ARTICULISTA INVITADO
Un Estado que no es capaz de
garantizar la seguridad de sus ciudadanos y mantener la convivencia cordial
entre ellos, es un Estado que ha perdido su principal razón de existir.
El gobierno federal sabe que
su fundamento es mantener la paz social. Hoy en día, la seguridad pública es la
principal demanda de los mexicanos y anhelo de aquellos extranjeros que desean
visitar a nuestro país.
La estrategia del nuevo
gobierno mexicano ha sido clara y contundente enfocándose a combatir el
fenómeno delictivo con una visión integral, que sitúa a la persona y el respeto
de sus derechos, en el centro de los esfuerzos públicos.
La nueva estrategia del
presidente Enrique Peña Nieto contra el crimen organizado tiene un fuerte
enfoque de desarrollo social tendiente a la reconstrucción del tejido social
por medio de la Cruzada Nacional Contra el Hambre y la creación del Programa
Nacional para la Prevención del Social de la Violencia y la Delincuencia,
buscando atender las causas económicas, sociales y culturales que propician la
actividad delictiva.
Coincido en que una
estrategia de combate al delito debe hacer énfasis en una justicia penal eficaz
para que los delincuentes tengan claro que el que comete un delito termina
pagándolo y reparando el daño a la víctima del delito. Uno de los principales
problemas en nuestro país ha sido la impunidad de los delitos que se cometen en
México sólo el 5% se denuncian y menos de la mitad tienen una resolución
enfocada a resarcir el daño.
Sin duda, la
profesionalización y fortalecimiento de los cuerpos de policía es primordial
para mantener el orden en las calles y crear el sentimiento de protección
cercana al ciudadano, de ahí la concepción de la Gendarmería Nacional, como una
nueva decisión de la policía federal, a partir de la integración de elementos
civiles con formación militar y policial.
Otro aspecto importante es
nuestro sistema penitenciario, el cual debe ser eficiente. Las cárceles deben
estar diseñadas con niveles adecuados de seguridad y salubridad, con una
distinción operativa entre la prisión preventiva, la prisión durante el proceso
y la prisión del sentenciado y, en esta última, separar de manera lógica a los
delincuentes peligrosos como los homicidas y secuestradores, de los
delincuentes de delitos menores y los de cuello blanco.
En repetidas ocasiones hemos
mencionado que el éxito de las acciones gubernamentales depende en gran medida
de la participación y compromiso de los ciudadanos. Este tema de la prevención
de seguridad pública no es la excepción, por eso hay que promover y participar
la denuncia ciudadana, la creación de los comités vecinales y las labores de
servicio social y reconstrucción del tejido comunitario. Además, los ciudadanos
deben participar más activamente en la evaluación y seguimiento de las acciones
y esfuerzos del gobierno.
Últimamente hemos observado
la trascendencia de la cooperación internacional para detener a los principales
delincuentes mexicanos, principalmente con los países de la región como Estados
Unidos y de América Latina. La coordinación y trabajos de inteligencia
conjuntos son la base para lograr más detenciones importantes y debilitar a los
grandes grupos transnacionales de la delincuencia organizada.
Las acciones del gobierno
federal están siendo contundentes y arrojando resultados importantes,
demostrando que vamos en el camino correcto: 62 de los 121 presuntos
delincuentes más buscados ya no son una amenaza para la sociedad, pero más
importante aún es que muchas de estas detenciones se han logrado sin un solo
disparo, lo que nos habla de un importante trabajo de inteligencia. Asimismo,
de diciembre de 2012 a julio de 2013, se redujeron 20% los homicidios
vinculados con delitos federales respecto del mismo periodo del año anterior.
Los mexicanos estamos
cansados de observar derramamiento de sangre innecesaria, ya no queremos más
crueldad en las calles, por eso resalto el compromiso del presidente Enrique
Peña Nieto de fortalecer y lograr una mejor prevención del delito.
Por otra parte, el Poder Judicial está enfocado en el debido
proceso, a fin de poner tras las rejas a todos aquellos delincuentes que han
dañado el tejido social en México y que han dejado heridas a muchas familias en
nuestro país, sobre todo ante las cuestionadas liberaciones de personas ligadas
con el secuestro y el narcotráfico en nuestro país.
Mi compromiso como Senador
de la República es legislar para tener más elementos legales que logren el
restablecimiento de la paz social y perfeccionar la reparación del daño a las
víctimas del delito; no existe mayor deseo en mí, que ver un país armónico, en
sana convivencia ciudadana y respeto al marco jurídico.
PD. Hoy, 1 de septiembre a
las cinco de la tarde sesionará el Congreso General para la apertura del Primer
Periodo de Sesiones Ordinarias del Segundo Año de Ejercicio de la LXII
Legislatura. Asimismo, este domingo se recibe el primer Informe de Gobierno del
Presidente Enrique Peña Nieto, al que haremos la Glosa correspondiente.
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