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sábado, 7 de abril de 2012

CAMALEON El show Por: Alfredo Bielma Villanueva


sabado 7 de abril del 2012
Don Rubén Pabello Acosta, quien fuera fundador, director y propietario del Diario de Xalapa, en sus muy leídas columnas y comentarios políticos formuló las frases “Sea por Dios y venga más” y “¿Que hay de eso Josefina?” para subrayar el énfasis de determinada situación.
Sin duda, estas expresiones podrían aplicarse puntualmente al show protagonizado en estelares por la secretaria de turismo del gobierno veracruzano, el secretario de salud y otros actores de reparto. La acción se asemeja a un rollo de película mal echa y peor interpretada, que refleja la etapa crítica por la que atraviesa el solar veracruzano, tal cual sucedió al cine mexicano con las infumables películas de Juan Orol, que en este caso encontraría una muy calificada competencia.
El argumento de este bodrio no es nuevo, mucho menos original, propiamente es la continuación de otro “churro” escenificado en el gobierno anterior aunque con diferentes protagonistas; se desarrolla en las mismas playas veracruzanas de aquel, hasta las “palmeras borrachas de sol” son las mismas; allí, las fuerzas del mal están caracterizadas por la secretaría del medio ambiente del gobierno federal debido a su reiterado intento en descubrir públicamente que las playas jarochas están fuertemente contaminadas de desechos orgánicos. A este singular Calibán se le oponen las fuerzas del bien que, como Ariel, armados de la razón y la justicia, combaten al mefistofélico adversario. Pero, además, tras el enemigo declarado están ocultos otros a quienes beneficiaría el mal de Veracruz. ¿Quién podría ser ese adversario encubierto que trata de dañar la imagen de un lugar turístico como lo es Veracruz? ¿Serán, acaso, otros destinos turísticos como Cancún, Los Cabos, Acapulco, Puerto Vallarta, Huatulco, etc. a los que molesta la competencia que le hacemos? En esa incógnita radica precisamente el desarrollo de la trama y para combatirla con eficacia el Director de escena manda a los actores a darse un ligero chapuzón (re-mojón, dícese coloquialmente) en las cristalinas aguas de la siempre hermosa bahía veracruzana.
El público que asiste a la presentación no sale muy convencido de que el re-mojón traduzca una verdad porque, finalmente, el hecho de que esos actores se hayan dado un chapuzón no basta para convencer que efectivamente esas aguas no están contaminadas al grado como la Semarnat lo informa. Además ¿qué necesidad para realizarlo si de todas maneras el público ya asistió al evento? No vaya a ser un simple mea culpa y el baño implique simple solidaridad con los visitantes.
De esta manera el film no cumple con su cometido, pues no logra persuadir al respetable público que por cierto asiste a las playas y se baña en el mar ajeno al debate que despierta el aparente riesgo que representa para su salud sumergirse en esas aguas. Luego entonces, el argumentista tendría que acudir a medios más eficaces-y originales- de convencimiento; en la imaginaria hay suficientes elementos de los cuales echar mano para desmentir a la Semarnat, al menos que realmente a esta le asista la razón.
Pero realmente en la forma y en el fondo este asunto es cuestión de ética. Porque ¿Qué ocurre si la Semarnat tiene razón en su dictamen? ¿Acaso no es para prestarle atención por el bien de quienes nos visitan? ¿Importa más el beneficio económico de los prestadores de servicios turísticos que la salud pública?
Está por demás insistir en que el sector turismo es de la mayor importancia en la economía de todo país, más aún en un estado con vocación turística; luego entonces, bien se haría en explicar el porqué las playas no pueden estar contaminadas a pesar de los hilillos de aguas negras que visiblemente hacen surco en algunas de ellas. Tan fácil sería que el gobierno estatal informara acerca de los resultados de la inversión de más de mil quinientos millones de pesos invertidos (¿?) en aquél muy noticiado programa que tuvo como propósito sanear la Bahía y evitar las inundaciones implementado por el gobierno que le antecedió. Se supone que ya están operando aquellas mejoras, luego entonces la explicación sería contundente para desmentir cualquier indicio de contaminación ¿Por qué no se hace?
Lo demás, aquello de los dos millones de visitantes al estado (a ver quién los cuenta y quien le otorga veracidad) solo sirve para la anécdota porque no hay más verdad que las cuentas que los prestadores de servicio turístico presenten. En cambio, lo que debiera preocupar a las autoridades del ramo turístico en la entidad es el hecho de que en la información que las autoridades del orden federal proporcionan respecto del número de paseantes por el territorio nacional durante este periodo vacacional, y otros, Veracruz no aparece. ¿O también será boicot porque el gobierno federal es de origen panista? Aunque difícil, pudiéramos pensarlo así en base a nuestra pervertida forma de hacer política.
Sin embargo, la duda se agota cuando algo similar ocurre en la información emitida por un organismo empresarial como lo es la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, Concanaco Servytur, que publicó en días pasados a través de su presidente, Jorge Dávila Flores, un cálculo de la derrama económica para el actual periodo vacacional de Semana Santa de 39 mil 750 millones de pesos y 11.5 millones de paseantes que concurrirían a “disfrutar diversos destinos turísticos, desde las playas más visitadas de Acapulco, Cancún, Huatulco, Vallarta, la Ribera Nayarit, Mazatlán, Manzanillo, Los Cabos y la Paz, hasta ciudades coloniales, zonas arqueológicas y otros lugares” (Mundo de Xalapa, p.17- abril 3-2012). Fue, por supuesto, una lamentable omisión no incluir a Veracruz, pero más que atribuirlo a un boicot deberíamos aceptar una deficiente promoción turística de nuestras bellezas naturales, de nuestra riqueza arqueológica y de nuestras múltiples ciudades con raigambre histórica.
Lo demás es puro cuento, ganas de perder el tiempo o, peor, no poder imaginar un nuevo argumento al grado de repetir el usado en el fallido gobierno anterior.¿Cómo justificar la repetición de un show que por malo es mejor olvidar?
alfredobielmav@hotmail.com            oterociudadano.com

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