LA REPUBLICA REUNIDA
Lunes 5 de septiembre. Mes de la patria. Aquel salón estaba repleto de picudos.
El mundo político en su totalidad, diría un cronista de sociales.
Uno al estilo de Jaime Peñafiel, que narra con excelsitud cosas de la realeza española. De reyes y reinas. De escándalos en ese mundo que no es de uno.
Yo no pude asistir porque no fui requerido, y un viejo amigo siempre decía que nunca te aparezcas donde no te inviten, pero un garganta profunda me platicó algo.
Dijo que aquello era un boato, y tuve que ir al diccionario para saber qué carajos era boato (ostentación, pompa, fausto, lujo).
Aquello, visto en la tele, era como los días del poder cuando la República se reunía en tiempos del emperador Jolopo. Como una vez llegaron todos los gobernadores a Veracruz, porque todos eran del PRI, al Castillo de San Juan de Ulúa a adorar a su César presidente. Javier Duarte no lo recuerda porque estaba muy chiquito, apenas jugaba a las canicas y a los trompos con Juan Manuel Del Castillo, Aguilar Yunes y los Manssur, sus cuates.
Escenario victorioso, donde Enrique Peña Nieto informaba a la Nación de su despedida en el gobierno del Edomex, en Toluca, donde hacen buenos chorizos y ahora tienen al niño dios en el pesebre, para ir a buscar mejores derroteros: la presidencia de la República y Los Pinos. Los tricolores ya la sienten suya (Perro Bermúdez dixit), solo suya y no la dejarán ir. Al pie 17 gobernadores y una lideresa sindical, Elba Esther Gordillo, que vale como por cinco gobernadores juntos, o un poco más.
Javier Duarte de Ochoa en primera fila, al lado del gobernador de Tamaulipas.
Aplaudía como chamaco en concierto. Como si se viera a Luis Miguel en el Caesar Palace de las Vegas en los días de septiembre.
Veracruz jugará papel importantísimos en la contienda presidencial, no por algo Peña Nieto, el Beckham de sus tiempos o ahora el Ronaldo Cristiano en el Real Madrid, por guapo, majo y chulo, un día después de ese informe, me asegura garganta profunda, viene a hermanar dos ciudades: Xalapa con Toluca, para que vean lo que es bueno.
Eso va a ser como hermanar Paris con Nueva York, por lo que representan.
Duarte, me lo dijo un Wikilikeas sin sueldo, no salía del Palacio de Gobierno de Toluca. Peña Nieto lo apapachaba. Sabe de la importancia de Veracruz en lo electoral.
EL REY EN EL PODIUM
El rey estaba en el pódium. El país alerta. El presidente por otros rumbos, por otro castillo, el de Chapultepec, con los de la UNAM, con el rector Narro y con el eficiente Alejandro Poiré, el vocero de Seguridad Pública, licenciado del ITAM y doctor en Ciencias Politicas por la Universidad de Harvard. El mejor defensor de la política anti delincuencia del presidente. El que da la cara y no se arredra.
El país envuelto en una burbuja de maldad. “Como gobernador y como padre de familia me indigna la violencia y el miedo que se vive en el país”, decía Peña Nieto ante la concurrencia que asentía.
Allí estaba el gobernador al que ya miran presidente hasta los congresistas gringos, que a todo le atinan. Ese que tratarán de derrumbar de aquí a ese julio que viene, al que arroparán y tratarán de proteger y alejar a los Idus de marzo, los de la maldad.
Al que cuidarán como la niña de los ojos, porque solo un accidente grave puede impedir que Peña Nieto sea el candidato y quizá el próximo presidente de México, según todas las encuestas y todos los decires.
El gobierno federal, por su parte, informaba al país la creación de 492 mil nuevos empleos generados de enero a agosto. Con el Cordero que quiere ser presidente, el de Hacienda, Lozano, el non grato de Duarte, y Daniel Karam, eficiente director del IMSS.
El teatro Morelos lucía a reventar. Estaba el barbón Diego Fernández de Cevallos y sólo faltó Fox, que ya le pronosticó que ganaría la presidencia. Luego vinieron los abrazos, los saludos, los ‘yo siempre he estado contigo, mi gobernador’. Y la expresión de sus fans féminas: “Ay mi góber, cada día lo veo más guapo”. O como dijera una jarocha el día que Peña Nieto vino a un informe de Fidel en Veracruz: “Míralo manita, está rebueno ese cabròn”.
EL BESAMANOS
El besamanos en plenitud, que a ese le entran todos, hasta los gobernadores.
Hombres del clero, poderosos editores de los medios impresos. Banqueros y empresarios. Los televisos, los del Teletón, los picudos radiodifusores del país, allí cabían todos en ese proyecto sexenal que arrancará el mismo 15 de septiembre, cuando Enrique Peña Nieto, el Gavioto, lance sus penas al viento y lance su Proclama a la Nación, como una vez la lanzó Morelos en unos Sentimientos, a quien obedecía el nombre del recinto donde daba cuenta de su rendimiento y caminar como gobernador, de sus promesas cumplidas, de aquellas que notarialmente escrituró en campaña y, dijo él mismo, fue cumpliendo una a una.
En esta tierra que ya parió un presidente muy querido, Adolfo López Mateos, y que ha tenido políticos picudos de renombre, aquellos del Grupo Atlacomulco, que la inventiva mexicana llamó despectivamente ‘Atracomucho’, para que se viera cómo se vivía en aquellos tiempos de otro boato.
Todos formados para saludar a ese hombre que era todo sonrisas.
Del cual, aseguran que formará un gabinete de jóvenes talentosos y competentes. Como el de Kennedy en su Nueva Frontera, como aquellos que vivieron el sueño de Camelot y que un día una tragedia lo malogró.
El país lo necesita. Si ésta es la generación que vendrá a hacer los cambios. Bienvenida. Si sólo vienen a aplicar las viejas costumbres del saqueo y la corrupción, que el diablo los maldiga y se los lleve a su infierno.
Si Peña Nieto logra el consenso y comienza su presidencia como todos lo deseamos, bienvenida sea esta nueva generación de jóvenes. Si logra recuperar para bien la presidencia perdida, que un día cayó en manos de un dicharachero vaquero con botas, y que Calderón le recuperó la prestancia y dignidad, al lado de su esposa, Margarita Zavala de Calderón, bienvenido Peña Nieto.
Si no. Que la historia le condene.
Porque la historia, cito a Eliseo Alberto: “Es una gata que siempre cae de pie”.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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