En el marco de la convención nacional de turismo se presentó Josefina Vázquez ante un auditorio con sillas vacías y con un retraso de 20 minutos. Yo tenía mucha curiosidad por verla personalmente, desde ver como se desenvuelve ante un público de empresarios, hasta saber si es verdad que a sus promocionales le aplican mucho photo shop.
Llega y se observa una mujer cansada, sonriente y valiente, pero no tan segura de sí misma. Comienza a platicar lo que yo pensé sería su proyecto de trabajo, y pierde más de media hora hablando de cuando trabajó con cámaras de comercio, enumeró a muchas de las que visitó, trató de crear empatía con el público, pero comenzó a aburrir. Pues los que allí estábamos queríamos escuchar a la candidata, no a una ex colaboradora del comercio.
Comenzó a plantear su proyecto de trabajo, pero no llevaba un esquema ordenado de ideas, y brincaba de una a otra cosa, sin mucha estructura, y lo mismo hacía una propuesta que atacaba al PRI, a los gobernadores del PRI y al candidato del PRI. En varios de esos ataques observé desinformación o cinismo, pues acusa al PRI de cosas que el PAN ha hecho en el gobierno, pero espera que su público esté mal informado y con ello asimile el ataque sin ver que se está juzgando la paja en el ojo ajeno, sin medir la viga en el propio.
Llegó un momento en que me incomodó, porque acusó al gobierno de Veracruz de estar retrasado en la certificación de sus policías, e insinuó que había relación con el crimen organizado. En ese momento yo pensé que si era verdad lo que ella planteaba, tenía una oportunidad de oro para dañar al PRI y a su candidato, simplemente presentando pruebas, pero que si no lo había pruebas, lo que estaba haciendo era difamar para obtener votos y eso se llama mentir. En ese momento me convencí de que no quiero una mentirosa de presidenta de México.
Hoy cuando escribo este artículo, veo la relación que tiene el gobernador con el presidente Calderón, y la presencia de éste último en Veracruz implica que lo que Josefina afirma es falso, o lo que podría ser peor, que el presidente Calderón avala el trabajo del gobierno del estado en materia de seguridad, lo apoya con todo el poder de la marina, y oculta lo que supuestamente Josefina sabe, convirtiendo al presidente en cómplice, lo cual dudo mucho. Pues ha sido claro que el presidente no se deja ver con gobernadores que pudieran tener cola que les pisen.
Llegó Josefina a las frases vanas, como esa de que defenderá a nuestra familias, como una madre a sus hijos… frases que suenan muy bonito, pero que en la realidad no puede cumplir, pues una madre protege de cerca a sus hijos, y ella si llegara a la presidencia no estaría cerca de cada uno de nosotros, y sobre todo, afirmó continuar la misma estrategia de Felipe Calderón en el combate al crimen, estrategia que todos sabemos está coja, pues le faltan elementos para funcionar correctamente, y lo único que nos ha traído es muerte y dolor a cientos de miles de mexicanos.
Afirmaba Josefina que con la reelección de diputados y alcaldes, le llevaría al pueblo el poder de elegir y premiar a funcionarios que hagan bien su trabajo, quitando a los partidos políticos el control sobre sus militantes en puestos de elección popular. Inmediatamente me cuestioné sobre lo que siempre hemos insistido. Darle libertad al pueblo implica que pueda elegir a quien quiera, aunque no lo postule un partido político, pero allí, en cuanto a quitar el monopolio de las candidaturas a los partidos políticos, no dijo nada. Volví a ver a la candidata mentirosa, tratando de engañar al auditorio con una propuesta que no lleva a los objetivos que ella dice defender.
Al final, salió igual que como entró. A la carrera y sin dejar que nadie se acercara a ella. Dejó con la intención de una foto a muchos de sus seguidores. Ni un saludo de mano, nada más una burbuja de guaruras moviendo rápido a la aspirante. Dejando un mal sabor de boca, por sus ataques sin fuerza ni punch, pensando quien esto escribe, que hasta en eso le falla la estrategia, quien debe atacar es su equipo, ella debiera de cuidar su imagen como una dama, pero hasta en eso cometen errores.
Le mandé una pregunta por escrito, (no estaba permitido hacerlas verbalmente), en la que le preguntaba sobre la deuda interna y externa que suma ya 415 mil millones de dólares. Preguntaba yo como la reduciría. Pero lamentablemente la censuraron y no permitieron que le llegara, y mucho menos que la contestara.
Le dieron casi dos horas a su presentación, cuando al resto de los candidatos les dieron una hora, pero ni así pudo lucir como alguien que puede dirigir los destinos de México. Más parecía un ama de casa desconocedora de la vida nacional, a pesar de sus doce años en la política. Se notaba su falta de experiencia en puestos ejecutivos a pesar de haber sido secretaria de educación cuando se derrumbó el proyecto enciclomedia, y a pesar de haber sido secretaria de desarrollo social, cuando se desviaron los recursos que eran para los tarahumaras. No mencionó nada sobre los doce millones de nuevos pobres que deja ese sexenio, ni cómo resolver los problemas de pobreza y sobre todo combatir la pobreza alimentaria, que supuestamente eran temas que domina.
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