Por Héctor Yunes Landa
En fecha reciente, los veracruzanos conocimos de propia voz del Gobernador Javier Duarte el anuncio del arranque del Programa Adelante, una innovadora propuesta de cambio en la aplicación de las políticas públicas de Desarrollo y Asistencia Social. Adelante será el eje rector y transversal de la política social del Gobierno del Estado.
El Gobernador está mostrando congruencia con el planteamiento expresado en el Plan Veracruzano de Desarrollo que presentó a la opinión pública hace pocas semanas; esto es, está trabajando con conocimiento de la realidad del estado y de la administración pública estatal para acometer el compromiso anunciado de que al finalizar su gestión habrá de reducir a la mitad la pobreza extrema en nuestro estado. Este es un reto formidable, pero lo interesante es que ya ha expresado la estrategia para enfrentarlo.
Como militante priísta aplaudo y respaldo este esfuerzo mayúsculo de coordinación institucional que establece nuestro Ejecutivo; una labor en la que el propio gobernador dirigirá y coordinará de manera estrecha, gracias al diseño institucional con el que se conformó Adelante.
Pienso que a diferencia de otros tiempos y de otros programas concebidos para el combate a la pobreza y la marginación, en esta ocasión se advierte una visión clara sobre cómo hacer frente a la lacerante pobreza extrema que aún padece un importante porcentaje de veracruzanos.
En anteriores ocasiones se han implementado programas bien intencionados, pero no se han tenido los mecanismos de control adecuados ni ha sido eficiente la operación de los mismos, por lo tanto han sido ineficaces en sus resultados. A esto debemos agregar la duplicidad de esfuerzos y la dispersión de los recursos materiales y humanos que han sido la debilidad de programas anteriores. Por ello celebramos que como primera virtud de Adelante el Ejecutivo plantee la importancia de ejercer una coordinación central como un verdadero eje para la operación de las acciones; sólo así puede ser posible optimizar el presupuesto y multiplicar el impacto de las políticas de combate a la pobreza.
Otro acierto relevante es que la instrumentación de acciones se dé en un marco de corresponsabilidad con la población a la que está dirigido el programa, esto significa que la población beneficiada debe asumir también el compromiso de hacer lo que le corresponde para que con su propio esfuerzo y el apoyo del Gobierno del Estado pueda avanzar en sus condiciones de vida y esto repercuta directamente en su desarrollo humano.
De este modo la participación de la gente en la definición de su propio destino se convierte en la fuerza del capital humano que se necesita para que un programa estratégico como Adelante cumpla con su objetivo de impulsar la transformación que necesita Veracruz.
El modo de operación de Adelante será transversal, es decir, a través de la articulación de la política social que integra las acciones de todas las dependencias y entidades que conforman el Gobierno de Veracruz. De este modo, lo que debemos esperar con Adelante no sólo son paliativos emergentes, sino un auténtico desarrollo humano, económico y social, con una orientación lógica para lograr la sustentabilidad, por ello es importante destacar que se propiciará la participación activa de los tres órdenes de gobierno, del sector empresarial, de la sociedad civil organizada y de la población beneficiaria.
Otro aspecto que en mi opinión debe destacarse es que los primeros municipios que serán objeto de las acciones de Adelante son los quince con mayor rezago social, de este modo se orientará este importante programa a quien más lo necesita. En este punto, vale la pena preguntarse ¿Por qué un municipio como Tehuipango, ubicado en la Sierra de Zongolica, aparece desde hace 2 décadas cuando menos, en el primer lugar de los municipios con la mayor marginación del país si se han invertido importantes recursos públicos para reducir su pobreza y marginación?
Creo que la respuesta estriba en que los recursos y esfuerzos institucionales han carecido de control adecuado, de coordinación entre las dependencias gubernamentales, de una visión que involucre a la propia población para que participe en su propio desarrollo. Por esta razón, es plenamente justificable el nuevo modelo de gestión que nos ha presentado el Gobernador Javier Duarte, darle vuelta a la anquilosada concepción del asistencialismo para que la gente tome conciencia de que debe hacerse cargo de su propio desarrollo; aunque por supuesto con el apoyo absoluto del Estado y de la sociedad civil.
Enhorabuena por el anuncio de este relevante esfuerzo que demuestra el orden y la eficacia con el que el Gobierno de Veracruz responde a la confianza de la sociedad.
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