Fortin Municipio que Florece!!!

Fortin  Municipio que Florece!!!

miércoles, 30 de mayo de 2012

Acertijos EL VIEJO PRI Por: Gilberto Haaz Diez




*No hables de afecto perdido, el afecto nunca es en vano. Camelot.
:

EL VIEJO PRI
A Peña Nieto, los encantadores estudiantes lo traen cabeceando como Jared Borguetti en sus buenos tiempos. El candidato que lidera las encuestas, ha dicho que acepta las criticas, pero en un contexto de respeto, y que no sean violentas. No está el horno para bollos. Una foto de un estudiante circula por la red. El texto: “Mario Aburto, ¿en dónde estás cuando México realmente te necesita? A nadie beneficiaría una violencia contra cualquier candidato. A nadie, enturbiaría las cosas como aquel 1994. Debe el Estado proteger a los candidatos. Cuidarlos hasta el final. Hasta que en julio el electorado decida quién los va a gobernar.  Peña ahora es escurridizo con ese viejo PRI.
Me late que los va a necesitar para ganar, pero no para gobernar.
Prueba de ello es que el tiranosaurio de la era cuaternaria, Emilio Gamboa Patrón, dicen los trascendidos de Milenio que, desde el affaire de la Ibero, perdió la chamba de coordinador de los senadores, y que ese trabajo será para Socorro Díaz, secretaria general del PRI, ella es solo bebesauria, y no Gamboa la boa, que debe estar, al igual que Labastida, cuidando a sus nietos.

OBISPO CUMPLEAÑERO
Cumplió años el obispo de Orizaba, Marcelino Hernández Rodríguez. Desde que llegó, hace 4 años, ha dado una nueva dinámica al obispado. No hay semana que no recorra algún lugar de zona marginada, donde viven los campesinos y los indígenas. Me atrevo a señalar que es el Obispo que mas visita estas zonas donde la pobreza está a flor de piel. Cenamos con el grupo de amigos del ‘juebebes’, para festejarlo. Allí nos comentó la exitosa gira pastoral que hizo junto al Nuncio Apostólico, Christophe Pierre, quien se fue muy sorprendido de las comunidades indígenas, sobre todo de Zongolica, donde anduvieron llevando la palabra de Dios. Que cumplas más años, Marcelino, un deseo de tus amigos y de la feligresía católica, que te ve con gran respeto.

LAS TRES MUERTES DE CARLOS FUENTES
Por Mario Alberto Mejias
Carlos Fuentes no murió ayer: murió cuando su hijo Carlos Fuentes Lemus se suicidó en Puerto Vallarta huyendo para siempre de la hemofilia y cuando su hija Natasha fue hallada bajo un puente del barrio de Tepito asesinada por manos anónimas y cobardes.
En otras palabras, la de ayer fue su tercera muerte: la definitiva.
Un pasaje de su libro “En esto creo” resulta conmovedor en momentos como estos.
Fuentes narra que a la habitación de su casa de Londres entró su hijo en plena madrugada. El escritor lo vio pasearse sin decir nada, puesta la mirada en la delgada sombra. De pronto, el joven se detuvo y en medio de un llanto apagado musitó una frase: “I" damned”. Es decir: “Estoy maldito”.
Fuentes retrata en ese texto el sufrimiento de un padre que ve morir en vida a uno de sus hijos. Poeta, pintor, guionista de cine, huésped permanente de los hospitales, el joven Fuentes Lemus acabó con su vida en Puerto Vallarta el 5 de mayo de 1999.
Como buen lector de Baudelaire, entendió que las flores del mal siempre son nocturnas y están ligadas a la muerte. Seis años después, el 22 de agosto de 2005, su hija Natasha terminó debajo de un puente de Tepito.
Sola, despojada, arrebatada.
Esas dos muertes lo mataron en vida: acabaron para siempre con la vitalidad de un escritor que abarcó casi todos los géneros: novela, cuento, ensayo.
Y aunque siguió escribiendo, las cosas ya no fueron iguales: había perdido el alma y el espíritu: esas formas borrosas que guardan la ausencia de los hijos.
Atrás quedó uno de nuestros primeros escritores realmente cosmopolitas: políglota, exitoso, cultísimo, amante de las actrices más bellas, conocedor de vinos, cinéfilo empedernido y bon vivant.
Eso sí: siempre estará entre nosotros el autor de Terra Nostra, Cambio de piel, La región más transparente, Aura.
El amigo de Buñuel, de Paz, de García Márquez, de Bill Clinton, de Miterrand.
El hombre que cruzó el siglo veinte mexicano a bordo de un Ferrari y que fue víctima de envidias y rencores.
Me quedo con una de sus últimas frases pronunciada en una entrevista reciente: “En el momento que no sabemos hablar, tampoco sabemos amar, ni actuar, ni hacer política”.
En efecto: Fuentes fue un escritor obsesionado con el lenguaje.
Siempre se enfrentó a él.
Por eso Terra Nostra es su Ulises, su Tristam Shandy, su Guerra y Paz.
Una obra total para un escritor total.
Unas horas antes de morir publicó su último artículo en El País y en Reforma.
Ahí habla de lo que le espera al socialista François Hollande, nuevo presidente de Francia, país en el que vivió durante varios años y en el que fue embajador de México en los años setenta.
Así culminó su último artículo: “Me preocupa e impacienta que estos grandes temas de la actualidad estén fuera del debate de los candidatos a la presidencia de México, dedicados a encontrarse defectos unos a otros y dejar de lado la agenda del porvenir”.
Muchas líneas se están escribiendo sobre él, pero pocas como las que el escritor checo Milan Kundera le dedicó hace algunos años:
“Cuando era un joven escritor, en Praga, odiaba la palabra generacioón, que me repelía por su regusto gregario. La primera vez que tuve la sensacioón de estar unido a otros fue leyendo más tarde, en Francia, Terra Nostra, de Carlos Fuentes. ¿Cómo es posible que alguien de otro continente, alejado de mí, por su itinerario y su cultura, esté poseído por la misma obsesión estética de hacer cohabitar distintos tiempos históricos en una novela, obsesión que hasta entonces había ingenuamente considerado sólo mía?”.
Descanse en paz.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario