De Jean Paul Sartre: ‘Un hombre no es otra cosa que lo que hace de sí mismo’. Camelot
PERIPLO JAROCHO
El sábado anduve y andé por Veracruz y Boca del Río. Fue un buen día. Ganaron los Tiburones de visitantes (5 juegos sin perder), y Juan Manuel del Castillo elevó sus bonos. Ni Reynaldo ni Buganza, aves de mal agüero, aparecieron para nada; el clima bueno, el café mejor, y la comida que comí en el Llagar del bulevar, una española, bastante buenita. Los restaurantes, me dicen los comensales, han estado medio vacios. El temor a las cosas malas ha hecho que la gente se quede en casa. Acuartelados. Xalapa está consternada, por el terrible crimen a Gaby, una jovencita en plena vida. Tomé como siempre la jodida autopista de Capufe, que parece camino rural, y al llegar a una de las casetas de paga, un retén de la Marina nos revisó. Con profesionalismo lo hicieron, como venia medio adormitado me levanté y fui al kiosco del puesto. Compré unas bolsitas de cacahuates, y le entregué unas seis al comandante, para la tropa, cosa que agradeció. Esta vez comimos puro paisano terrablanquense: mi hermano Enrique (pagó la cuenta), el médico Manuel Lila de Arce, exsecretario de Salud, mi cuate, el Rico que no es rico, y el Tizón, Fernando Pavón. Entre una chela y unas costillas de cordero y una torta de patatas y pulpos a la gallega, se nos fue la comida. Al salir, con buen clima, vimos unos corredores, discurrimos que seguro había una Maratón. Al frente, unos negros que me parecieron kenianos, sucesores de aquel legendario Abebe Bikila, llevaban como de aquí a la Tinaja de ventaja a los que les seguían, y eso que iban a paso de calentamiento. Invencibles. Quizá los son porque, dice un chiste, los entrenan soltándoles unos tigres muertos de hambre, y huyen como conejos. Pero así es la vida, corrían los africanos como sólo ellos lo saben hacer, soltando pierna.
LA HERMANA PRESIDENCIAL
Esta columna, que se escribe para 77 lectores fieles, la mayoría veracruzanos, dos defeños, un austriaco-orizabeño que vive en Austria y una mexicana-catalana que radica en Barcelona, además de la esposa de mi amigo, el argentino Horacio Braz, lectora de Borges, ha recibido un correo informativo de Cocoa Comunicación. Al principio pensé que era alguna empresa chocolatera. Eso no tendría nada de raro, diría un cuenqueño. Lo raro es que Cocoa Comunicación obedece a la dirección de información de Luisa María Calderón, que entre otras cosillas es la hermana querida del presidente Calderón y busca en Michoacán ser la gobernadora de ese estado. Anduvo en la tele con Yordi Rosado, que llegó a tierras michoacanas y ejecutaron un buen programa para que los jóvenes tengan sus becas y cuenten con su apoyo, si gana esa gubernatura por el PAN y Nueva Alianza. Es la hermana del presidente y es mujer no improvisada. Tiene un nombre bien cristiano, como toda esa familia. Si Calderón es Felipe de Jesús, ella es Luisa María de la Inmaculada Concepción de la Virgen de Guadalupe Calderón Hinojosa, según la página de Wikipedia. Diputada local y federal y senadora de la nación, va por la gubernatura. Las encuestas la ubican muy bien. Ahora mismo, mientras escribo este texto, el Gabinete de Comunicación Estratégica la ubica en primer lugar. Quizá sea una mujer que irrumpe en los buenos gobiernos. Suerte. Y tal vez, más adelante, cuando el hermano solo sea un expresidente bien recordado, tendrá que pedir audiencia a la hermana, en la gubernatura de Michoacán.
LA DE BELTRONES
Manlio Fabio Beltrones recibió un ‘estate-quieto’ del gobernador Duarte. Javier ha tenido un par de clinchs con gente defeña, o de aquellos que viven en el DF. Un día no muy lejano, a su tocayo Javier Lozano lo declaró ‘persona non grata’, y lo saló, porque al poco tiempo, como en aquella épica de que el diablo les besaba, Lozano rindió la plaza y se descartó como candidato a la grande por el PAN. Manlio hace días, con el coraje al pecho porque Duarte se pronunció abierta y frontalmente, como lo dictan todos los priistas de Veracruz, por Enrique Peña Nieto. Beltrones aprovechó que los jinetes del Apocalipsis ahora airean nuestro territorio para criticar al gobierno y su forma de llevar las cosas. Olvida que él fue gobernador, y sabe de los complicados problemas que representa serlo, más en momentos que la patria parece que se nos deshace entre las manos. No fue lejos por la respuesta. En los mismos medios nacionales y en inserciones pagadas, el gobernador de Veracruz le dijo que se calme y se apacigüe. Que Peña Nieto es el John Wayne de las cintas vaqueras (eso lo digo yo), y sabe Manlio que está abajo 20 a uno, es decir, que si mañana en pleno zócalo del país Manlio y Peña Nieto juegan volados, no le gana uno. Además, Manlio, si conoce un poco de historia, debe saber que esta tierra, Veracruz, es tierra sagrada y bendita de Dios, aquí entró la Conquista y de aquí, de San Juan de Ulúa partió el último reducto de españoles, a quienes les gustaba el Café de La Parroquia y las bombas con mantequillas y por eso no se querían ir. Aquí vimos pasar a los gringos y franceses y nos convertimos en 4 veces heroica, porque la ciudad guarda su historia y la historia, cito a Eliseo Alberto, ‘es una gata que siempre cae de pie’. Debe saber Manlio Fabio que el gobernador Duarte es bien visto por el presidente Calderón. El secretario Blake le ve con buenos ojos y anuncia operativos conjuntos, al igual que la procuradora Marisela Morales. En Veracruz hoy tenemos vientos malos y mucho temor, no se puede negar, pero vendrán tiempos buenos, como lo canta Yuri, siempre vendrán tiempos mejores. Por último, Manlio debe saber que el sucesor de Calderón, el que él se imagina, también quiere a Veracruz. Y no es que defienda al gobernador, para eso está Montano (Alejandro), que también ya se subió al ring en contra del Beltrone. Es todo tuyo, Alejandro.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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