Como todos los problemas de este país, el
origen viene de decenios atrás. Los responsables son cuatro grupos: Los propios
cañeros, Los líderes de los cañeros, Los dueños de Ingenios, El Gobierno. Sí, estoy seguro de que los responsables son
todos ellos. Me explico:
La productividad por hectárea de caña es
muy pequeña en México, lo que hace que nuestros productores de caña no sean
competitivos a nivel mundial. Lo mínimo
que tendría que cosechar un cañero son 80 o 100 toneladas por hectárea. En promedio
se cosechan entre 40 y 50. Las causas
son varias: No se siembra en terrenos
idóneos; no se riega con sistemas modernos; no se aplican los fertilizantes
adecuados; no se renuevan y revitalizan los suelos; no se han desarrollado
variedades específicas para nuestros distintos tipos de suelo; se cosecha con
la práctica de quema que reduce rendimiento y calidad; en resumen, tenemos un
cultivo de caña atrasado 200 años con respecto a nuestros principales
competidores.
Los responsables (que ya enumeré) no se
han tomado la molestia de hacer eficiente y competitivo su trabajo como
productores de caña. Ya sea por
ignorancia, mala fe, comodidad, flojera, irresponsabilidad, y hasta negocio, se
ha buscado que nada cambie. Para los líderes ser líder implica riqueza
inconmensurable, y posibles puestos públicos. Para el campesino, lo que diga el
líder está bien, aunque lo convierta en carne de cañón. Para el gobierno,
voltear a otro lado porque los titulares estatales y nacionales de las
secretarias del ramo no tienen idea de lo que es la caña de azúcar, ha
resultado muy cómodo, y para los ingenios, el no invertir en su zona de
influencia ha sido rentable. Pero el
tiempo ya nos alcanzó.
114 subproductos de la caña se obtienen
en otros países. 150 toneladas por hectárea se producen. Los centros de
investigación desarrollan variedades de caña específicas para cada tipo de
suelo y zona. Los cañeros y sus líderes (en países productores) están
involucrados en todo el proceso productivo del azúcar, y están enterados de los
últimos adelantos tecnológicos, los exigen, los utilizan y los aprovechan. El
gobierno apoya al campo con capacitación, tecnología, desarrollo de nuevas
variedades, fertilizantes, enriquecedores de suelos, ambos a precios
razonables, y con legislación que impida el uso de edulcolorantes alternativos
en productos de consumo humano, cuando se sabe que dañan la salud.
Aquí en México, nadie ha hecho nada de lo
que menciono en el párrafo anterior. Los
cañeros tuvieron muy buenos precios por tonelada el año pasado. Este año aumentó la producción de caña (no
así la superficie sembrada Sr. Videgaray), esto se combinó con un incremento en
el uso de fructuosa como endulzante de bebidas carbonatadas (refrescos), y con
la autorización de permisos de importación de cientos de miles de toneladas de
azúcar. Todo lo cual bajó el precio de
la tonelada de caña de manera significativa, de $700.00 a $450.00 la tonelada,
de un año a otro. De ahí el malestar de
los cañeros, y su petición de un subsidio de $250.00 por tonelada de caña
vendida en 2013. Por el lado del
gobierno, la postura es que el precio bajó por una situación de mercado, y por
lo tanto, los productores deben de asumir las pérdidas. Además se considera un
abuso pedir $250.00 por tonelada, cuando en años anteriores el precio no estuvo
tan alto, y por lo tanto con $50.00 o $100.00 por tonelada tendrían ingresos
equivalentes a un año promedio los productores.
Los cañeros afirman que el precio se cayó
por las importaciones y la falta de vigilancia sanitaria en la producción de
refrescos.
Mientras tanto, a todos se les olvida que
las soluciones son de largo plazo. Los
ingenios deben de aprovechar el 100% del potencial de la caña de azúcar. Hoy en
México se aprovecha menos del 30% para producir riqueza. Sigue sin haber investigación y desarrollo de
variedades propias, desde hace más de 20 años.
Ahora se importa semilla brasileña, adaptada a Brasil, no a México, esto
a pesar de que los centros de investigación pueden y tienen la capacidad de
desarrollar especies nativas y adaptadas a nuestras características. Los líderes siguen aprovechándose de los
cañeros para enriquecerse, sin preocuparse por resolver sus problemas de fondo. Y los cañeros disfrutan su papel de borregos
manejados por los líderes y los partidos políticos, y no exigen soluciones de
fondo a su problema. Soluciones que
resuelvan el problema no de hoy, sino el de dentro de cinco, diez y veinte
años.
A este caldo de cultivo tenemos que
añadir, millones de familias cuyo sustento proviene del cultivo de caña de
azúcar. Y los movimientos políticos, pues mientras el PRI controla a la CNPR,
CNC, etc., el PAN vía el diputado Serralde busca generar sus propias
agrupaciones y el PRD vía el ex senador por Veracruz Arturo Hérviz también anda
por la misma línea. De hecho el último
bloqueo de 33 horas fue motivado por un grupo comandado por el ex senador del
PRD.
Así es como yo veo el problema
cañero. Opiniones, sugerencias y lo que
guste, son bienvenidas a mi tuiter, correo electrónico o en la página del
blog. La idea es conocer el problema
para plantear las soluciones adecuadas de corto, mediano y largo plazo.
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