Mayo /03/2011
Francisco Cárdenas Cruz
Osama Bin Laden
Independientemente que desde Los Pinos y el PAN o en las dirigencias de otros partidos políticos se aliente o no esa discrepancia y de que haya interés en propiciar divisiones internas en el tricolor, de cara a la elección presidencial del año próximo, bastaría recordar algunas de las declaraciones de diputados priístas reconocidos como “beltronistas” que le enderezaron severas críticas al mandatario mexiquense, sumándose a las andanadas panistas y perredistas que lo responsabilizan de haber “frenado” algunas reformas como la política, la laboral, la elección de consejeros electorales y hasta las de la Ley de Seguridad Nacional
Ciertamente, además del numeroso grupo parlamentario del estado de México y de que muchos otros diputados de distintas entidades simpatizan con Peña Nieto, lo que ocurrió la semana pasada en San Lázaro fue evitar, como algunos lo pretendieron, aprobar “al vapor” dictámenes de iniciativas que no estaban ni medianamente consensuadas y ante las que afloraron las diferencias entre los mismos diputados del PRI.
Hubo, en la sede cameral, priístas que secundaron los señalamientos que hicieran sus colegas del blanquiazul y del sol azteca, responsabilizando al gobernador del estado de México de que para que no crear problemas en el proceso en el que se elegirá a su sucesor el domingo 3 de julio, lo mejor era que algunas de esas iniciativas no se aprobaran antes del sábado 30 de abril, día en que se clausuró el periodo de sesiones y que se dejaran hasta septiembre o, en caso dado, a uno extraordinario que se convocara después de los comicios mexiquenses.
Eso llevó a los anti-peñistas de dentro y de fuera del PRI a ubicarlo en el ojo del huracán de acusaciones de que el gobernador fue el responsable de que varios importantes dictámenes quedaran pendientes.
Antes de la clausura de sesiones del Congreso, diputados del PAN y del PRD se apresuraron a solicitar que la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, que se instaló el mismo sábado pasado, convoque a un periodo extraordinario para discutir y, en su caso, aprobarlos, lo que arreció la andanada contra Peña Nieto, responsabilizándolo de haber instruido a los diputados de su partido, a través del coordinador del grupo priísta, Francisco Rojas, de frenar la aprobación al fast-track de los dictámenes, aun algunos recibidos del Senado, como fue el caso de la reforma política que con tanto empeño promoviera Beltrones.
Janet Napolitano
La reacción del político mexiquense y su señalamiento de que contra lo que muchos sostienen -entre ellos Beltrones, aunque no le mencionó- la reforma política no es la panacea que quieren hacer ver y el crecimiento de la ola divisionista entre senadores y diputados del PRI y las versiones de que las diferencias entre Beltrones y el gobernador del estado de México, se ha ahondado, durante la visita que el senador sonorense hizo ayer a Aguascalientes, declaró que la confrontación entre ambos de la que se ha hablado desde la semana pasada no existe y aseguró que éstas son impulsadas por grupos de partidos políticos “y hasta del gobierno” por intentar desviar la atención de lo verdaderamente importante.
Y agregó que “el gobernador del estado de México es un gobernante exitoso y por lo exitoso, muy popular, al que todos nosotros queremos y respetamos” y con el que coincide en la necesidad de modernizar al país, por lo que la intención de “amarrar navajas” entre ellos, está destinada al fracaso. También dijo Beltrones que las diferencias que han surgido entre senadores y diputados “se resuelven de manera natural y en los cauces institucionales”.
Eso, sin embargo, lejos de ocurrir se recrudeció y propició que afloraron las discrepancias, avivadas ciertamente por quienes desde el gobierno calderonista, el PAN y los partidos de izquierda, buscan desde ahora el debilitamiento del priísmo, justo en lo que ha sido su talón de Aquiles: la división interna que en 2000 les impidió conservar la Presidencia de la República y en 2006, recuperarla.
Si en meses venideros esas diferencias persisten, a pesar de la querencia y respeto expresado por Beltrones a Peña Nieto, al tricolor le resultaría cuesta arriba regresar a Los Pinos.
De esto y de aquello…Tras la muerte del líder del grupo terrorista Al Qaeda, Osama Bin Laden, a manos de efectivos del Ejército de Estados Unidos, anunciada la noche del domingo en Washington por el presidente de ese país, Barack Obama, y del júbilo de estadounidenses y felicitaciones de mandatarios y jefes de gobierno de otros países, priva temor mundial ante la reacción que ese hecho pudiera provocar… El entonces mandatario de la Unión Americana, George W. Bush, señaló a Bin Laden como el autor intelectual del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York en 2001 y desde entonces emprendió infructuosamente su búsqueda… Fue hasta ahora en que Leon Pannata, recién designado director de la CIA y quien encabezó esa localización en Afganistán y Paquistán, que la Casa Blanca pudo dar al mundo la “buena nueva”, de la que se esperan inmediatas y mediatas reacciones de los seguidores de Al Qaeda y quienes están al frente de ese grupo… En el caso de México habría que recordar aquella declaración que hiciera la secretaria de Seguridad Interna de EE UU, Janet Napolitano, el jueves 10 de febrero pasado, cuando reconoció que desde hace tiempo, el gobierno de Obama “ha contemplado la posibilidad de que la organización terrorista Al Qaeda pudiera estar vinculado al grupo de Los Zetas”… Lo dijo la funcionaria al comparecer ese día ante el Comité de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes de su país, al reiterar su advertencia de que se mantendrán “muy vigilantes” para impedir la posible expansión de la violencia de los cárteles mexicanos a territorio estadounidense…
Marisela Morales
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