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miércoles, 15 de agosto de 2012

MUNDO ROTARIO Por::Cutberto Luna García


Por el placer de servir


Antes de que pase otra cosa, les comparto la aportación rotaria que me publica El Sol de Tlaxcala en la página 4, aunque hoy por ser un día especial para la familia Luna Reyes pues nuestro hijo mayor cumple 15 años, le dedico esta columna grabada.

porelplacerdeservir@hotmail.com

Soy un paranoico al revés. 
Siempre sospecho que la gente está planeando algo para hacerme feliz.
J.D. Salinger
Los clubes rotarios tenemos dos clases de socios: activos y honorarios. Al primero de ellos se le selecciona e invita para ingresar al club, bajo una clasificación profesional o empresarial, quien goza de todas las responsabilidades, derechos y privilegios, así como de las obligaciones que nos brinda la afiliación tal y como se describe en los Estatutos y el Reglamento de Rotary International. Así mismo, los socios rotarios con calidad de activos, deben cumplir con los requisitos mínimos de asistencia, pago de cuotas e invitar a posibles socios para afiliarse a nuestros clubes rotarios. Además que pueden asumir y desempeñar cargos en el club en el ámbito distrital e internacional. 
Ser socio honorario, es el resultado del ofrecimiento que se les realiza a personas que se destacan por su servicio meritorio e identificación con los ideales Rotarios. Ellos mantienen dicha calidad únicamente por un año, y año tras año deben continuar trabajando y comulgando con la filosofía de Rotary para seguir con esa calidad. Los socios rotarios honorarios, no tienen derecho a proponer nuevos socios o asumir cargos en el club, y se encuentran exentos de las obligaciones de asistencia y al pago de cuotas.
A lo largo de la historia se han designado socios honorarios, a muchos distinguidos jefes de estado, exploradores, escritores, músicos, astronautas y otras personalidades de la cultura, las letras, la tecnología y las artes. Entre éstos, quisiera mencionar al rey Gustavo de Suecia, el rey Jorge VI de Inglaterra, Sir Winston Churchill, Albert Schweitzer, Charles Lindbergh, Thomas A. Edison, Miguel Alemán Valdés, Pedro Vargas, Pedro Ferriz, Walt Disney, el Dr. Albert Sabin, el rey Balduino de Bélgica, el rey Hassan III de Marruecos, el compositor Jean Sibelius, el explorador Sir Edmund Hillary, Thor Heyerdahl, el actor Bob Hope, Margaret Thatcher, Bill Gates, por citar algunos. 
Muchas fueron las circunstancias que me conminaron a reflexionar acerca de la felicidad. Fenómeno personalísimo que desde mi perspectiva es el fin último de toda acción humana. O lo que en otros términos podría decir, es lo que el hombre realiza y lleva a cabo para lograr llegar al fin. Sin embargo, hay que distinguir, para no caer en el error, entre los actos del hombre y los actos humanos o acciones sin más, que es la distinción clásica ética por excelencia. ¿Cuál es el criterio para distinguir entre unos y otros? Según algunos pensadores el criterio consiste en que los primeros se realizan sin "deliberación y sin concilio", mientras que los segundos sí tienen estos dos ingredientes. Algunos ejemplos de los actos del hombre son: el latir del corazón, el fluir de la sangre, la digestión del alimento. Es claro que estas acciones las realiza el hombre sin querer y sin la razón, y por ello no pueden ser calificadas moralmente. De ahí que se diga que la física trata sobre ellas, mientras que la moral trata sobre los actos humanos.
Sin embargo ¿qué es la felicidad? La cuestión puede tornarse difícil y complicada. Afirmaría que hay una cierta dirección para la felicidad a partir del pensamiento clásico: en la que unos se inclinan por el placer y otros por la virtud. Pero, ¿el que realiza la virtud lo hace por ella o por el placer que le puede retribuir? La cuestión que se formula es interesantísima, y considero que de alguna manera nos la hemos formulado con independencia de repetirla. La respuesta que considero acorde, es que la virtud se hace con placer, no por el placer. 
Lo cierto es que el placer es fundamental en la vida del ser humano. Si no se le considera al hombre con un cuerpo y un espíritu o ser en sí o sus pensamientos o ideas, entonces se le mutila y se le reduce a una de sus partes. A la corporeidad no se le puede limitar, como pretenden muchos, sino hay que darle su justo lugar. Por ello, el placer, que es parte fundamental del hombre debido a su materialidad, no debe descartarse sino más bien, considerarlo como parte integral del hombre. Es aquí donde se converge parcialmente con el pensamiento de los hedonistas, pero no hay que exagerar el papel del placer, porque si no se cae en el otro extremo: en el de considerar que el hombre sólo es un cuerpo animado y con ello se reduciría al nivel de los irracionales.
Según los estoicos, disciernen que la sola virtud es la felicidad. Pero los hedonistas pecan por poner la felicidad en el solo placer. Pero quiero demostrar que la felicidad no está en la sola virtud ni solo en el placer. Pues no se deben olvidar otros valores comunes y sobre todo mundanos, como la riqueza, los honores, los placeres, los cuales no son virtudes en sí. 
Mas aún he podido leer que los estoicos niegan que la belleza, la riqueza los honores, etcétera, sean bienes. Justifican que quien tiene la virtud no está falto de todos los bienes. Y a estas circunstancias las denominan comodidades en lugar de bienes, y a sus opuestos, que serían en este caso la fealdad, la pobreza, la ignominia, simplemente incomodidades en lugar de males. Pero mi perspectiva sugiere que el nombre es lo que menos importa pues así como hay una equivalencia entre las comodidades y una clase de bienes, o de las incomodidades y una clase de males.
Por ello el hombre sabio y feliz, sin entender estos conceptos textualmente debe equilibrar el placer, la salud, la virtud, el conocimiento, el compartir, pues ello le permitirá alcanzar un estado virtuoso, al cual todo ente pensante aspira como fin último según afirmé en líneas anteriores y en las que resalté a la FELICIDAD como aspiración máxima del individuo racional llamado hombre.
Quizá se preguntarán en qué punto convergen el mundo rotario y lo variado de hechos que influyeron para rayonear acerca de la felicidad. Es muy simple la respuesta, y es en la vida mía, pues así como Rotary a significado para mí, encontrar elementos valorales que complementan mi patrón filosófico de vida, lo que me ha llenado de satisfacciones personales, familiares, sociales etcétera y la emoción que me genera ver como un ser con el que colaboro permanentemente como una de las columnas de ese templo, para su cimentación, crecimiento y consolidación, hoy precisamente llega a un momento de la vida en la que deberá empezar a discernir cuál es el camino mas directo a la felicidad. Y sé que lo encontrarás porque te hemos preparado para ello: Cuando Unas Tu hacer, tu decir y tu pensar, lograrás ser un verdadero hombre. Y recordemos que se puede ser feliz si se Dá de Sí, antes de pensar en Sí.

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