Imprimir esta nota Mayo 4, 2011
Francisco Cárdenas Cruz
Enrique Peña Nieto
El gobernador del estado de México y el coordinador de los senadores del tricolor acudieron al restaurante The Palm del hotel Presidente-Intercontinental de Polanco, cercano al bosque de Chapultepec, en el que, como diría una crónica social, “departieron el pan y la sal” junto con el presidente de su partido, Humberto Moreira y el líder de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, Emilio Gamboa, quien al parecer fue el convocante, seguramente recordando los consejos que por años recibiera de un desaparecido zorro de la política como fuera don Francisco Galindo Ochoa.
Escenas como las que presenciaron los asistentes al lugar de esa reunión, fueron frecuentes en el restaurante Champú Elyssés del Paseo de la Reforma al que era asiduo el extinto jalisciense y que, por él, se convirtiera durante muchos años en un comedero político, sobre todo de priístas, porque en aquellos tiempos ni panistas ni perredistas soñaban siquiera con acudir a ese y otros lugares hoy de moda, como lo hacen ahora.
Cada vez que circulaban versiones de que entre los integrantes del gabinete presidencial, políticos encumbrados, gobernadores o legisladores, había diferendos como los que hoy, real o presuntamente, tienen Peña Nieto y Beltrones, la recomendación era tan obvia como inmediata: “Váyanse a comer a donde los vean, avísenle a los reporteros para que estén ahí con fotógrafos y así acaban con los rumores”.
Ocurrió a lo largo de varios sexenios, lo mismo en el diazordacista que en el lopezportillista -en los que Galindo Ochoa tuvo a su cargo el manejo de la prensa- o en el delamadridista o salinista, sin que en algunos casos las diferencias o desacuerdos fueran superados.
Allegados al político jalisciense a lo largo de muchos años, a Beltrones y a Gamboa seguramente se les ocurrió revivir aquel estilo y convinieron en invitar a comer a Peña Nieto y, por supuesto, a Moreira, en un lugar público y con reporteros y fotógrafos apostados a las puertas del restaurante, confundidos con los escoltas de los cuatro y de otros ex gobernadores y políticos que coincidieron en ellos.
Manlio Fabio Beltrones
Peña Nieto fue el último de los cuatro en llegar, enfundado en una chamarra, luego de la gira en la que acompañó al presidente Calderón por varios municipios del estado que gobierna y tras el saludo a Beltrones, Moreira y Gamboa, hubo un desfile de comensales por la mesa que ocupaban -políticos priístas la mayoría- para que todos ellos recibieran también abrazos y apretones de mano.
Con eso y reporteros y fotógrafos en el vestíbulo del hotel, el objetivo inicial de la comida, se cumplía.
El otro, superar diferencias como las que afloraron la semana pasada en San Lázaro, en donde, como aquí lo apuntamos ayer, diputados identificados como “beltronistas” sumaron sus críticas y cuestionamientos a las que panistas y perredistas le hicieron al mandatario mexiquense, responsabilizándolo de haber frenado la aprobación de reformas como la política, a la que el senador sonorense le dedicó muchas horas para promoverla; la laboral y la de Seguridad Nacional y hasta la elección de los tres consejeros del IFE y que Peña Nieto rechazó anteayer, cuestionando a su vez la que impulsó Beltrones, habrá de verse en semanas venideras, si es que se llegara a convocar a un periodo extraordinario de sesiones para sacarlas adelante.
Lo que los dos principales precandidatos presidenciales del PRI deberán tener presente es que, independientemente de encuentros públicos como el que tuvieron para aparentar que entre ellos no hay más que amistad y coincidencias, pero no enfrentamientos, sus simpatizantes dejen de empeñarse en demostrar lo contrario.
De esto y de aquello…Como Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones rehusaron hacer declaraciones tras comer juntos, Humberto Moreira respondió las preguntas de los reporteros que aguardaban el fin del encuentro e intentó “dormir al velador”, al asegurar que “discutieron” las reformas que se quedaron pendientes en el Congreso de la Unión… Y a su personal estilo foxiano, se enredó en su verborrea, al hablar de que el gobernador del estado de México y el líder de los senadores de su partido, “hablaron de la necesidad de escuchar a una serie de grupos interesados en expresar sus ideas”… Seguramente desconocedor -¿o ignorante?- del quehacer legislativo, el coahuilense dijo que para que haya un periodo extraordinario de sesiones, “primero tiene que haber dictámenes” y que “por el momento no existen condiciones” para convocarlo… Precisamente lo que no se aprobó la semana pasada fueron los dictámenes de reforma política y laboral, que son los que tendrán que discutirse, igual que la de la Ley de Seguridad Nacional… Ah, pero eso sí, el presidente del PRI insistió una y otra vez en que entre Peña y Beltrones no hay confrontación, ni rencillas, ni hubo herida que cicatrizar, porque fue una reunión de “fortalecimiento de la amistad” entre ambos… Después de eso, no será extraño que los panistas le respondan que a su alusión al cuento de Blanca Nieves y los siete presidenciables del blanquiazul, agregue el de Pinocho… Nueva tragedia minera en la que 14 trabajadores quedaron atrapados en un pozo de carbón en el municipio de Sabinas, Coahuila, al ocurrir un estallido de gas metano, del que se reportó un herido grave, que sufrió la amputación de un brazo… De inmediato se iniciaron las labores de rescate de ese grupo de mineros que no son sindicalizados ni pertenecen a alguna agrupación laboral…
Emilio Gamboa
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