Escenario Veracruzano
1 de Abril 2011
Por las razones que todos conocemos el gobierno veracruzano está fuertemente acotado. Esta, que pudiera considerarse una afirmación temeraria no borda en el vacío porque se sustenta en los hechos que la cotidianidad arroja. La herencia que recibió es un pesado fardo que le ha restado operatividad al nuevo gobierno: una agenda pública sobrecargada de compromisos políticos y sociales que atender y una deuda pública cuyo fondo parece no tener fin. ¿Qué gobierno camina sin dinero?
Fiel expresión de los complicados tiempos que vivimos es la continuidad de singulares acontecimientos que cotidianamente nos obligan a ser sus atormentados testigos. En ese acaecer encontramos declaraciones de servidores públicos que en los tiempos del arbitrario autoritarismo no causarían sorpresa alguna y, en contrapartida, advertimos reacciones provenientes desde el interior de la sociedad que antaño simplemente eran inconcebibles. Las culpas son del tiempo porque, como dijera Cervantes: “En aquellos nidos de antaño, no hay pájaros hogaño”.
Fue presentado y habrá que analizar con detenimiento el Plan Veracruzano de Desarrollo que el gobernador entregó al Congreso. Previamente desechemos por inútiles los “apoyos” al titular del ejecutivo; y no porque no los merezca sino porque derraman melcocha y baba, como esa de que con “la política humanista que caracteriza al actual gobierno de Veracruz, permitirá reducir la pobreza en más de un 50 por ciento” y que por ello “el gobernador pasará a la historia como el mejor gobernador de Veracruz”. No me ayudes compadre. Tampoco enaltece aquella adhesión que insinúa que el Plan se cumplirá siempre y cuando la federación aporte a tiempo el recurso público. Por algo dicen que aprovechar la oportunidad para quedarse callado es una gran virtud.
Pero no es solo la implementación del Plan de Desarrollo la tarea del gobierno estatal, aparejados van asuntos tan preocupantes como el que acaba de salir a la luz pública acerca de que en la Secretaría de Salud de Veracruz se clonaron medicamentos para curar cáncer. Deben ser investigados y aclarados cuanto antes, porque este acontecido de ninguna manera debe quedar entre los pendientes pues están en juego las vidas de gente de un importante sector de la sociedad, el más vulnerable y desprotegido, el menesteroso, el que acude a las instalaciones de salud que todo el pueblo de México subsidia para atender a quienes no tienen acceso a la seguridad social. Lo curioso es que una vez que se supo la noticia nadie desde el interior del gobierno salió a desmentir o a asegurar que se va a investigar el hecho ¿Qué se requiere para acabar con la impunidad?
En ese versátil acontecer encontramos que aquellas declaraciones de los tiempos de la entusiasta e hiperbólica fidelidad sobre el progreso del campo veracruzano eran ¿qué cree? ¡una mentira más!, a juzgar por las declaraciones del delegado estatal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, quien acaba de informar que Veracruz es el Estado del país con mayor rezago en infraestructura agrícola, más aún en equipamiento hidráulico. Ya habrá oportunidad de recapitular aquel lirismo que pintaba un idílico Veracruz capaz de abastecer de productos agrícolas a toda la nación: maíz, frijol, arroz, etc., para dar y prestar, todo gracias a la extraordinaria labor de un gobierno que resultó un fiasco y menos que utópico.
Como si el horno necesitara más leña, como producto de la desesperación y acaso ocasionada por la impotencia, de un funcionario escuchamos esta lapidaria declaración: “La tenencia tiene que estar pagada al 31 de marzo, si no se cumple con el impuesto efectivamente la sanción en casos extremos puede ser el embargo precautorio”. En la placidez ciudadana de antaño la intimidación hubiera pasado casi inadvertida, solo que ahora ha habido respuestas; una provino de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) que arremetió contra el titular de Sefiplan, al recordarle que no es sensible a los problemas económicos que atraviesan los ciudadanos. En el diferendo se recordó la propuesta de campaña para desaparecer el impuesto a la tenencia y “abracadabra que siempre sí”. ¿Que necesidad había de remover expedientes fallidos? Porque la velada amenaza hizo recordar que “se debería revisar dónde están los desfalcos y dónde quedó la bolita…porque nos están diciendo que hay problemas pero no nos dicen quién los ocasionó, dónde están los culpables…”. Fue un auténtico escupitajo para arriba que explica el porqué de la instrucción girada a los Secretarios de no abrir la boca, salvo instrucciones. La siguiente irá acompañada con el ruego de que no la rieguen.
En eso de hablar sin pensar en dondequiera se cuecen habas. Como cuando el coordinador de los diputados priístas, al solidarizarse con el gobierno estatal en su lucha contra la delincuencia, hizo hincapié en que Veracruz es un lugar seguro “y no por un hecho aislado dejará de serlo”, sic. Lo que no aclaró es a qué hecho aislado se refiere, a qué secuestro; a qué enfrentamiento a tiros; a qué lugar del norte, centro o sur del estado, en donde ayer, hoy y quizás mañana nos enteramos de sucesos violentos. Acaso con nostalgia recordamos que apenas hace seis años escuchábamos el galimatías: “es basura que nos vienen a tirar de otros lados; los malos vienen de fuera, están de paso; blindaremos nuestros límites con los estados circunvecinos para que no entren”, y muchísimos etcéteras más que hoy consolidan una realidad cotidiana del Veracruz bronco. En esto último no cabe reclamación alguna porque en contrario no habría espacio para reseñar los hechos de sangre de los que nos enteramos día con día.
Así lo perciben en la COPARMEX, cuya dirigencia avisa que son permanentemente amagados por la extorsión: “los empresarios estamos muy preocupados por lo que está pasando…” Y los de CANACINTRA en Xalapa claman porque el Ejército y la Marina no salgan de las calles y se coordinen con los cuerpos de seguridad en la entidad y que se mejoren los esquemas de seguridad “pues no han dado resultados”. Es solo una parte de la sociedad la que habla, pero es el sector que puede hacerse escuchar y factor importante en la generación de empleos. Sin embargo, la inseguridad es un mal social que no respeta clases porque afecta indiscriminadamente a campesinos, a obreros y al ciudadano común que transita diariamente por las calles de pueblos, villas y ciudades del llano y de las sierras.
Ante este panorama no hay gobierno estatal que pueda con el paquete sin la coordinación con el gobierno federal y el apoyo de la participación ciudadana. Aquí en la aldea la ciudadanía va despertando, y/o, a pesar del violento tornado sexenal que le arrebató esperanzas con engaños y mentiras sigue en pié y está consciente del papel que le corresponde desempeñar buscando el bien de Veracruz.
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