ARTICULISTA INVITADO
En nuestro país, al igual que en otras latitudes del mundo, la democracia sigue reinventándose, avanza hacia nuevas formas de entendimiento entre los grupos políticos y sociales, se dirige también hacia nuevas vías para el establecimiento de diálogo entre instituciones y ciudadanos. En la actualidad suele hablarse del empoderamiento ciudadano, para referirse al aumento de la participación ciudadana y de los nuevos medios, de las nuevas posibilidades de control ciudadano hacia las instituciones y servidores públicos, como puede ser la transparencia gubernamental.
No concibo mejor manera de contribuir a resolver los retos de México, que escuchando con atención a sus ciudadanos, formando, de manera conjunta, políticos y sociedad, las fórmulas para afrontar los retos de hoy y del futuro. Debemos establecer y mantener un diálogo que genere mayor disposición en los niveles de participación en los grandes debates de los asuntos públicos que nos atañen a todos por igual.
El Senado de la Republica, declaró la aprobación de la reforma política el pasado 18 de julio del presente año, esta reforma entre otras cuestiones, refrenda el compromiso de la clase política por incentivar la participación ciudadana y establecer vías alternas de comunicación de la sociedad con las instituciones.
Particularmente, hay tres nuevos canales en los que los ciudadanos pueden organizarse y participar, estoy hablando de la consulta ciudadana; para la cual el decreto en cuestión en el artículo 35, fracción VIII, establece que el 2% de los ciudadanos en lista nominal puedan realizar la petición, me refiero también a la iniciativa ciudadana de ley que requerirá del 13% de los ciudadanos en lista nominal para llevarse a cabo, de acuerdo con el artículo 71 fracción IV, y aludo a las candidaturas ciudadanas sobre las que mucho se ha debatido desde hace algunos años; recordemos los casos de las candidaturas independientes en municipios de Yucatán en 2007, donde José Adonay Avilés Sierra ganó la alcaldía de Yobain, gracias al aval que diera la Suprema Corte de Justicia en 2006, para aceptar candidaturas independientes en aquel Estado.
La reforma política constitucional aprobada, nos habla de la preocupación del poder constituyente por atender las voces ciudadanas y de proponer a los grupos sociales que se acerquen a la labor legislativa. La consulta ciudadana es un canal institucional para manifestarse de manera pacífica, propositiva y ordenada. La iniciativa ciudadana de ley y las candidaturas independientes son vías para generar propuestas y proyectos alternativos que refuercen nuestra sana convivencia política, el nuevo institucionalismo mexicano y la construcción de acuerdos comunes.
De igual forma, debemos elogiar la disposición de nuestra sociedad a participar en los grandes debates nacionales, como fueron, el Foro para el debate de la Reforma Energética, el Foro de Propuestas y Compromisos de México ante la Crisis y el Foro para una Banca de Desarrollo para el Crecimiento Económico y la Generación de Empleo, sólo por mencionar algunos. Los ciudadanos mexicanos no sólo son más participativos, sino que se encuentran mejor informados. Indudablemente esto es un gran avance.
La siguiente legislatura federal, tendrá la fuerte responsabilidad de reglamentar las nuevas formas de participación ciudadana, pero sobre todo, deberá promover el estudio, debate e integración de otras más, adicionando todas las acciones coadyuvantes para ellas, ya que el ejercicio legislativo debe procurarse de manera integral.
Podemos en breve discutir cuestiones transcendentales, como una participación más directa y vinculante por internet a través de las redes sociales, donde hay antecedentes claros como las anteriores elecciones en los Estados Unidos de América, la segunda vuelta o ronda en las elecciones presidenciales que es utilizada en países europeos como Austria, Francia y Portugal, y en años recientes en la mayoría de países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Perú, Republica Dominicana y Uruguay, o estudiar la posibilidad de la extensión del periodo de los cargos de elección directa con un refrendo o revocación ciudadana del mandato a mitad del mismo.
En cualquier caso debo decir, que todos estos canales de democracia participativa, deben ir acompañados de una fuerte inversión en educación e información de los ciudadanos, por lo cual debemos incrementar los fondos en el rubro de educación y realizar acciones destinadas a difundir las acciones de las instituciones gubernamentales, en este punto los partidos políticos tienen una oportunidad de acercamiento, colaboración y difusión con los ciudadanos a través de los llamados "think thanks", como sucede en España por medio de fundaciones y asociaciones afiliadas a algún partido político.
La mejor conclusión que puede preverse con la integración a nuestro sistema político de todas estas nuevas fórmulas y canales de partición ciudadana, es el incremento del poder ciudadano que siempre será sano para el país, puesto que la participación ciudadana es continua y no se agota con el sufragio el día de las elecciones y de igual manera los políticos como servidores del pueblo, deben refrendar continuamente la legitimidad que les fuera otorgada al ser electos.
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