Los que tenemos alma de ecologistas estábamos muy preocupados por el desenlace del permiso de la autorización de la mina al aire libre denominada Caballo Blanco. El proyecto planteaba deforestar el cerro de la Paila en la zona de Alto Lucero y Actopan, en las cuales desaparecería flora, fauna y manantiales.
Acostumbrados como estamos en México a que los intereses nacionales, locales, de comunidades, e incluso los ecológicos siempre están subordinados a los intereses de los grandes capitales, jamás pensé que en Veracruz las cosas se dieran diferentes.
Estoy seguro que de haber tenido un gobierno de derecha en Veracruz, los intereses de la empresa Gold Group hubieran prevalecido, sin embargo, Duarte ha hecho algo histórico en nuestro país: Anteponer los intereses de la población y del futuro de los veracruzanos por encima de los intereses económicos de corto plazo.
Hemos visto a nivel nacional el desempeño del gobierno federal en apoyo a la inversión extranjera o nacional, por encima de los intereses de los mexicanos. Tenemos minas contaminantes en la zona de San Luis Potosí, tenemos el triste recuerdo de las minas de pasta de conchos, con la gran tragedia de unos humildes trabajadores y el absoluto desinterés de los funcionarios federales que tenían que velar por la seguridad de esos mexicanos.
Dónde quiera tenemos ejemplos de que los intereses políticos y económicos siempre están por encima de los intereses de la Nación, y hoy en Veracruz, podemos estar orgullosos de nuestro gobernador, quien rompiendo esa añeja tradición defiende primero a Veracruz.
Normalmente en esta columna señalamos lo malo de los gobiernos en turno, generalmente interesados en asuntos federales. Sin embargo, hoy hay que aplaudir la decisión de Javier Duarte. Hoy hay que reconocer el esfuerzo de esas organizaciones ambientalistas, de los ciudadanos organizados o no, que se dedicaron primero a informarse y posteriormente a realizar protestas de forma pacífica y organizada, de tal manera que lograron llevar un asunto de aparente interés local a convertirlo en un asunto de interés estatal, llamar la atención del gobernador y lograr sus objetivos.
Desde Boca del Río salió la buena nueva. Se recomienda a los secretarios involucrados no otorgar los permisos ni el beneplácito del gobierno del estado para la instalación de la mina a cielo abierto. No importó que Gold Group informara que todo el cianuro utilizado para separar el oro sería reutilizado una y otra vez, sin contaminar los mantos freáticos. No importó tampoco que esa empresa ofreciera volver a reforestar una vez que terminaran sus trabajos de prospección. Tampoco importó que la empresa ofreciera cuidar los manantiales de la zona, aunque los vecinos por experiencia sabían que los perderían. Enhorabuena para Veracruz, para los habitantes de la zona y para Javier Duarte por su valiente decisión.
Aprovecho para otro comentario liberal. Resulta impresionante la manera en que el fanatismo abunda en los partidos políticos. En facebook publiqué un enlace respecto del nuevo libro del fundador de la revista proceso, en el cual comenta ciertos problemas de carácter y vicios del presidente. Inmediatamente hubo respuesta por parte de sus correligionarios, con comentarios discriminatorios y sobre todo, justificando lo injustificable. No bien se hubiera acusado a sus adversarios políticos de lo mismo, entonces aplaudirían y pedirían que se quemara en leña verde a aquél cuya conducta hoy defienden, simplemente por ser de su partido político.
Falta mucho ojo crítico y criterio objetivo en nuestro país, por eso no avanza la democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario