ARTICULISTA INVITADO
México, por su posición geopolítica estratégica al
colindar con los Estados Unidos de Norteamérica, ha estado propenso al
espionaje y a que nuestro país vecino esté interesado sobre manera en conocer
las decisiones estratégicas que se toman en nuestro país.
Si bien, la Segunda Guerra Mundial significó un
parteaguas en las relaciones de seguridad y comercial entre ambos países, por
nuestra colindancia y riqueza en materias primas; los sucesos terroristas del
11 de septiembre de 2001 modificó sustancialmente la relación a grado tal que
la política exterior estadounidense se volcó a temas de seguridad.
Sin embargo, ante el
espionaje a compañías de internet por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA,
por sus siglas en inglés) contra México y diversos países, filtrado por Edward
Snowden, ex analista de esa agencia y prófugo de la justicia estadunidense,
orilló que este delicado tema fuese discutido durante la reciente cumbre del
G-20 en San Petersburgo (Rusia) entre los presidentes de México, Enrique Peña
Nieto, y de EU, Barack Obama, comprometiéndose el último a investigar y cuyo
resultado estamos ávidos en conocer.
Sobre
todo porque no es la primera ocasión que los programas de seguridad de Estados
Unidos nos transgreden, recordemos los vuelos de aviones no tripulados en la
frontera con México, la operación de agentes estadounidenses en territorio
mexicano y el
operativo “Rápido y Furioso”, en el que se introdujeron armas ilegalmente para
supuestamente detectar a traficantes de armamento.
Al
respecto, considero justa y necesaria la postura que en su momento hizo la
Secretaría de Relaciones Exteriores de condenar enérgicamente
cualquier desviación a la práctica que debe
regir la relación entre países, la cual se debe conducir con respeto y apego al
marco legal.
En esta era digital, la pretensión de algunos
gobiernos por proteger su información y también por hacerse de ella bajo la
excusa de blindarse ante posibles amenazas terroristas, a través del uso de las
redes sociales, páginas web y demás bases de información, ha generado
desconfianza en los ciudadanos a sus gobiernos e incluso entre los propios
gobiernos.
Estoy de acuerdo en custodiar la seguridad nacional,
pero también en que las exigencias de los tiempos modernos nos obliga, a los
legisladores, a trabajar en la actualización del marco jurídico para garantizar
la protección de datos personales de los mexicanos y evitar en todo momento el
mal uso de ésta.
www.facebook.com/HectorYunes
hector.yunes@senado.gob.mx
Tw: @HectorYunes
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