La Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno nacionales dispone entre otras cosas que el canto del Himno Nacional se hará siempre de manera respetuosa, en un ámbito que permita observar la debida solemnidad y que la demostración civil de respeto se hará en posición de firme. Los varones, con la cabeza descubierta.
También señala que compete a la Secretaría de Gobernación vigilar el cumplimiento de esta Ley.
A los privilegiados que nacimos en los años cincuenta se nos enseñó que al escuchar el Himno Nacional se debía permanecer de pie, en posición de firme. Descubierta la cabeza, escucharlo en silencio o cantarlo “con todo el respeto que nos merece el canto sagrado a la patria”.
Eso dicen las crónicas de aquel tiempo.
Puntual al protocolo, a las nueve de la mañana del pasado viernes 23, de camisa blanca, el Presidente de México don Felipe Calderón Hinojosa llegó a las puertas de la clínica del “nuevo Issste” del puerto de Veracruz.
Se le veía bien: sobrio, cachetoncito, su rostro no revelaba “cruda” o desvelo alguno.
Allí en la calle del poeta jarocho Salvador Díaz Mirón, entre Sayula y Catemaco, junto a una nueva ambulancia de la que entregó llaves, fue recibido por Enrique Pérez Rodríguez, delegado estatal del Issste y por el doctor José Luis Cerecedo Candelaria, director del nuevo hospital de alta especialidad, hoy,“el segundo mejor de todo el país”.
Es la calle del poeta que bien dejó escrito que el mérito “es el náufrago del alma” porque “vivo, se hunde, pero muerto flota”, lo que acaso muerto políticamente, para su bien confirme en los próximos meses don Felipe.
Como en los viejos tiempos desde López Portillo, De la Madrid, Salinas y Zedillo, este reportero se pudo colar en la comitiva y caminaba unos pasos atrás del Señor Presidente, quien de repente se metió a un cuartito y salió con camisa de color azul pastel personificada del instituto, con la que recorrió varios pasillos y consultorios entre aplausos del personal médico, escuchando las explicaciones del doctor Cerecedo.
SOLO EL CAMAROGRAFO LO VIO
Todo iba muy bien, todo era simpatías, hasta las del reportero que iba entre la bola que lo acompañaba y de la que destacaban el gobernador Javier Duarte, el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia Alberto Sosa Hernández, el presidente del Congreso del Estado diputado Eduardo Andrade Sánchez, el secretario de Salud Salomón Chertorivski Woldenberg y el director del Issste Sergio Hidalgo Monroy Portillo, entre otros.
Llegamos al área de recepción para la inauguración oficial: Se anunció su llegada; de repente se empezaron a oír los acordes del Himno Nacional y en la pantalla oficial ¡oh decepción!, apareció la figura del Señor Presidente de la República Mexicana, don Felipe Calderón Hinojosa todo concentrado con la mano derecha ¡chateando en su blackberry en pleno canto del Himno Nacional Mexicano!
Qué tristeza, por eso estamos como estamos desde que se canceló la materia de civismo en las escuelas primarias de todo el país, poca cultura cívica, poca madre…, patria, pero es que el pobre lo oye tanto que a lo mejor ya le choca.
Después le dieron la palabra a la ciudadana Dolores Tiburcio García, beneficiaria del Hospital; leyó un discurso chocholero; a leguas se notó le escribieron.
En su turno, el director del Issste Sergio Hidalgo Monroy tuvo el acierto de disculpar la ausencia de donPablo Anaya Rivera, secretario de Salud del estado, quien tenía que comparecer en el congreso: “todos los servidores públicos tenemos que cumplir con esa obligación constitucional de rendir cuentas, así que le dejamos también un saludo”, pero aclaró que con su representación acudió la doctora Minerva Junco y soltó su rollo.
Sentado, atrasito de Calderón Hinojosa se veía el subsecretario de Gobierno del estado, José Enrique Ampudia Mello.
La noche anterior, por primera vez en el sexenio, en sus recorridos por el estado de Veracruz, Calderón Hinojosa había llegado en su avión Boeing 757 TP-01, con retraso de más de dos horas.
Alrededor de las 20 horas fue recibido por los representantes de los tres poderes en la base aeronaval y de ahí, mientras una fanaticada futbolera sufría y disfrutaba el juego entre el América de Televisa y el Toluca de Peña Nieto, se fueron a iniciar jornada en el Museo de San Juan de Ulúa, donde estaban contemplados como oradores Alfonso de María y Campos Castello director del INAH y el secretario de Educación José Angel Córdova, pero, este sabio señor no estaba por ningún lado. Algo andaba mal en el equipo de la agenda.
Lo que sí se confirmó fue una entrevista al Presidente pactada de antemano con la ilustre acayuqueña Beatriz Zavaleta Pérez, directora de noticias de la legendaria radiodifusora XEU de Veracruz.
¡CANTESE UNA!, ¿SI?
Al otro día, terminando el evento del Issste me quedé con las ganas de alzar la mano, llamarle la atención al michoacano, no para reprocharle su falta de respeto a los símbolos patrios, sino para que se echara una cancioncita que no fuera la del Perro Negro de don Julián la que cantó en Michoacán a micrófono abierto, pero era muy temprano y “la hora del amigo” estaba lejana.
El primer ciudadano nacional y el estatal y la comitiva volaron a inaugurar el libramiento de Xalapa donde Calderón manejó una camioneta curiosamente de color azul marino, como la que condujo la última vez que vino al libramiento de Perote.
“El Libramiento de Xalapa es de cuatro carriles y casi 30 km de longitud, reducirá 45 minutos el recorrido entre Perote y Xalapa y permitirá elevar la calidad de vida de las familias veracruzanas, el desarrollo económico y la competitividad de toda la región”, dijo Nichito Pérez Jácome Friccione, menos para los de La Joya, Las Vigas y anexas, digo yo nomás por fregar.
(Por cierto, hablando del hijo de don Dionisio, nada raro sería que si lo invitan a ser del PRI, lo aceptara, pues en el PAN no tiene ya ningún futuro).
Allí el Presidente anunció que este domingo inauguraría la gran carretera México-Tuxpan, “tan esperada, tan comprometida”, precisamente en el tramo de Ávila Camacho Puebla hasta Poza Rica, ya totalmente terminada del lado de Veracruz.
Recordó otra carretera en el sur, “bien importante estratégicamente para el país”, que es la de Acayucan a La Ventosa, rumbo a Salina Cruz Oaxaca, que dará gran competitividad y va a comunicar, mejor que nunca, a los veracruzanos con los oaxaqueños y facilitará el tráfico de mercancías, (y otras cosillas) que embarquen o desembarquen respectivamente, en Salina Cruz y en Coatzacoalcos.
“Yo no sé, creo que no voy a alcanzar ni a inaugurarla. Pero ya está lista, está funcionando la modernización del lado de Veracruz, y qué bueno que así sea” expresó.
Para retirarse, dejó un “qué Dios los bendiga”, amén dijeron los presentes y se persignaron. “Podeis ir en paz, Presidente”, pensé, su sexenio ha terminado. “Demos gracias a Dios” dirían otros.
¿A DÓNDE IRA VELOZ Y…
Más tarde, en Antón Lizardo, el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas encabezó la Ceremonia de Clausura del Curso de Adiestramiento Básico Naval de los Cadetes de Primer Año, Generación 2012-2017 y del Curso de Oficiales Generación 2012. Ahí sí, entre tanto soldado no sacó el aparatito celular y olvido la ofensa al himno.
El Jefe del Ejecutivo expresó que ha sido un honor comandar a una Marina Armada integrada por lo mejor que tiene México: mujeres y hombres de valor y de lealtad; mujeres y hombres disciplinados, profesionales y dispuestos a darlo todo.
Se pensaba que el Señor se iba a quedar a comer con los marinos como estaba en la agenda, pero, le entraron las prisas por quién sabe qué, agarró sus chivas y como las golondrinas, se fue. Tampoco acudió a Acayucan. Mis paisanos se quedaron esperándolo en Sayula y Aguilera, donde inauguraría la carretera de 76 kilómetros, a La Ventosa.
Qué le vaya bien Presidente, Dios que lo bendiga, ¡cuídese mucho!
Que tenga el lector un bonito día. ¡Sonría!
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