LA ALCOHOLERA
Hace unos días, el que pinta y camina para procurador, Reynaldo Escobar Pérez, llegó a estas tierras orizabeñas como cuando llegaba John Wayne a poner paz en el viejo oeste. Bueno, Rey no ponía paz. Aplicaba la ley. La historia cuenta que los dueños de la alcoholera, cuando sufrieron un percance que cobró vidas y apanicó a los vecinos, desoyeron y violentaron la ley al hacer caso omiso de los sellos gubernamentales que les prohibían entrar. Un Garganta Profunda xalapeño, como el chismoso del Wikileaks, contó que había sido Osiel Castro de la rosa, director del Instituto Veracruzano de Bioenergéticos, el que les dio luz verde. El que les dijo no os preocupéis y trabajéis en santa paz, no os pasará nada. Pues no pudieron. La ley es dura pero es la ley. Lo malo de esta historia de telenovela, es que los sheriffes se llevaron a los trabajadores, a quienes pusieron a resguardo, cuando los trabajadores sólo cumplen ordenes de los patrones que, cuando les dicen a trabajar, pues tienen que ir a trabajar. Misma historia de siempre. Los charalitos a la cárcel, y los grandes a la impunidad.
LOS CONTRASTES
Mientras en Veracruz se daba la firma de una Ley de Adopciones, ampliamente promovida por el gobierno. Mientras en Veracruz se busca que los niños tengan casa, alimento, sustento, seguridad y estudios. Mientras cada niño que deambula en la pobreza es un clavo que cada veracruzano tenemos que compartir. Mientras, por un lado se les busca bienestar, por el otro esa misma mañana los diarios locales exhibían el artero crimen de una madre a dos de sus pequeños en una comunidad veracruzana llamada Paso del Macho. Desquiciada mujer, se leía el titular, mató a sus hijos. La foto mata. Aniquila. El solo ver el par de cuerpecitos de un niño de 3 meses y una niña de 6 años, a quien esta hiena llamada madre liquidó, es señal de que algo aún anda descompuesto y que la maldad, o el diablo que es su amigo común, se mete en el pellejo de estas madres que lo primero que buscan es huir de su cruda realidad y matar a sus hijos. La madre, en su intento de liquidación, quedó viva. Cargará por lo que le dure la vida, en la cárcel, su osadía. Que Dios la perdone.
AH QUE DOMINIQUE
El director del FMI (Fondo Monetario Internacional), el tal Dominique Strauss-Khan, no se puso a bailar un vals de Johans Strauss. No. Lo agarraron los sherifes americanos casi con las manos en la masa, cuando intentó tentonear (unos dicen que violar) a una camarera de hotel neoyorkino. El hombre es tan valioso que hizo caer las bolsas de valores en picada. Un mago, dice el diario El País. Un ‘charmeur’, encantador de serpientes. Un hombre mágico para los números, que daba de comer en la mano y en la boca a los jerarcas del G-20, a todos. El que las encuestas definían como el sucesor de Sarkozy, presidente de Francia. Pues ha caído en desgracia y está en la cárcel porque en ese país, los gringos no se andan con juegos. El diario señala que Sarkozy, su rival electoral, cuando fue nombrado Director del FMI, le dijo: “Ten cuidado: ahí en EEUU no se bromea. Evita coger el ascensor tú solo con una becaria. Ya sabes a lo que me refiero. Francia no puede permitirse un escándalo”. Con fama de Casanova, y con supuestas acusaciones por doquier por acoso sexual, en un país donde son mochilones y timoratos y a Clinton por poco le cuesta el pellejo por andar metiendo un puro Cohiba donde no debía, el buen francés se defenderá desde la cárcel. Su carrera ha terminado. Será un paria. De todo esto, lo que resulta quizá beneficiado para México, es que hay dos nombres que comienzan a brotar para sucederlo: el globalifílico Ernesto Zedillo Ponce de Léon and Procter and Gamble, y Agustín Carstens, dos mexicanos buenos para los números.
EDUARDO GALEANO
Cada que puedo, en librerías que encuentro a mi paso, por parafrasear un poco a Andrés Schifrin, escritor: “Siempre he dicho que la librería ideal no es la que tiene el libro que andas buscando, sino la que te vende el libro que no sabía que querías”, escudriño y encuentro más o menos lo que busco. Hace poco compré uno del uruguayo Eduardo Galeano, escritor universal, que alguna vez fue homenajeado por la Universidad Veracruzana y por su rector, Raúl Arias Lovi-yo. Tengo varios de él. Un día le obsequié a un amigo uno y ahora cuando puede los busca dónde los encuentre. Este se llama ‘El libro de los abrazos’. Son textos muy a su estilo. Únicos. Con su prosa y lenguaje muy de él. Va.
CELEBRACION DE LA FANTASIA.
Fue a la entrada del pueblo de Ollantaytambo, cerca del Cuzco. Yo me había desprendido de un grupo de turistas y estaba solo, mirando de lejos las ruinas de piedra, cuando un niño del lugar, enclenque, haraposo, se acercó a pedirme que le regalara una lapicera. No podía darle la lapicera que tenía, porque la estaba usando en no sé qué aburridas anotaciones, pero le ofrecí dibujarle un cerdito en la mano.
Súbitamente, se corrió la voz. De buenas a primeras me encontré rodeado de un enjambre de niños que exigían, a grito pelado, que yo les dibujara bichos en sus manitos cuarteadas de mugre y frío, pieles de cuero quemado: había quien quería un cóndor y quién una serpiente, otros preferían loritos o lechuzas, y no faltaban los que pedían un fantasma o un dragón.
Y entonces, en medio de aquel alboroto, un desamparadito que no alzaba más de un metro del suelo, me mostró un reloj dibujado en tinta negra en su muñeca:
- Me lo mandó un tío mío, que vive en Lima-, dijo.
- ¿Y anda bien?- le pregunté.
- Atrasa un poco- reconoció.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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