Fortin Municipio que Florece!!!

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sábado, 2 de abril de 2011



CAMALEÓN


Alfredo Bielma Villanueva


Semejanzas (Primera Parte)


28/03/ 11


Siguiendo el método comparativo podemos encontrar infinidad de casos cuyas similitudes servirían para establecer algunas hipótesis y conclusiones, sin embargo sería un análisis que se complicaría por hacerlo en el corto espacio de una columna hebdomadaria; por esa razón, permítasenos solo un ligero esbozo. Salvando las inexistentes sincronías de tiempo y espacio, tomemos como caso para observar las similitudes de dos políticos, uno de rango nacional y otro aldeano; presidente uno, gobernador el otro: Luís Echeverría Álvarez y Fidel Herrera Beltrán.


En 2006 presenté mi libro “Recuento de un Estilo” acerca del primer año de Fidel en palacio, entonces escribí: “Debo confesar-y acaso lo debí apuntar desde el principio- que el presente ensayo ha sido inspirado en la obra “El Estilo Personal de Gobernar” de Don Daniel Cossío Villegas y, por asociación, por la personalidad extrovertida de Fidel Herrera Beltrán, quien por cierto conoce el texto citado, a juzgar por las públicas referencias que ha hecho a su contenido”.


Prosigo: “La cita viene al caso, porque la extrovertida personalidad política de Fidel Herrera Beltrán, inevitablemente recuerda al Presidente Echeverría. Para quienes lo vimos actuar como Presidente y, por otro lado, observamos crecer y transformarse políticamente desde su noviciado a Fidel Herrera, ahora convertido en gobernador de Veracruz, la comparación es simplemente lógica. Si coincide en su estilo Fidel con Echeverría no es nuestra intención enfatizarlo como un rasgo de imitación, en todo caso salta a la mente un suplicante deseo: que no gobierne como Echeverría pues de aquel desastroso y nada pensante peregrinar por el solar nacional y la jubilosa verborrea, nos quedó, como a Díaz Ordaz, su benefactor e impulsor, un sentimiento de perplejidad ante tanto trajinar sin rumbo y sin sentido. Hay quien piensa que se puede establecer un parangón entre Fidel y el ex-gobernador Hernández Ochoa, por aquello del sombrero y los discursos, tal vez lo haya, pero finalmente la imagen que aquí prevalece es la de Echeverría, pues no olvidamos que el propio Don Rafael fue expresión de Don Luis”. Hasta allí la cita.


Vamos a las similitudes: Echeverría ejerció el poder presidencial hasta el último minuto de su periodo sexenal y se decía que con el ánimo de prolongarlo hizo candidato del PRI a su Secretario de Hacienda, José López Portillo, un amigo de juventud muy culto con perfil más burocrático que político, dejando atrás a Mario Moya Palencia el joven Secretario de Gobernación con ligas en diferentes grupos políticos; cercó al candidato presidencial José López Portillo con la gente de su confianza: a Porfirio Muñoz Ledo lo puso en la presidencia del PRI, a Gómez Villanueva en la Secretaría General, a Cervantes del Río en la presidencia del PRI en el DF., se decía que con fines de instalar un maximato.


Al integrar su gabinete, por la vía del compromiso político López Portillo nombró a Muñoz Ledo Secretario de Educación, a Gómez Villanueva líder de la Cámara de diputados al Congreso de la Unión y a Cervantes del Río en la Comisión Federal de Electricidad. A Carlos Sansores Pérez, gente de Echeverría lo puso al frente del PRI. Apenas pudo quitó a Gómez Villanueva y lo mandó de embajador a Italia; no tardaron mucho en sus puestos Muñoz Ledo ni Cervantes del Río. Sansores sobrevivió un poco más en el PRI entre continuos rumores de su relevo.


Fidel Herrera decidió la sucesión a favor de su Secretario de Finanzas, Javier Duarte, a quien primero dio un baño de pueblo haciéndolo diputado federal, sacrificó para esto las aspiraciones de Héctor Yunes Landa, con un perfil político más completo que el elegido. Se decía que la operación fidelista se debía a la aspiración de Fidel de prolongar su mandato interpósita persona. Nombró a Ranulfo Márquez en el PRI, dispuso a su antojo de las candidaturas a alcaldes y legisladores locales y “sugirió” al coordinador de estos, se dice que con el propósito de “cuidarse las espaldas” por aquello de la aprobación de la cuenta pública. El gabinete de Duarte lo integran muchos de la “fidelidad”, son titulares en Agricultura, Comunicaciones, Procuraduría, entre otros.


Al tomar posesión de la presidencia, Echeverría recalcó con pertinaz insistencia la deuda que le heredaba su benefactor e impulsor, Díaz Ordaz, de 4 mil 263 millones de Dólares, pero en 1976 los pagos por el servicio de la deuda contraída por su gobierno obligaron a establecer una partida de 45 mil millones de pesos para pagar amortización e intereses. Se devaluó el peso a 26.5 por dólar. La deuda externa aumentó a 20,065 millones de dólares, o sea, 511,657 millones de pesos al tipo de cambio del momento. El circulante creció de 40 mil millones en 1971 a 114 mil en 1975.


Casi en consonancia, Fidel Herrera durante su primer año de gobierno magnificó con diversos comentarios la deuda que le heredó Miguel Alemán; pero ahora le deja Duarte un débito descomunal pues, según la calificadora Fitch Rating, las obligaciones totales de largo plazo ascienden a poco más de $17,250 mdp, compuesta por $10,000 mdp de créditos bancarios que fueron contratados y dispuestos a finales de 2010 y $7,250 de saldo insoluto de las emisiones bursátiles. Los pasivos no bancarios se han incrementado en forma considerable durante los últimos años, al pasar de $3,323 mdp en 2006 a $16,325 mdp en 2010; quienes pagaremos el despilfarro maquinado somos los veracruzanos.


Durante el gobierno de Echeverría se expandió acentuadamente el gasto público sin que tuviera el respaldo de una mayor disponibilidad de recursos reales para financiarlo. Similarmente, Fidel incrementó potencialmente el gasto corriente, por lo que ahora su sucesor realiza esfuerzos para reducirlo, porque además es un requisito que exigen las calificadoras para elevar la calificación. Echeverría recurrió al endeudamiento y a distraer una proporción mayor de los ahorros captados a través del sistema bancario para financiar el déficit público, restando recursos para la inversión productiva. Sobre el particular, después del gobierno de Fidel Herrera ¿alguien podría decirnos con precisión cuánto se le debe al Instituto de Pensiones? Ahora resulta que tan mal están las finanzas de esa institución que no pudieron pagar los impuestos correspondientes a Hacienda durante el exento fidelista. A cuatro meses de iniciada la administración en el IPE no saben qué hacer con la famosa lotería pues no rindió beneficios, y a los encargados de operarla se les retiene con el propósito de que aclaren las cuentas. (Continuará)


alfredobielmav@hotmail.com

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