ARTICULISTA INVITADO
En el mundo actual, existen alrededor de 1,500 millones de personas jóvenes entre 12 y 24 años de edad, de los cuales 1,300 millones de ellas viven en países en desarrollo. No es exagerado afirmar que la juventud es la fuerza y la energía de cualquier nación. Los jóvenes representan el sector más dinámico, pero, desafortunadamente, uno de los más vulnerables también. Nuestros jóvenes son, en suma, la esperanza de nuestra sociedad pues ellos son los nuevos ciudadanos que impulsarán el rumbo que ha de tomar nuestro país en el futuro.
En México y particularmente en Veracruz, la juventud vive problemáticas que la afectan, así como obstáculos que le impiden desarrollarse a plenitud. Si como actores políticos queremos ayudar e impulsar a la juventud, es necesario que conozcamos sus principales problemas. Nuestro país, alcanzando su máximo histórico, tiene más de 35 millones de jóvenes entre los 12 y los 29 años, es decir, un 32.7% de la población total, de los cuáles 48.52% son hombres y 51.48% son mujeres. De estos, el 6.7% son veracruzanos.
Según la Encuesta Nacional de la Juventud de 2005, los principales problemas que afectan a los jóvenes son: falta de oportunidades de educación de calidad, desempleo, adicciones, violencia, desinformación y salud.
En cuanto a la educación, se estima que sólo el 43.8% de los jóvenes que estudian se dedican exclusivamente a la escuela. Sólo 15 de cada 100 cursa una licenciatura, 2 de cada 100 alcanza el nivel de maestría, y 2 de cada mil estudian un doctorado.
Una cifra preocupante es que 1 de cada 4 jóvenes que estudian abandonan la escuela antes de los 15 años, y uno de cada 3 entre los 15 y los 17 años de edad. De ellos, 9 de cada 1,000 lo hace por causa de salud, 3 de cada 100 porque no había escuela; lo alarmante es que 42 de cada 100 dejan de estudiar por tener que trabajar y 29 de cada 100 porque su familia ya no quiso que continuaran estudiando.
Otro problema importante es el del primer empleo. En México, 36 de cada 100 jóvenes obtuvo su primer empleo antes de los 16 años, 15 de cada 100 a los 18 años y 9 de cada 100 a los 20 años de edad. De estos, sólo 31 de cada 100 jóvenes se encuentran desarrollando una actividad laboral que ellos mismos eligieron y no por causas económicas o porque fue lo único que hallaron.
Lo grave es que de los jóvenes que obtienen su primer empleo, sólo el 9% permanece en él por más de 3 y hasta 5 años, mientras que el 22% tan sólo permanece 1 año. El 59% de los jóvenes trabajadores ejercen sin un contrato que le permita crear derechos laborales o antigüedad.
Y en el caso de los salarios a los jóvenes trabajadores, el 60% percibe un salario que va de 1 a 3 salarios mínimos, el 22.9% gana entre 3 y 5 salarios mínimos y tan sólo el 2.7% es remunerado con más de 7 salarios.
En cuanto a los jóvenes emprendedores, la realidad apunta a que sólo 14 de cada 100 de aquellos que comienzan un negocio propio, logran sacarlo delante de manera positiva, mientras que 53 de cada 100 no logran jamás concretarlo y 30 de cada 100 fracasan en la empresa por razones que van desde la mala organización y operación hasta la falta de ingresos.
En el rubro de la salud, las tres problemáticas que afectan a los jóvenes principalmente son las adicciones, la obesidad y la sexualidad mal ejercida.
En México 60% de los jóvenes declaran no practicar ningún tipo de ejercicio. Mientras que 63 de cada 100 fuman y 30 de cada 100 consumen alcohol frecuentemente.
Del 48 % de los jóvenes sexualmente activos, 36 de cada 100 no utiliza ningún método anticonceptivo y 10 de cada 100 ni siquiera conoce alguno. 30 de cada 100 mujeres de entre 12 y 29 años han estado alguna vez embarazadas, de las cuáles 37 de cada 100 lo ha estado a la edad de 14 años.
Teniendo pues esta panorámica de la juventud en nuestro país, se vuelve necesario y urgente promover reformas a la ley, programas y fondos de apoyo para que los jóvenes puedan tener una mejor calidad de vida.
Es necesario garantizar que la mayor cantidad de jóvenes que sea posible realicen y concluyan sus estudios para que puedan elevar su nivel de vida. Esto a través de la revisión de los modelos educativos, del fortalecimiento de los programas de becas y estímulos, de mejoramiento de aulas y capacitación magisterial, de campañas de alfabetización en las zonas más vulnerables, de modernización de las escuelas.
Es también fundamental revisar y perfeccionar la ley del primer empleo en nuestro país, de manera que los jóvenes tengan mayores oportunidades de empleo, con un salario justo y un contrato laboral bien establecido.
Por otra parte, se vuelve urgente fortalecer al sector salud en el ámbito de salud sexual y reproductiva para los jóvenes, para evitar los embarazos no deseados y el contagio de enfermedades de transmisión sexual que tanto les afecta. Se necesitan, asimismo, mayores y más fuertes campañas de información sobre sexualidad para la juventud. De la misma forma se requiere de campañas exhaustivas de información sobre el consumo de drogas, el tabaco y el alcohol, así como un fortalecimiento a los apoyos económicos para los jóvenes que deseen ingresar a tratamientos de rehabilitación.
Todas estas acciones deben formar parte esencial de los proyectos políticos y las ofertas a la ciudadanía por parte de los candidatos. En el Partido Revolucionario Institucional, por ejemplo, la juventud siempre ha sido un elemento clave para el desarrollo de nuestra institución. A través de organismos internos como el Frente Juvenil Revolucionario y demás grupos de acción para jóvenes, se llevan a cabo diversas actividades culturales, recreativas y de información para que nuestros jóvenes tengan a su disposición las mejores herramientas que les permitan alcanzar su desarrollo.
Destaca desde luego, la acción comprometida del Gobierno del Estado de Veracruz para con la juventud. En nuestro estado, por mencionar algunas de las acciones, se han creado cientos de nuevos empleos para jóvenes trabajadores, se han abierto muchas aulas completamente equipadas en las zonas más marginadas de la entidad y se han fortalecido considerablemente los programas y fondos de apoyo al deporte y a las artes.
Veracruz es un estado que se preocupa por sus jóvenes y los impulsa a alcanzar sus metas. Si los candidatos a los puestos de representación popular queremos promover una auténtica trasformación de nuestra comunidad, tenemos el deber de vigilar por los intereses y las necesidades de las próximas generaciones. Nosotros, en el PRI, sí tenemos en cuenta la problemática de los jóvenes.
En mi opinión particular; los jóvenes son el punto más importante en la Visión de Futuro que se debe impulsar. Creo en los jóvenes, porque inicié mi carrera siendo aún muy joven; tuve la oportunidad de ser líder juvenil y un diputado de los más jóvenes en la legislatura donde participé. Pero sobre todo, porque entiendo la rebeldía y el empuje, lleno de coraje y energía vital que tienen los jóvenes. Admiro su fuerza y su firme voluntad de cambio, su negativa a conformarse con lo que hay y su determinación de luchar por el gran cambio que necesita Veracruz. Ellos tienen la razón en inconformarse y exigir que las cosas mejoren, en demandar que la Política realmente sirva para estos propósitos.
Por eso creo en los jóvenes y en su capacidad para sumarse en un gran frente, en una alianza por Veracruz y por México, para construir juntos mejores oportunidades para el presente y una gran nación y un estado de oportunidades para ellos. Estoy convencido que toda esa gran fuerza y esa enorme voluntad de cambio que hay en los jóvenes será el motor fundamental del cambio social en Veracruz y en toda la nación.
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