Fortin Municipio que Florece!!!

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miércoles, 24 de noviembre de 2010

EL GRUPO CORDOBA


AL PIE DE LA LETRA

Raymundo Jiménez


miércoles, 24 de noviembre de 2010


Aunque ciertamente el apoyo del gobernador Fidel Herrera Beltrán fue determinante para que Javier Duarte de Ochoa fuera nominado primero candidato del PRI a la gubernatura y luego le ganara la elección a un adversario mañoso y beligerante como Miguel Ángel Yunes Linares –quien además venía montado en la estructura y los millonarios recursos del gobierno federal gracias al abierto respaldo del presidente Felipe Calderón Hinojosa–, pero una de las alianzas que al diputado federal cordobés le funcionó para vulnerar la candidatura del ex director del ISSSTE fue precisamente su pacto con el grupo disidente del PAN que no se alineó con el ex priísta.

La cabeza visible de este movimiento fue el ex senador Gerardo Buganza Salmerón, ex aspirante también a la gubernatura, quien luego de la imposición presidencial de Yunes decidió renunciar a su militancia blanquiazul. En lo mediático, Buganza le hizo un gran hueco al neopanista de Soledad de Doblado, quien a través de los gobernadores de Guanajuato y Morelos buscó en vano convencer al ex diputado federal de Córdoba que se sumara a su candidatura. Ahora Gerardo recibirá como premio la Secretaría de Gobierno en la administración de Duarte.

Sin embargo, aparte de Buganza otro personaje clave en la estrategia de Duarte para contrarrestar el activismo electoral de Yunes fue Erick Porres. Este joven panista cordobés es sobrino del poderoso empresario Othón Porres Bueno, primo del senador Juan Bueno Torio y uno de los aliados del gobernador Herrera que en 2004 apoyaron también su complicada candidatura priísta precisamente contra Buganza, quien estuvo a menos de 26 mil votos de ganar la elección.

Pero además de su estrecha relación familiar con el potentado de Córdoba –a cuyo padrinazgo político se atribuye el nombramiento de Juan Humberto García Sánchez como secretario de Desarrollo Agropecuario en la administración de Herrera Beltrán, cargo en el que el fidelista quiere ahora continuar por lo menos un año más–, Erick Porres es ni más ni menos que secretario particular del ex dirigente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, quien se opuso abiertamente a que Yunes Linares fuera postulado candidato por Acción Nacional, y cuestionó de manera muy severa la incongruencia del presidente Calderón, pues recordó que en el proceso electoral federal de 2006 había vetado al ex priísta para la senaduría porque lo acusaba de corrupto y de haber perseguido a militantes y líderes de Acción Nacional en Veracruz cuando se desempeñó como secretario de Gobierno en la administración del gobernador Patricio Chirinos (1992-1998).

A Espino, autor del libro “Volver a Empezar: un llamado a la perseverancia desde la democracia cristiana” –que plantea a los militantes albiazules a reencontrarse con sus orígenes de humanismo político y evitar que los electores les sigan pasando factura por alejarse de sus principios– le han abierto precisamente un proceso de expulsión del PAN por no haber apoyado a los candidatos de su partido, entre ellos a Yunes Linares.
Ahora, su joven secretario particular es mencionado para asumir la Secretaría de Desarrollo Económico en la administración de Duarte. De confirmarse el nombramiento del sobrino de Othón Porres, el gobernador electo daría por pagada también la factura política al grupo del empresario cordobés, lo que anularía las posibilidades de que Juan Humberto García prorrogara su estancia en la Sedarpa hasta principios de 2012, como pretende.
Ayer, por lo mientras, líderes empresariales del puerto de Veracruz propusieron públicamente una terna de candidatos para la Secretaría de Desarrollo Económico en la que no figura el joven Porres. La lista está integrada por Rafael Messeguer Lima, Baltasar Pazos Gómez y Jorge Domínguez Gali, identificados con el PAN y Convergencia, el partido del senador y ex gobernador Dante Delgado, muy ligado también al Grupo Córdoba.
De hecho, corren versiones de que otros correligionarios y ex subordinados de Delgado Rannauro podrían incorporarse también al gabinete duartista. José Guillermo Herrera Mendoza, ex presidente nacional convergente, sería ratificado como titular de la Secretaría de Comunicaciones del estado, mientras que el ex diputado local Alfredo Tress Jiménez, ex dirigente estatal del partido naranja y sobrino político del ex mandatario, es mencionado para ocupar una posición en la Secretaría de Desarrollo Agropecuario.
No son los únicos cordobeses que se mencionan para colaborar en la próxima administración del doctor Duarte de Ochoa. En la Subsecretaría de Ingresos, de la SEFIPLAN, ubican por ejemplo a José Antonio Manssur, y en la Dirección del DIF Estatal a Juan Antonio Nemi Dib.

A Marco Antonio Aguilar Yunes, también originario de Córdoba y uno de los compadres más cercanos a Duarte, se le candidateaba para sustituir al abogado porteño Salvador Mikel Rivera en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), pero ahora ha trascendido que el gobernador electo le habría encomendado al ex subprocurador algunas tareas que lo estarían perfilando para ocupar la Secretaría de Trabajo, Previsión Social y Productividad.

Para la PGJE era considerado inicialmente el general Rafael Macedo de la Concha, ex procurador general de la República, y como segunda opción el ex secretario de Gobierno y ex director de Seguridad Pública del Estado, Felipe Amadeo Flores Espinoza, quien por ser actualmente diputado federal al Congreso de la Unión estaría presuntamente impedido por la Constitución Política local para ocupar en estos momentos la titularidad de la Fiscalía estatal.
ADIÓS A FIDEL

Este martes 23, el mandatario veracruzano Fidel Herrera Beltrán entregó la presidencia de la Conferencia Nacional de Gobernadores, la Conago.

Lo sustituye el joven gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz.

Herrera logró reunir a la mayoría de los gobernantes de los 31 estados del país y del Distrito Federal, entre ellos el mexiquense Enrique Peña Nieto y el jefe de gobierno capitalino Marcelo Ebrard, ambos presidenciables, uno por el PRI y el otro por el PRD.

No vino el presidente Felipe Calderón, quien mandó en su representación al secretario de Gobernación, Francisco Blake.

Una evidencia más de que la relación política y personal entre Herrera Beltrán y Calderón Hinojosa fue simplemente institucional pero sin la cordialidad ni el mismo trato afectuoso que mantuvo el gobernador de Veracruz con el presidente Vicente Fox durante los últimos dos años de la administración del panista guanajuatense.

Hay quienes aseguran que el repudio de Calderón hacia el gobernador priísta de Veracruz data desde que ambos coincidieron en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en la Quincuagésima Quinta Legislatura federal (1991-1994).

Ojalá que ahora, en la próxima administración del gobernador electo Javier Duarte de Ochoa, la inquina presidencial no sea la misma hacia el gobierno estatal ni hacia los veracruzanos.

Existen buenos indicios, sobre todo después de aquella llamada telefónica de Calderón –el martes 27 de julio– para felicitar al ex candidato priísta por su triunfo en las urnas, validado el día anterior por el Tribunal Electoral del estado.

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