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jueves, 9 de agosto de 2012

MUNDO ROTARIO Por el placer de servir


   Por el placer de servir
                           por:Cutberto Luna García
                           porelplacerdeservir@hotmail.com

                     La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal,
sino por las que se sientan a ver lo que pasa.
           Albert Einstein
Los intereses y pasatiempos de nosotros los rotarios, son tan diversos como el propio cuadro social de Rotary, tema del que me ocuparé en una próxima aportación. A través de los Grupos para Establecer Contactos Mundiales, los rotarios tenemos la oportunidad de compartir gustos comunes con rotarios de otras partes del mundo. Estos grupos abarcan dos categorías: las Agrupaciones de Rotary, cuyos integrantes se reúnen en torno a intereses profesionales y recreativos comunes, y los Grupos de Acción Rotaria, que abordan problemas específicos de ayuda a la comunidad.
Las Agrupaciones de Rotary representan numerosas actividades profesionales y recreativas, incluidos, por ejemplo: el tenis, la música y el tejido de colchas, así como la contabilidad, el sector policial y la farmacología por citar algunos; las actividades que se realizan son tan variadas como los intereses que los agrupan. Tal es el caso la Agrupación de Rotarios Participantes en las Convenciones de Rotary International que se encargan de invitar a la Convención anual  y colabora con las sesiones de orientación que se ofrecen para los rotarios que asistirán por primera vez a dicho evento. Otro caso es la Agrupación Internacional de Pilotos Rotarios que organiza vuelos a fin de que los miembros de la agrupación se reúnan en diferentes partes del mundo con objetivos diversos pero siempre enfocados a la amistad, el servicio y el compañerismo.
Normalmente, los Grupos de Acción Rotaria implementan proyectos y actividades de servicio relacionadas con un problema específico. Por ejemplo, el Grupo de Acción Rotaria de Odontólogos Voluntarios que proporciona servicios dentales en países en desarrollo, o el Grupo de Acción Rotaria para la Lucha contra el SIDA, cuya actividad primordial se concentra en movilizar rotarios y proporcionar liderazgo mundial en las actividades contra el VIH/SIDA.
Así como en los Clubes Rotarios existen esos grupos de servicio y ayuda, en nuestra sociedad existen también especialistas en la actividad científica y filosófica que se caracterizan por la búsqueda de la verdad, es natural esperar que los miembros de estas comunidades adopten entre ellos una actitud racional. De este modo, una comunidad científica puede compartir como verdadera una determinada teoría, aunque en una comunidad filosófica donde prevaleciera una postura racionalista, no necesariamente habría el mismo resultado porque al final de cuentas la filosofía se caracteriza por el conflicto y la lucha de ideas sustentadas. La diferencia está en que la verdad científica y la verdad filosófica son diferentes, pues esta última es resultado del puro pensar y de la naturaleza de su objeto que se presta a diversas interpretaciones, lo que implica discordancias y desencuentros. Un ejemplo claro de la diferencia entre ambas posturas, es la solución de un problema de química, y por el otro lado el análisis de un tema tan amplio y controvertido como la libertad. Sin embargo, en ambos casos, el pensamiento crítico permite superar las verdades racionalmente establecidas, aunque sólo se pueda hablar propiamente del progreso y la mejora de las ideas en el ámbito de la ciencia, en las que las teorías últimas desplazan a las anteriores; mientras que en la filosofía, muchas de las teorías antiguas siguen siendo vigentes o por lo menos mantienen un interés o valor. El problema está entonces, cuando alguien con una actitud racional, trata de generar un diálogo con interlocutores que se parapetan en posturas irracionales. Esto trae como resultado una comunicación que se torna imposible.
Aristóteles definía al ser humano como un animal racional, pues observaba que lo común a la especie humana era la razón, aunque desde luego, él, al igual que otros filósofos de su época y de ahora, sabían que el filosofar no es algo espontáneo sino algo adquirido, de manera que si bien todas las personas tienen la facultad o disposición natural para filosofar o pensar, ésta actividad intelectual se adquiere mediante la educación. Gramsci decía que en términos generales, hay un filosofar espontáneo, entendiendo por ello la capacidad que tienen las personas de tener ideas generales acerca de todas las cosas o de tener una concepción del mundo, pero la limitación de este filosofar espontáneo –acotaba- es que es casual y contradictorio, pues suele albergar inconscientemente ideas de perspectivas antagónicas, es decir, puede aceptar acríticamente ideas racionales con creencias irracionales e incluso antirracionales, sin percatarse de su conflicto o incongruencia. Este pensar espontáneo es asistemático, está limitado al sentido común y es propenso a los prejuicios, es decir, no alcanza a erigirse como un pensar reflexivo y sustentado en conocimientos y experiencias.
Hegel por su parte, llegó a afirmar que “todo lo real es racional y todo lo racional es real”, justificando el mundo de su época como “el mejor de los mundos posibles” a decir de Leibniz, cuando es obvio que la historia muestra una repertorio de horrores, atrocidades, crueldades e injusticias. Hegel “justificaba” esos hechos irracionales arguyendo a la “astucia de la razón”, esto es, viéndolos como males necesarios pero que conducían -según él- a la realización de la humanidad.
En este punto, es evidente que la razón o el conocimiento racional debe estar asociado a la moral, tema del que Sócrates y Platón ya habían analizado, para quienes el mal era producto de la ignorancia. En este sentido, el mal era una privación del bien, que a su vez era considerado un valor absoluto, mientras que el mal era por el contrario un desvalor relativo, de manera que la relación entre el bien y el mal, no era la misma que existe entre el día y la noche, pues si el bien existe, es porque existe el mal y a la inversa, pero el mal podría ser superado mediante la sabiduría. Ahora bien, al margen de la validez o invalidez de suponer que basta el conocimiento para elegir el bien (pues hay sujetos muy cultos que eligen el mal y personas poco cultas que son buenas, y de que los hay, los hay), hay que decir en descargo de Sócrates y Platón, que su noción de sabiduría no era un fin en sí mismo, sino sólo un medio para realizarse como seres humanos plenos, o lo que en términos coloquiales no bastaba ser hombre de letras o una enciclopedia andando, sino que había que asumir la filosofía como una forma de vida, por eso decía Platón en su famosa séptima carta, que su filosofía no se encontraba en sus libros.
Sobre este particular acerca del saber con la moralidad, las mal llamadas “sociedades del conocimiento” de la era neoliberal, han tratado desde un rancio positivismo desvincular el conocimiento referido a los hechos, de los valores, en aras de una supuesta objetividad científica, promoviendo con ello la razón instrumental en detrimento de la razón crítica. Con ello han intentado lamentablemente reducir la moral al campo de lo religioso, que al mismo tiempo nos hacen pasar su interés particular como valores universales. En esta misma línea han resignificado valores como la democracia o la libertad, adaptándolos a su imagen y semejanza.
¿De qué sirve entonces pensar en construir un mundo mejor?  Pareciera  que de poco porque la misma gente trata de impedir a toda costa que el pensamiento crítico prospere para lo cual tienen muchos recursos, desde usar los medios masivos de comunicación para aturdir y mantenernos enajenados mediante un entretenimiento frívolo, la manipulación de las ideas y la falsedad de las opiniones; hasta intervenir en la educación para sofocar toda traza de pensamiento crítico, observante y descriptivo, entre otras medidas tendientes a limitar al máximo la presencia del pensamiento lógico y crítico, marginándolo en todas sus manifestaciones.
Luego entonces, creo hay muchas cosas por hacer y Rotary Internacional quiere participar a través de esta pequeña reflexión, invitándolos a actuar pensada,  razonada, y reflexionadamente en cada uno de los momentos que el Ser Supremo nos da para así ayudar a los seres que amamos y nos aman, que nos rodean así como a aquellos que mas requieren de un apoyo, de una frase de aliento, de una sonrisa, del alimento material y espiritual para con ello lograr la máxima rotaria de  Dar de Sí, antes de pensar en Sí.

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