Acertijos

De Neruda: “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”. Camelot.


Por: Gilberto Haaz Diez



INSACIABLES GRUEROS

Hablo con un distribuidor de motos. Está asombrado. Los grueros de Orizaba andan insaciables, levantan motos como papalotes cuando hay buen viento, o como en tiempos de la pepena. Es cierto que la ley tiene que aplicarse y que los conductores de motos deben mantener su casco asido al coco, so pena de sufrir un accidente terrible. El lío con los grueros es que, apenas antier, una grúa levantó 10 motos. Si Pitágoras no falla, y el cobro por acarreo es de 350 pesos, estos desgraciados se levantan 3 mil 500 pesos solo por ese viaje. Ante una economía tan golpeada, eso no tiene vergüenza. Otra. Donde suelo tomar un café nocturno, uno italiano frente a la Alameda orizabeña, que por las noches parece Central Park de Nueva York, pero sin gringos, allí en un paso de cebra, como le dicen en Europa, similar a aquel que los cuatro Beatles inmortalizaron en la foto de Abbey Road, una grúa hace su agosto cada noche y se lleva un auto. Ya tienen sus lugares fijos donde los infractores despistados llegan. Otro es a la vuelta de Romanchu. En ese sitio donde se estacionan unas camionetas de la PGJ, pero con ellos no se meten, el miedo no anda en burro.

LA REUNION DE THE PALM

No eran los cuatro fantásticos, porque allí sobraba Emilio Gamboa Patrón, sobreviviente de varios naufragios. Ese era personaje menor. Grandes eran: Enrique Peña Nieto, a quien llaman ‘el diputado 501’, porque dicen los maledicientes que ahora, cada que van a promover una Reforma, le piden permiso a papi. Cual debe de ser. Quique la aprueba, la palomea y a otra cosa mariposa. Los otros eran, el Capo Beltrone y el bailarín Humberto Moreira (faltó Fidel). Los escuchas eran los meseros. Cada que se acercaba uno de ellos, los cuatro callaban. Ya saben ustedes que los meseros en los restaurantes se tiran los chismes de primera, luego los propagan. Se ignora quién carajos pagó la cuenta. La Cumbre en The Palm ha dado mucho de qué hablar. Un mesero dijo que escuchó estas recomendaciones:

ESAS FRASES INMORTALES

a) ¿Qué es lo que he hecho para que me trates con tan poco respeto? Si hubieras venido a mí como amigo desde el primer día, toda esta escoria que arruinó la vida de tu hija habría sufrido las consecuencias. Y si por alguna razón un hombre honesto como tú tuviera enemigos, entonces serían mis enemigos, y te temerían por ello.

b) Senador, para que pueda dormir tranquilo le responderé ahora. Mi última oferta es nada.

c) Algún día –y puede que ese día nunca llegue– te necesitaré para que me hagas un favor. Pero hasta ese momento, acepta mi amistad como regalo en el día de la boda de mi hija.

d) Le voy a hacer una oferta que no podrá rechazar.

e) ¿Qué te pasa?, ¿se te ablandó el cerebro? Nunca dejes que nadie de fuera de la familia sepa lo que estás pensando. La amistad lo es todo. La amistad vale más que el talento. Vale más que el gobierno. La amistad vale casi tanto como la familia.

f) Consigliere mío, dile a tu Don lo que todos saben menos yo.

g) Nunca odies a tus enemigos, nubla tu juicio. Recuerda esto, mantén cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos. El que venga a ti con una propuesta de acuerdo o de reunión, ese es el traidor. No es nada personal, son sólo negocios.

MADRES CRUELES

Tuvimos una de las mamás más malas de todo el mundo.
Mientras otros niños comían dulces para el desayuno, a nosotros nos daba cereal, huevos y pan tostado. Cuando otros se tomaban una Pepsi y un Twinki para el lunch, teníamos que comer sándwiches y un jugo. Y como podrás ver, nuestra mamá nos daba otra cosa que los otros niños no cenaban.
Mamá insistía en saber dónde estábamos todo el tiempo, pensábamos que éramos convictos en prisión.
Tenía que conocer quiénes eran nuestros amigos y qué hacíamos con ellos. Ella insistía que si decíamos que nos íbamos por una hora, nos fuéramos por una hora o menos.
Estamos avergonzados de admitirlo, pero tuvo el valor de violar los derechos del niño, ya que nos hizo trabajar.
Teníamos que lavar los trastes, hacer nuestra cama, aprender a cocinar y limpiar el piso, así como lavar ropa y otros trabajos crueles, es más yo creo que se desvelaba pensando en que otras cosas podríamos hacer.
Siempre insistía en que dijéramos la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
Crecimos y cuando llegamos a la adolescencia, ¡leía nuestras mentes!. La vida resultó muy dura.
Por culpa de mamá nos perdimos muchas experiencias que tuvieron nuestros amigos.
A ninguno de nosotros nos encontraron robando, en aventones, en pandillas, invadiendo propiedades ajenas o ni siquiera nos arrestaron por algún delito ¡Todo eso fue su culpa!
Ahora que ya no vivimos en casa, todos somos adultos honestos, buenos y educados.
Pienso que el mundo anda mal porque actualmente ya no tenemos suficientes ¡Madres Crueles!
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com