*Masacres y más masacres
*Calderón presume estrategia

El macabro hallazgo ayer en la madrugada de 49 cuerpos, decapitados y mutilados, cuyos restos algunos estaban en bolsas de plástico y otos fuera de ellas, en la carretera de Monterrey a Reynosa, a la altura de Cadereyta, pareció ser la respuesta al recién ampliado operativo “Nuevo León Seguro” que con tanto bombo anunciaron la semana pasada el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, y el gobernador priísta de ese estado, Rodrigo Medina.
A eso se suman las 23 ejecuciones con características similares registradas la semana pasada en Nuevo Laredo, nueve de ellos colgados en un puente de la población fronteriza y otros 14 decapítados también; 20 cuerpos más que fueron encontrados en la carretera Guadalajara-Chapala y los cinco periodistas y reporteros gráficos de Veracruz que aparecieron masacrados, lo que confirma que los baños de sangre continúan con todo y los igualmente fallidos operativos que el gobierno federal mantiene y amplía a seis meses y medio de que concluya el sexenio, más con afán de militarizar la República que de hacer frente a los grupos criminales.
Está más que comprobado que en estados atiborrados de agentes federales, soldados y marinos en los llamados “operativos de seguridad”, es en donde los cárteles de la droga siguen actuando con más saña. Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua, Zacatecas, Veracruz y Jalisco son unos, pero a ellos se agregan Michoacán, Guerrero, Sonora, Durango y hasta Quintana Roo.
El Ejecutivo Federal, secundado por algunos miembros de su gabinete, sostiene que la “única” opción para enfrentar al crimen organizado y al narcotráfico es la que él siguió unos días después de asumir el cargo, declarándoles unilateralmente la guerra que, a lo largo del sexenio, ha intentado endosar a todos los mexicanos, que hasta ahora ha cobrado más de 60 mil víctimas y que en los meses venideros de aquí al 30 de noviembre, puede elevarse con matanzas semanales como las de Nuevo Laredo, Guadalajara-Chapala y ahora Cadereyta, más crímenes como los de los periodistas veracruzanos.
Por más reclamos, criticas y exigencias que diversos grupos de la sociedad le han hecho en los más diversos tonos al presidente Calderón, él insiste en que “no hay de otra” para enfrentar a esos flagelos, que sea quien sea su sucesor, tendrá que mantener al Ejército en las calles hasta que las corporaciones policíacas federales y estatales estén capacitadas para cumplir esa tarea, lo que francamente es ilusorio, habida cuenta de los casos en que los pomposamente llamados “nuevos policías” más pronto que tarde actúan como los de siempre, organizando comandos para extorsionar, secuestras y asesinar, como ha sucedido en varios estados y que se responsabilice de sus fechorías a sicarios, como frecuentemente ocurre.

A su vez, el presidente Calderón aprovecha cuanto acto, ceremonia o conmemoración encabeza para pronunciar discursos o enviar mensajes a la población para insistir en que su estrategia ha sido la mejor y más efectiva para combatir al crimen organizado aun cuando los índices de miles de muertos siga creciendo como hasta ahora.
Lo riesgoso es que como van las cosas, con la presunción presidencial de que no hay otro camino para combatir a la delincuencia organizada que la que ha seguido y con los candidatos a sucederlo enfrascados en pleitos personales, la violencia, que ya empezó a mostrar su siniestro rostro, llegue a las campañas electorales.
De esto y de aquello…
Si no fuera tan grave, sería de risa esa movilización de agentes federales, soldados y marinos en Nuevo León, tras haberse encontrado primero 37, después 47 y finalmente 49 cuerpos mutilados, según se dijó “para dar con los autores materiales”… Apenas la semana pasada se anunció el “reforzamiento” de la seguridad en ese estado, con la ampliación “hasta el 30 de noviembre”, último día de este sexenio, del operativo “Nuevo León seguro” y ya vemos qué ocurrió… Como los cadáveres desmembrados fueron hallados en la carretera de Monterrey-Reynosa, se empezó a especular que fueron ejecutados y mutilados en Tamaulipas y arrojados cerca de la comunidad San Juan, en territorio nuevoleonés… Lo inexplicable es que la entidad que gobierna Medina desde hace tiempo está repleta de elementos de las fuerzas de “seguridad” y siguen los secuestros, ejecuciones y hasta estallidos de artefactos en vehículos o en algunos sitios, sin que nadie se entere quiénes, cuándo, ni cómo, fueron colocados… Por lo demás, el ampliado operativo de “seguridad” en la otrora pacífica, laborioso y próspera entidad norteña, ha resultado igual que los que se pusieron en marcha en otros estados y que no han servido ya no se diga para enfrentar a los cárteles de la droga o capturar a sus integrantes, sino ni siquiera para percatarse de éstos siguen actuando impunemente… Y el que deberá estar alerta, más que alardear del operativo “Guerrero Seguro”, es el gobernador aliancista de ese estado, Angel Heladio Aguirre, por la violenta reacción que seguramente habrá, igual que sucedió en Nuevo León, Tamaulipas, Michoacán o Veracruz… Para colmo del clima de violencia que hay en el país y en una entidad gobernada por el panista Marco Antonio Adame, ayer fue encontrado en la cajuela de un auto de modelo reciente, asfixiado, amordazado y con huellas de tortura, el cuerpo del periodista René Orta Salgado… Era reportero de la fuente policiaca que cubría para el Sol de Cuernavaca y era también dirigente estatal de una agrupación política afiliada al PRI… Hayan sido o no estudiantes de la Universidad Iberoamericana o algunos infiltrados entre ellos, el comportamiento que tuvieron durante la presencia de Enrique Peña Nieto, el viernes pasado en sus instalaciones, fue una muestra más del afán de algunos de enrarecer el clima electoral…

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