Acertijos
*De El Arte de la Guerra: “Cuando eres capaz de ver lo sutil, es fácil ganar”. Camelot.
:EL ROMPIMIENTO NEOYORKINO
Solía decir Carlos Monsiváis: “O ya no entiendo lo que está pasando, o ya no pasa lo que estaba entendiendo”. Al affaire Yunes-Ampudia se le podría llamar de Nueva York a Xalapa. O de Central Park al parque de Los Berros. Aunque el parque jalapeño es más chico, no deja de ser un buen pulmón para la ciudad y algunos se ejercitan. Los Berros no tiene tampoco alrededor los grandes pisos millonarios donde viven las estrellas, como el neoyorkino Dakota, donde sacrificaron a John Lennon. O el de Donald Trump y quizá hasta el de Alemán (Miguel), que dicen las malas-lenguas allí tiene uno el exgobernador de las estrellas.
Los grandes investigadores del mundo -los Sherlock Holmes, el ficticio Hércules Poirot, la Mata Hari y los espías más famosos del universo, entre ellos el ruso Lavrenti Beria, pieza clave de la KGB, al que Nikita Kruschev, cuando lo encontró espiando para los enemigos, lo ejecutó-, se llamarían a sorprendidos. ¡Ahhh!, exclamarían.
A Sherlock se le hubiera caído la pipa del asombro. Y quizá hubiera dicho a su socio y amigo: ‘esto no es elemental, mi querido Watson’. (Not elementary, my dear Watson)
Lo elemental es lo otro.
La llamada que originó dos versiones -dos jaloneos entre Enrique Ampudia Mello y Miguel Ángel Yunes Linares, antiguos compañeros de sector y de partido, otrora grandes amigos, jefe y subordinado y aliados de a deveras-, ha dejado con el ojo cuadrado al mundo político y a los que registran capítulos de la historia; los más ancianos de la aldea no recuerdan un incidente así. Incluyéndome a mí, que me jacto de haber estudiado en la secundaria harvadiana de Tierra Blanca, asuntos de espías (espiábamos a las vecinas), ser investigador chafa y de vez en cuando sacar al Ampudia que todos llevamos dentro.
Las cartas publicadas por Notiver. O correos enviados vía la electrónica moderna, están siendo analizadas con lupa por los grandes investigadores de la KGB, CIA, Bermúdez, Amadeo, Scotland Yard y la Sécurité de Francia.
Nadie se lo explica.
Amigos fuimos, adversarios ahora somos.
Ya lo pasado, pasado, diría Juan Gabriel.
Lo que es un hecho de constar, es que la política divide. Hace que corazones que antes latían al unísono, pierdan el ritmo. Rompimientos de amistades los ha habido a través de la historia. Julio Cesar y Bruto alguna vez se desconocieron. Carlos Salinas de Gortari y Manuel Camacho Solís eran como hermanos. Rompieron.
El ahora presidente Felipe Calderón y Carlos Castillo Peraza, dejaron de hablarse y verse por la cochina política. Eran como hermanos. O como el padre político al hijo adoptivo, al que vio crecer y encumbró con un poco de su ayuda.
La política suele ser a veces algo incomprensible. Ojalá y el tiempo ponga cada cosa en su lugar y se les vuelva a ver como antes se les veía, a Yunes y Ampudia, comiendo y departiendo juntos en algún restaurante. La amistad es como la mayonesa, decía Woody Allen, cuesta un huevo y hay que tratar de que no se corte.
Yo, por lo pronto, me meto a los libros de espionaje e investigación a ver si desenredo este inentendible nudo gordiano.
NUDO GORDIANO
Según la leyenda, solo llegaría a ser rey de Frigia quien fuera capaz de deshacer un nudo imposible, que un campesino llamado Gordias usaba para atar sus bueyes al yugo. Todos los aspirantes fracasaron hasta que Alejandro Magno llegó al establo, miró el famoso nudo, pensó un poco, sacó su espada y cortó las cuerdas de un tajo.
Desde las alturas, el padre de los dioses aprobó su acción.
Es lo mismo cortarlo que desatarlo, fue el veredicto de Zeus.
Alejandro cortó el nudo gordiano porque tenía una espada, porque tenía imaginación y porque fue valiente. Almudena Grandes.
LOS DINOS EN EL WTC
Ayer domingo, si las cosas no cambiaron, los priístas veracruzanos se habrán reunido en el WTC de Veracruz. No era reunión menor. Vienen de ganar la presidencia de la república, un buen tanto de gobernadores y senadores y un titipuchal de diputados federales. Se ignora si asista el más encumbrado, el góber, que debe ir como lacayunamente dicen los tricolores: primer priísta del estado.
A un lado por allí, de seguro merodeará lo que queda de Enrique Jackson y del talibán Murat. Dos conspicuos ejemplares de ese viejo PRI que Peña Nieto prometió sepultar. Veremos, dijo un ciego. Viene también el dino, Pedro Joaquín Coldwell, presidente nacional de ese partido, con la antorcha del triunfo y quizá a disculparse un poco por el jalón de orejas y regaño que le dio al alcalde boqueño, Salvador Manzur Díaz, en Insurgentes Norte, cuando le reprendió y le dijo: ‘prueba no superada en tu municipio, burrito’, según un Wikilieakes que filtró un correo que circuló por la red.
Habrá tantas cosas allí.
Hay que recordar que, digan lo que digan, fuera de programa Peña Nieto y su equipo de war room programaron el cierre de su campaña en acto multitudinario en la Macro Plaza de Veracruz, lo que vino a oxigenarles mucho, pese a que allí merodeaba Carvallo el malo. Han querido vender a propios y extraños que Veracruz no entregó buenas cuentas al equipo presidencial. Claro que se las entregaron. El millón y pico de votos no es cualquier cosa, y los senadores y los 15 diputados federales tampoco es cosa menor. Que no nos vengan con sus cuentos chinos Coldwell y Videgaray.
Aquí Peña Nieto con ese millón y pico se fue a las nubes. Y le sirvió para ganar.
¿Ya se le habrá olvidado los apapachos y el calor de la gente en Tierra Blanca?
Ojalá y no venga Emilio (La Boa) Gamboa Patrón. Personaje malo y engañador de ese viejo PRI que no se quiere ir. Emilio, dicen los enterados, ya no será coordinador de los senadores, será Cristina Díaz Salazar. Cosa buena que consensaron Videgaray (el Pepe Córdoba Montoya de Peña Nieto) y el candidato ganador de las presidenciales.
Fiesta de priístas, ahí me cuentan que vieron.
No voy porque la Biblia dice que el domingo es día de guardar, y lo guardo.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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