Buen día lector:
Este día, martes 27 de septiembre cumple años de vida mi amigo Héctor Yunes Landa, un político serio, honesto, que ha hecho bien su trabajo en los lugares donde su talento y capacidad lo han colocado y donde le ha servido bien y con lealtad a Veracruz y a los veracruzanos.Felicidades.
El viernes pasado, no bien acabó Francisco Blake el secretario de Gobernación su largo, larguísimo discurso de clausura (más de media hora de rollo, promesas y proyectos, como si le quedara un sexenio de vida en la chamba) de la undécima reunión de presidentes de tribunales de justicia y procuradores, en el hotel Fiesta Americana de Boca del Río, cuando decidido, enjundioso, con la mirada de frente hacia el corral donde estaba el lugar de la prensa en ese acto, el joven gobernador dejó de inmediato el presidium para ir al encuentro de los reporteros que llegaron calientes a la sede del evento.
Era una carpa bien acondicionada en el helipuerto del hotel.
Con cajas destempladas y quejándose que habían sido agredidos minutos antes en el Semefo, los apreciados amigos de la prensa habían armado la alharaca del día en un evento de dimensión nacional.
Seguro de lo que hacía Duarte caminó con firmeza, confiado acaso en que había que dar la cara, explicarles lo que en su leal saber y entender ellos no querían entender, que no se encontraron el día anterior los tales 14 nuevos cadáveres en las calles de la conurbación.
Los enviados especiales, al parecer reporteros de la fuente de la PGR, lo esperaban ansiosos, como los antiguos pistoleros del viejo oeste que se paraban a media calle con las manos listas a desenfundar cuando había que dar la cara y batirse a duelo, a matar o morir.
Tan pronto recorrió los cincuenta metros entre presídium y corral de prensa, Javier Duarte se vio rodeado, casi asfixiado por las grabadoras y esta vez, acorralado literalmente.
Lo bombardearon a preguntas inquisidoras, casi a gritos.
Cuando lo vi acercarse a lo que era un verdadero avispero ¡y de campaneras!, pensaba, me sorprendió su valor y decisión para entrarle de frente al asunto a pesar de que en la prensa nacional lo estaban tundiendo a críticas.
Pudiendo hacerlo no se escondió ni se agachó, le entró al toro pero éste estaba ya demasiado picado, andaban muy calientes los compas.
Cuando dejaban de fusilarlo a preguntas apenas se podía escuchar su respuesta tajante:
“La decisión, la determinación de la sociedad veracruzana es muy clara, estamos por defender lo que nos pertenece: la tranquilidad y la paz social”.
Parecía que los visitantes querían que aceptara que sí era cierto lo de los supuestos nuevos 14 muertos “tirados” en las rumbosas calles del puerto.
“No existe una denuncia ciudadana”, les explicaba…,”que nos permita verificar”, se está investigando como se debe esto y lo de los cuerpos que fueron hallados aquí a escasos metros de distancia”. Se refería al de los 35 cadáveres abajo del monumento a los Voladores de Papantla.
Es un tema, añadió, como lo dije anteriormente, que no estamos minimizando, estamos actuando con toda transparencia, con los instrumentos que tenemos.
Reiteró insistentemente que no había ninguna confirmación de nuevos cadáveres, pero los periodistas chilangos le exigían que dijera qué grupo es el que llevó los cuerpos a las calles, que dijera exactamente cuántos eran; le decían que había testimonios de gente quen había visto esos cadáveres y él les replicaba que igual hubo testimonios de que en Xalapa como en el puerto jarocho había granadazos en las escuelas o de que estaban secuestrando niños y que nada de eso fue cierto.
“Digo: entiendo las circunstancias que estamos viviendo, originada precisamente en el combate al crimen, a la delincuencias”; les pidió “por favor” (a mi se me hace una correcta petición) “que sean responsables en la información que se está manejando”.
Les explicó que su decisión de ir a platicar de frente con ellos obedeció a su deseo de comentarles directamente que el gobierno veracruzano está haciendo su trabajo, “en Veracruz queremos recuperar la tranquilidad”.
Hasta ahí los aguantó. De inmediato y apoyado por su equipo de ayudantía, se abrió paso entre el conglomerado, dejó la rueda de prensa, los colegas se sintieron, querían más respuestas pero no las plantearon como las circunstancias lo exigían.
El mandatario dio una evidente y arriesgada muestra de voluntad para dialogar con los periodistas, cuestión que en estos tiempos ya pocos gobernantes hacen como lo hizo Duarte; como los espontáneos que se lanzan a un ruedo y frente a un toro embravecido; será signo de los tiempos pero algunos de los cuestionadores parecían no querer escuchar razones, querían respuestas contundentes y convincentes pero sin dar tiempo a las respuestas pausadas.
Ojalá pronto se den, ojalá como dijo el propio mandatario ese día en su discurso, pronto recuperemos nuestra antigua armonía, y en eso, todos estamos comprometidos.
Y ojalá el mandatario aproveche un viajecito por ahí al DF y como le hacían los mandatarios de antes, ir a echarse un cafecito con columnistas y directores de los medios del altiplano a explicarles su verdad sobre lo que está pasando y va a pasar en Veracruz.
Martes, guardia del Poder Judicial en Los Berros
De acuerdo al calendario cívico y cultural de nuestro país y para continuar la celebración de los 201 años de la Independencia de México, en el Mes de la Patria, este martes 27, a las 10 de la mañana, toca turno de realizar la ceremonia y la guardia de honor correspondiente a los magistrados, consejeros de la Judicatura, funcionarios y empleados del Poder Judicial del Estado, encabezados por el magistrado Alberto Sosa Hernández, presidente del Tribunal Superior de Justicia; en el monumento erigido a don Miguel Hidalgo y Costilla, en el parque Los Berros, de esta capital. La oradora oficial es la querida magistrada y maestra doña Emma Rodríguezx Cañada.
Que tenga buen día.
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