CAMALEON
Respecto de los gobernantes, vox populi se expande a sus anchas en los amplios horizontes del llano popular. El contenido que sustancia sus díceres se nutre de verdades y de medias verdades, que finalmente resultan falsas. Lo cierto es que mucho es parte del rumor y de una cultura que sirve de entretenimiento popular, sea cual fuere su contenido. Cuando era gobernador el Lic. Rafael Murillo Vidal el comentario más común que corría en las mesas de las cafeterías, comederos y abrevaderos políticos era que se dormía cuando atendía su audiencia y que sus colaboradores lo engañaban.
De aquellos jóvenes que gustaban de difundir el comentario ahora muchos cifran su edad en, por lo menos, seis décadas y no dejarán de reflexionar que, sin contar con la trayectoria política del Lic. Murillo Vidal cuando llegó al poder (63 años), pocos aceptarán la posibilidad de ser engañados por subalternos de 30 años o más de edad. Otros agregarán que solo un prurito de audacia o de ignorancia podría inducir a un joven subalterno a siquiera intentar engañar a un gobernador, por la simple razón que de inmediato perdería su ubicación política.
Aquello de que “se dormía” no era sino la infantil ignorancia de lo que realmente ocurría tras los pasillos del poder; para las nuevas generaciones habrá que hacerles del conocimiento que el estilo muy particular de trabajo de aquel gran gobernador consistía en laborar hasta horas de la madrugada. Dos turnos: de 11 de la mañana a 18 horas y de 21 horas hasta las 3 horas, muy temprano a la una de la madrugada. ¿Que a esa hora ya no tenía audiencia? Ningún contemporáneo de aquellos tiempos podría negar que la antesala permaneciera repleta de ciudadanos en espera de ser atendidos por el gobernador, tal como invariablemente sucedía.
La remembranza viene a propósito de la actual especulación que cunde en el llano político veracruzano acerca de adonde se encuentra el gobernador Duarte de Ochoa en momentos tan críticos para el Estado de Veracruz. Mientras no haya información cierta proveniente de las costosas oficinas de comunicación informativa del gobierno estatal seguirán alimentándose los espacios de vox populi con rumores como el de que anda de viaje o que está convaleciente.
El rumor toma mayor velocidad porque en la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) celebrada el viernes trece, en la que se llegó al acuerdo de reconocer a Peña Nieto como Presidente electo, el nombre del gobernador veracruzano no aparece entre los asistentes. Dice el boletín de CONAGO: “Además del Gobernador anfitrión, el priista José Calzada, hasta Querétaro llegaron 19 mandatarios estatales, 15 de los cuales son de extracción priista... se encuentran los gobernadores priistas de Aguascalientes, Carlos Lozano; Campeche, Fernando Ortega; Chihuahua, César Duarte; Colima, Mario Anguiano; Durango, Jorge Herrera; Michoacán, Fausto Vallejo; Estado de México, Eruviel Ávila; Nuevo León, Rodrigo Medina; Quintana Roo, Roberto Borge; San Luis Potosí, Fernando Toranzo; Tabasco, Andrés Granier; Tamaulipas, Egidio Torre; Tlaxcala, Mariano González; Yucatán, Ivonne Ortega, y el de Zacatecas, Miguel Alonso Reyes”.
Pero tampoco aparece entre los ausentes: “Destacan las ausencias de Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno del DF; Ángel Aguirre, de Guerrero; Juan Sabines, de Chiapas; y de Coahuila, Rubén Moreira”. (animalpolitico.com 13-VII).
Cuando en 1980 andaba en campaña de proselitismo electoral para alcanzar el gobierno de Veracruz, el candidato del PRI Agustín Acosta Lagunes no tuvo empacho en aceptar que había enfermado de gripe; acostumbrados al tradicional servilismo y a la milenaria sumisión al que mandaba, era un hecho inédito el que un político de alto nivel reconociera las debilidades impuestas por su condición humana. “¿Acaso no puedo enfermarme”? fue la expresión de un ser auténtico al que las barreras de la jerigonza política no imponía límites.
En el caso del actual gobernador, Javier Duarte de Ochoa, en términos del interés general de los veracruzanos convendría más la versión que alude al tema de las vacaciones; pero no sería ocioso que desde el poder se informe con veracidad que ocurre, para evitar los indeseables rumores.
Aquí se ha insistido en que ningún otro gobernador de por lo menos los últimos 60 años ha enfrentado una problemática tan difícil de resolver como le ha correspondido a Duarte de Ochoa; también hemos afirmado que, con sus notables excepciones, con el equipo de colaboradores que formó a su alrededor, poco podrá avanzar para cumplirle a los veracruzanos. En ese tenor, aún no avizoramos, por ejemplo, cómo podrá reducir a la mitad los índices de pobreza en el estado.
Peor aún, en el horizonte político no se advierten razones optimistas, las cuentas electorales no fueron las ofrecidas y el gobernador ha podido informarse acerca de la simulación con la que actúa buena parte de quienes lo rodean; esa circunstancia avisa que los adversarios políticos son más leales porque al menos están enfrente.
El presidente Calderón hizo un nada sutil diagnóstico de Veracruz. La entrevista que le hiciera televisa Veracruz en su visita para inaugurar un tramo de la autopista Veracruz- Perote contiene serias recriminaciones para los gobernadores y alcaldes de este país que se han mostrado omisos en el cumplimiento de sus responsabilidades, particularmente las referentes a la seguridad pública. Al puntualizar concretamente sobre el estado de Veracruz dejó en claro la gravedad de lo que acontece en este estado en materia de seguridad pública y su preocupación por la muy lenta reconfiguración de los cuerpos y mandos policiacos. Para los veracruzanos no dijo nada nuevo el presidente Calderón, porque la población de este sufrido estado vive en permanente zozobra lo mismo en la zona rural que en las ciudades grandes y pequeñas.
Estas referencias son solo una parte del panorama veracruzano al que debe enfrentar un gobierno que desde sus inicios no ha tenido reposo, y no precisamente por la intensidad del trabajo en el desarrollo del Programa Operativo Anual, sino porque los problemas heredados se vienen agravando sin dique alguno que los contenga. Lodos del reciente pasado zopilotean en el horizonte buscando la oportunidad de reverdecer laureles, como si Veracruz fuera el coto de los malvados. Por si algo faltaba, inopinadamente salta al escenario el rumor que comentamos. Éramos muchos y parió la abuela sigue diciendo vox populi.
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