió a su cordial enemigo Churchill dos entradas con una nota, diciendo que una era para él y otra para un amigo "si tiene uno". Churchill le escribió una nota de agradecimiento, disculpándose por no poder asistir al estreno y pidiéndole entradas para la segunda función "si es que la hay".
JOHN LENNON
El espectáculo era radiante. La música se pavoneaba por décadas. Llegaban todos los que algo han aportado al mundo musical. Entre ellos, el inolvidable John Lennon, aquel que seguramente el macuarro que lo abatió estaba viendo desde la prisión de alta seguridad en Búfalo, el evento en vivo y a todo color, y seguro vio la escena, avalada por Yoko Onno, cuando gente formaron la cara del Beatle y, al terminar el tema Imagina, se fue desvaneciendo, en pedazos, como se desvaneció su vida aquel funesto diciembre de 1980 a las afueras del edificio Dakota, frente a Central Park en Manhattan, donde todavía algunos van a reverenciar el sitio de la tragedia.
Mark David Chapman mató a tiros a John Lennon en diciembre de 1980 fuera del edificio de apartamentos en Manhattan donde vivía el ex integrante de The Beatles, en el Dakota. Se declaró inocente de homicidio no premeditado y fue sentenciado en 1981 a cadena perpetua con 20 años de prisión obligatoria.
EL OBISPO MARCELINO
Había de todo y los londinenses aportaban su stock musical.
Una olimpiada moría. Otra nacía.
En el otro sitio, el de la tragedia orizabeña y lugares aledaños, el agua no se detiene.
La lluvia presagia malestares, aunque la lluvia al final ayuda a la agricultura.
Pero por lo pronto, quienes sufrieron la pérdida de sus enseres piden al gobernador Duarte que no se olvide de ellos.
Que la ayuda llegue y que el Emirato se ponga las pilas y, les limpien primero su entorno y luego lleguen con lo necesario, con lo indispensable, con lo que perdieron, así deben ser los gobiernos, solidarios con su pueblo en momentos de necesidad.
El Obispo de Dios, bueno, el nuestro, que también es de Dios aunque no se llame Joseph ni se apellide Ratzinger ni sea Papa, ha retornado a estas tierras orizabeñas, llegando pide a las autoridades lo mismo: solidaridad con los afectados.
Marcelino Hernández Rodríguez se ha constituido en un Obispo muy solidario con las clases más necesitadas. Con los pobres. Con los indígenas, con los que menos tienen.
Antes de partir a unos días de descanso necesario, cenamos el grupo de los ‘Juebebes’.
Le deseamos buen viaje y hoy le veo en los diarios locales pidiendo a la autoridad ayuda por la devastación y las inundaciones.
Hay movimiento. En los hoteles se hospedan gente de Protección Civil estatal. Hay que limpiar la zona. Hay que dar seguridad a los habitantes de que estarán protegidos.
A crear muros donde antes los había y los quitaron. A proteger al pueblo, que para eso fueron elegidos constitucionalmente.
Ah, y a reparar cuanto antes el pavimento porque, es increíble que el concreto hidráulico que apenas se fijó en la avenida Circunvalación esté todo roto, deteriorado. A fijar responsabilidad a la compañía que lo construyó, o a quién lo haya construido. Eso no se vale. Es cemento nuevo que debe durar años. Años.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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