Cada día vemos más pasión en las calles y
redes sociales en defensa del candidato ¨x¨, unos y otros discuten y pelean
como si eso fuera a cambiar el sentido del voto de quien ya decidió. Y el
indeciso, ante tanta información, entre tanto lodo, resulta incapaz de ver lo
poco de bueno que pudiera tener un candidato para decidirse a votar por él.
Hoy no quiero comentar nada del indeciso.
Los votos duros y los apasionados son los motivan este análisis. Resulta increíble que los mexicanos nos
olvidemos de la historia, y no de la de hace doscientos años, sino de la de
hace uno, dos, cinco, diez años, veinte o treinta.
Discutimos las propuestas de los
candidatos, y les exigimos respuesta a todo tipo de temas, como si lo que hoy
dijeran se fuera a convertir en realidad mañana. Basta recordar los temas de campaña de hace
seis años, y ver que ha cumplido el ganador, para entender que cuando menos en
el PAN no se cumple lo que se promete, ni se plantea en campaña lo que en
realidad se va a hacer.
El presidente del empleo,
enfrenta el mayor desempleo de la historia de México, y además inició una
guerra contra el crimen organizado que nos trae locos con tantos muertos y
tantos agravios como sociedad, sin habernos avisado en su campaña que la iba a
llevar a cabo. Son dos botones de muestra nada más… El presidente anterior nos emocionó con un
crecimiento del siete por ciento anual, y la promesa de meter a la cárcel a las
víboras y tepocatas, como él se refería a los funcionarios corruptos de sexenios
anteriores… No hizo nada, y dejó muestras de una brutal corrupción, él
personalmente, tanto con el enriquecimiento de los Bribiesca Sahagún, como el
del actual emporio Fox. Durante su
sexenio se supo además que su director de Pemex le había otorgado al sindicato
mil setecientos millones de pesos… Cantidad muy superior al pemexgate de mil
millones de pesos tan comentado durante el sexenio anterior, el de Zedillo. Con esto, quien le cree al PAN.
El presidente Zedillo (ni siquiera
recuerdo que prometió en campaña). Llegó a la silla por la muerte de Luis
Donaldo Colosio, y trató con mucho desprecio a su antecesor. Metió a la cárcel
al hermano incómodo del ex presidente Salinas, pero no fue una búsqueda de
combate a la corrupción, sino una
venganza política. Dejó un país en
marcha con un crecimiento anual del 7% y se fue a vivir a Estados Unidos… Durante su sexenio se administró un enorme
fraude al erario con la creación (positiva y urgente) y malos manejos (como
siempre) del FOBAPROA. Llegando le quitó los alfileres a la economía y hubo una
devaluación y crisis enorme que no quiso enfrentar su antecesor, pero supo
salir adelante y dejar un país caminando. Vendió también Ferrocarriles
nacionales, en beneficio de los transportistas terrestres, perjudicando
brutalmente al país.
Carlos Salinas prometió y nos llevó al
primer mundo, sentando las bases del crecimiento económico del hasta hoy
gozamos, gracias al acuerdo de libre comercio de América del Norte. Sin embargo
su sexenio estuvo plagado de corrupción, de desprecio a sus opositores, y en él
se privatizaron muchas empresas públicas con el pretexto de reducir la
burocracia y la corrupción. Hoy hay más burocracia con menos empresas, a pesar
de la supuesta eficiencia administrativa del panismo. Siguiendo con Salinas, privatizó entre otras
a Telmex, y comenzó el desmembramiento del estado todopoderoso. Con esto quien le cree al PRI.
En el caso de la administración de Andrés
Manuel. Habría que recordar que él se afilió al PRI a los 17 años, dos años
después del 68. Que durante su campaña
presidencial del 2006 no dijo ni una palabra en defensa de los macheteros de
Atenco (indefendibles), ni una queja en contra de las violaciones de mujeres y
de derechos humanos llevada a cabo de común acuerdo con la federación panista,
el estado de México priísta, y el municipio perredista. Aparentemente gobernó bien la ciudad de
México, pero en aras de la transparencia que tanto pregona, dejó en secreto
toda la información de los segundos pisos del periférico, para que nadie
pudiera preguntar nada, en las dos siguientes campañas presidenciales. Es belicoso y sus seguidores dicen que tomó y
quemó pozos petroleros porque no había otra manera de ser escuchado. De la toma
de Paseo de la Reforma y la pérdida de empleos de tanto trabajador, además de
las molestias y pérdida de horas hombre en el Distrito Federal, sólo se dice
que lo hizo para castigar a quienes lo atacaron, (supuestamente los dueños de
negocios). Su desafuero estuvo
legalmente sustentado, pero Fox por miedo presionó a la suprema corte para que
fuera rechazado. Hubo casos muy sonados
de corrupción en su gobierno. En lo
personal sospecho que vendió su elección en 2006, pues ningún candidato dejaría
sin vigilancia más del 20% de las casillas electorales en un país como México.
Se le avisó anticipadamente a Dante (su brazo Izquierdo) de esta situación,
pero nadie hizo nada. Como si estuvieran jugando para perder, al grado de que
ni siquiera pudo mostrar las actas de todas las casillas del país, para demostrar
su dicho de que había ganado la elección del 2006. Con estos antecedentes quien
le cree al PRD. Sobre todo con la inclinación amarilla de las actuales marchas
y peticiones del grupo #yosoy132.
Y a pesar de ello nos emocionamos y
discutimos, defendemos y ofendemos, con tal de que nuestro candidato llegue a
la silla del águila. Salvo los que van a obtener un puesto o beneficio, el
resto de los mexicanos estamos peleando por algo que ni nos beneficia, ni nos
perjudica. Y quizá hasta ya esté decidido
quién será el ganador, sin que importe lo que hagamos a favor o en contra.
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