*Regresa reforma al Senado
*Ignoraron diputados cambios

En una sesión que se prolongó casi cinco horas en el recinto de San Lázaro, alrededor del cual hubo un cerco policíaco para impedir que grupos de trabajadores inconformes que forcejaron con los granaderos accedieran al llamado “Palacio Legislativo”, los diputados del tricolor y de sus aliados del Verde Ecologista y Nueva Alianza, lograron aprobar la controvertida iniciativa que el Ejecutivo Federal enviara en las postrimerías de su sexenio.
Por más que los diputados del PRD, PT, Movimiento Ciudadano y Panal intentaron insistentemente en convencer a los priístas y panistas de reinsertar el capítulo para que en las organizaciones sindicales se transparentara el manejo de cuotas y los líderes fueran electos por voto secreto, libre y directo, como originalmente lo propuso el Ejecutivo Federal, no lo lograron.
Es más, el artículo 388 Bis para que los trabajadores fueran consultados antes de la adjudicación de los contratos colectivos a los sindicatos bancos o de protección que los patrones decidan, que la senadora perredista Alejandra Barrales logró que aprobara el pleno de la Cámara Alta, no sólo fue suprimido en el dictamen que apareció en la Gaceta Parlamentaria, sino que desapareció, junto con el 390, aprobados por el pleno senatorial la semana pasada y que ayer fueron desechados durante el debate.

Con ello echaron abajo el capítulo de transparencia, democracia sindical y rendición de cuentas que el Ejecutivo Federal propuso en su iniciativa y que ya habían excluido al aprobar hace unas semanas el dictamen y que los senadores volvieron a incluir en la minuta, regresándola a los diputados que ayer de nueva cuenta la eliminaron.
Lo que habrá que ver es si una vez que los integrantes de la Cámara Alta reciban y discutan nuevamente esa minuta, en la que sus modificaciones y adiciones fueron desechadas por los diputados, se conforman, la aprueban y remiten al Ejecutivo Federal para su promulgación y entrada en vigor.
Habría que recordar que, en su momento, la totalidad de los 128 senadores, aprobaron el dictamen con los cambios que los diputados del PRI, PVEM y Nueva Alianza ignoraron ayer y que, sin ellos, les fue devuelto.
Al respecto, el inciso e) del artículo 72 constitucional, establece:
“Si la Cámara revisora –la de Senadores- insistiere, por la mayoría absoluta de votos presentes, en dichas adiciones o reformas, todo el proyecto no volverá a presentarse sino hasta el siguiente periodo de sesiones, a no ser que ambas Cámaras acuerden, por la mayoría absoluta de sus miembros presentes, que se expida la ley o decreto sólo con los artículos aprobados y que se reserven los adicionales o reformados para su examen y votación en las sesiones siguientes”.
Eso coloca al panista Ernesto Cordero, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Senadores y coordinador del grupo parlamentario de su partido, así como a sus colegas Emilio Gamboa, del PRI y Luis Miguel Barbosa, del PRD, en la disyuntiva de insistir en las adiciones y reformas discutidas y aprobadas en aquella prolongada sesión que comenzó el martes 23 de octubre y concluyó en los primeros minutos del día siguiente, con lo que lograrían que la minuta aprobada ayer en San Lázaro “no volverá a presentarse sino hasta el siguiente periodo de sesiones…”.
¿Serán capaces de atreverse y dejar pendiente la reforma laboral, aprobada ayer por los diputados, sin tomar en cuenta los cambios que los senadores le hicieron?
De esto y de aquello…
Quienes a lo largo de muchos, muchos, años cubrimos las sesiones en la Cámara de Diputados, tanto en su antigua sede de Donceles y Allende, como en la faraónica de San Lázaro, nunca vimos que un líder del grupo parlamentario del PRI, subiera a la tribuna a dar instrucciones al presidente en turno de la mesa directiva como lo hizo ayer Manlio Fabio Beltrones… La sonrisa que permanentemente mantuvo cada vez que algún diputado de los partidos de izquierda intervenía en el debate del dictamen de la reforma laboral, desapareció cuando una propuesta del priísta Héctor Gutiérrez de la Garza, a cuyo lado estaba el sonorense, fue objetada por el vicepresidente de la Cámara, Francisco Arroyo Vieyra… Eso llevó al líder de la diputación priísta a hacer lo que ninguno de sus antecesores, en varias legislaturas, hiciera: ni los desaparecidos Alfonso Martínez Domínguez, Carlos Sansores Pérez y Luis M. Farías, ni tampoco Humberto Lugo Gil, ni Guillermo Jiménez Morales, ni Humberto Roque Villanueva, ni ningún otro, aun en los más enconados y violentos debates, lo llegó a hacer… Se puede argüir que en anteriores legislaturas, los priístas que presidían y conducían las sesiones, eran llamados a la curul del líder para recibir instrucciones y que ahora las cosas han cambiado… Sin embargo, fue evidente la preocupación de Beltrones, ante las embarulladas que tuvo Arroyo Vieyra, mientras que Jesús Murillo Karam, presidente de la Cámara, apareció fugazmente en la tribuna, a lo largo del debate, tal vez para no ser blanco de críticas de los diputados del PRD, PT, Movimiento Ciudadano… Y es que llegó un momento en que ante la actitud de cerrazón, rechazo e interrupciones de Arroyo Vieyra a oradores y oradoras de esos partidos, que cuestionaban el dictamen, el perredista Martí Batres de plano los tildó de “priístas marrulleros”… Por cierto que la joven diputada del Movimiento Ciudadano, Luisa María Alcalde Luján, quien en la sesión de la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara, la noche y madrugada anterior, libró una batalla en pro del artículo 388 Bis para que los trabajadores fueran consultados antes de la adjudicación de contratos colectivos, volvió a dar la pelea desde la tribuna…

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