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jueves, 10 de mayo de 2012

Acertijos EL OTRO VERACRUZ (MATA DE UVA) Por: Gilberto Haaz Diez



*Ah que timoratos, ahora todos se deslindan de la chica del IFE. Camelot.
EL OTRO VERACRUZ (MATA DE UVA)Ya me habían hablado de ese sitio paradisiaco. Olga Díaz Ordaz por allí tiene su casita con vista al mar y desde allí dirige su Fundación Chalchi. La que preserva especies y agua y cuida los mares. Como Costeau.
Sábado pasado, después de tirar una carne con Siles en El Gaucho, emprendimos ver el Veracruz turístico. Terrones al volante de la Suburban de Menche Mora, sirvió de guía.
Cruzamos el puente de la fidelidad, el que hizo Fidel donde ahora mismo Grupo Chedraui construye una tremenda y moderna plaza comercial, que tendrá otro Liverpool, para que vean que hay pocos lugares en México donde ésta prestigiada cadena tenga dos tiendas de su tipo. Pegadito al lujoso fraccionamiento El Dorado, el de los Ruiz, otros inversionistas veracruzanos, junto al Estero.
En ese Mall se podrá comprar como en Miami. Quienes lo tengan, podrán llegar con sus lanchas o yates pequeños como Julio Iglesias, aparcar en el agua como Onassis o Aquaman y bajarse a hacer el súper en Chedraui. Primero en su tipo en Veracruz.
Para qué vean que no solo nos llegan cosas malas.
Cruza uno el puente fidelista y se enfila a Antón Lizardo.  Donde crece el nuevo Veracruz. Autopista de cuatro carriles solo en unos cuantos kilómetros. A Fidel no le dio tiempo de terminarla, pero muy seguro el gobernador Duarte la reiniciará y la pondrá hasta la punta de Antón Lizardo, para hacer un paraíso de lo que mamilonamente llaman La Riviera Veracruzana. Habría que haber llevado allí al nenorro Peña Nieto y que, con el poder de su firma, como candidato se comprometiera a enviar fondos federales cuando se siente en esa silla que despreciaron Zapata y Villa, para relanzar esa autopista de cuatro carriles. Hay un Superama allí, a mano derecha. Y como vigías se elevan nuevas torres de vivienda departamentales. Algunos sitios asemejan a Miami. Sin su Ocean Drive ni su hotel Fontaineblue, pero con la magia del Veracruz de siempre.

EL BUEN CALOR
Con un calor de 34 grados, más lo que se acumule, el aire acondicionado de la Suburban pujaba, como puja Julen Tementiría por ser senador.
A un lado las propiedades de particulares, que compraron hace mucho tiempo cuando la tierra era barata. Terrones nos metió a un Spa que alquilan. Alguien dijo que era de la Prampolini. Es como esos lugares de Xel-Ha. Cabañas con y sin aire acondicionado, hamacas a la puerta, alberca y chapoteadero y el mar a pocos pasos. Restaurantes.
Ese desarrollo del sur de Veracruz le va a dar otra dimensión. Ahora la tierra no será barata. La encarece la demanda. Hay pisos en el bulevar pegado al mar, que están más caros que los de Miami.
Arenales y lugares míticos donde el cangrejo azul, en proceso de extinción, caminaba con su lentitud hace unos cuarenta años a cruzar de la zona del mar a las dunas, y los autos hacían una matadera. Muchos los recogían para saborear las manitas de cangrejo, que aseguran al cangrejo se le corta y le vuelve a salir. Ahora hay pocos, y letreros donde se alerta de cárcel a quienes los atrapen. Está en proceso de extinción, como todo lo que logra el hombre cuando llega con la modernidad.

LA GLORIOSA MARINA
Llegamos a Antón Lizardo. A la izquierda y derecha del camino, los changarros de comer. En cualquier lugar que usted escoja le hacen un pescado de primera. En cualquiera, en la choza más humilde o en la mas picuda. Aunque picudas hay pocas.
Bordeamos la Heroica Escuela Naval Militar. Allí donde el presidente llega cada año a abanderar a cadetes que brindarán servicio a la patria. Estuve tentado a bajarme y felicitar al Almirante o a quien estuviera a cargo, porque las instalaciones están bellísimas, cómodas, funcionales. Un contertulio arriba de la Suburban me dijo que los fondos federales si llegan y que los Marinos ahora son bien pagados. Hay, además, construcciones a la vista. Por aquello de la maluria cerraron el paso a los civiles, antes se cruzaba entre ellos, la lucha contra la delincuencia organizada ha logrado que se resguarden mejor. No hay acceso a ellos por la playa. Hay que bordear hasta llegar a Mata de Uva. Así lo hicimos antes de cruzar el rio Salado, uno que está más saldo que El Pipo. Cuando entramos con la camioneta al pie de la playa, unas gaviotas comían el pescado que tiran los pescadores. Eran cientas, quizá miles, las espantamos para ver su volar, imagen que ya no se ve en todos lados. Volaron y, como la canción de Julio Iglesias, vuela amigo, vuela alto, no seas gaviota en el mar, regresaron al instante por su comida. Pescado tirado por pescadores. De esos que arrulla el mar, como los cuentos.

EL COCO
Se me antojó una agua coco. Pasamos por algunas residencias bellas. Hay un salón que parece romano, dos estatuas lo enmarcan. Bajé y pregunté qué era, el velador me dijo que salón para eventos. Hay varios por esa zona, ahora usted puede alquilar uno en lugares abiertos para quince años, bautizos o lo que sea, y estar frente al mar. Solo persígnese que no le pegue un canijo norte, porque entonces si, al carajo.
En Mata de Uva, cerca de la casa de Chavela Vargas, una que cuentan le regaló el marro y codo exgobernador Alemán (Miguel), hay grandes contrastes. Casas tipo residencia, medianas y chozas de pobres pescadores. Conviven la opulencia con la medianía. Pero conviven en armonía. Paramos por un coco en una choza de restaurante. El dueño, un gordo panzón a quien ayudaba su esposa, nos pidió diez minutos para tenerlo. Le hice al Ampudia que todos llevamos dentro y pregunté por qué la tardanza. Era lógica. Fui al patio y vi a la esposa bajar los cocos de la misma palma con una varilla ex profeso para ello. Lo partió y la bebimos así, fresca, directa de la palma. Dicen que el agua de coco mata las lombrices y los bichos. Perro Uribe, Terrones, Rico, Pavón y Papicha Solar tomaron dos, por si tenían bichos en la panza. Luego, la desilusión, al partirlos en dos los pinches cocos no tenían carne. Pagamos los 8 pesos de cada coco y partimos de regreso. Quedando volver para comer y meternos al mar. Tiene una particularidad. Allí hay playa que la naturaleza creó. Ninguna escollera para hacer la playa. Bañistas entran y la arena es más fina que la del Puerto y Boca del Río. Parecería que la naturaleza dijo, se las haré lejos para que no la desgracien.
Paraíso veracruzano, algo de lo bueno que tenemos entre tanta maldad que se nos ha aparecido.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com

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