*La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces. Camelot.
:WOODLANDS (III) EL REGRESO
Tercer día de estancia y último. Preparo el regreso. Fue un pisa y corre para venir a tentar el panorama. Hay buen clima. Como el nuestro. Por las mañanas refresca, al medio día la calor pega duro y por la noche vuelve a refrescar. Es sábado. Amanece muy frio. Sale luego el sol. Sol de invierno, decían las abuelitas, quema pero no calienta. Tierras que un día fueron nuestras y que a mi General Santa Anna el tal Sam Houston lo encontró un día empiernado y crudo y no solo le quitó a la mulata que había hecho suya, le quitó Texas y medio territorio y se quedaron con lo pavimentado, diría un cuenqueño. Los bienes raíces lo son todo. Sus precios oscilan, desde los 120 mil dólares hasta dónde quieras gastarte tus quincenas. Hay casas bellas y gigantes de 4 recamaras por 220 mil dólares, y las millonarias. Mucho más baratas que en Veracruz donde se dispararon los precios por la oferta y demanda. Aquí los constructores hacen su agosto. Supe de Woodlands porque un amigo me invitaba hace tiempo y lo espié por internet, luego supe de él porque en la literatura barata de TV y Novelas venía un folleto publicitario. Woodlands, lugar tranquilo, de relajamiento, casi como el Tibet, me ha sorprendido. Es muy grande. Con mucha seguridad, cero maluria, como quisiéramos vivir un día no muy lejano.
DEL BUSH AL JARA
El avioncito Embraer despega del texano aeropuerto George Bush al veracruzano Heriberto Jara Corona. Dos próceres de sus países, uno, presidente con botas vaqueras y papá de otro presidente, el otro, veracruzano de Nogales, gobernador de tres estados, incluido Veracruz, legislador y el primer secretario de Marina. Texas vive el empuje económico de un estado que día a día traspasa fronteras. Los lotes de autos al pie de la autopista 45, llenos a reventar. Allan Greenspan, que fue presidente de la Reserva Federal, comentó en su biografía que él media las alzas y bajas de la economía americana por las ventas de los autos. Cada semana llamaba a los jerarcas a preguntarles, como Mitofsky, cuántos autos habían vendido. De allí medía todo. Es que hay miles y miles en espera de los grandes compradores, de esos de lléveselos con un pequeño enganche y páguelo cuando pueda, o quiera. Un minuto para comprar y un laaaargo año para pagar, como Relojerías Cantú. Se recorren estas inmensas autopistas y lo menos que se puede es admirarlas. Es raro el bache que se encuentra, me imagino que él que lo descubre le dan un premio mayor. Hay unas líneas de velocidades altas llamadas ‘Tollways’, el traductor Lartigue seguro me manda correo y me dicen qué significa. Son de alta velocidad, pues la autopista 45, que va de Houston al mundo vía Dallas y lo que se encuentra enfrente, se atiborra en horas pico. Se tienen que pagar de uno a 1.50 dólares. Nada de precios exorbitantes. Son ‘vías de peaje’, así se llaman. Raro verlas de cobro, pero existen.
MIGRACION VERACRUZ
El Mall de Houston, el de las Galerías, impresionante los fines de semana, todo muy ‘very bonito’, fui de mirón un rato porque Houston, we have a problem, los dólares escasean y el inglés dificúlteseme. Pero del viaje lo sorprendente es el trato que tienen nuestros paisanos en Migración de Veracruz. Uno baja dando de tumbos, pues había el temor de cancelar el vuelo por el mal tiempo, el mismo día de ayer ese mismo vuelo Houston-Veracruz se canceló por el viento durísimo de un norte perrón. El piloto como pudo lo bajó, a saltos porque en el Golfo, cuando hay norte, volar conlleva a eso, a bailar un poco la lambada. Hablaba de los trabajadores de la Aduana-Migración de Veracruz. Una señorita toda acomedida entregaba los papeles para llenar, debidamente uniformada y atenta. Luego, cuando presenté mi pasaporte y mi boleto sellado del retorno, el oficial que estaba en la caseta, al ver mi nombre me dijo si yo escribía en Notiver, el diario consentido de los veracruzanos. Me dijo ‘lo leo’, y le agradecí comprara el diario para estar bien informado. Lo único penoso fue no haberle preguntado su nombre, pero al leer estas líneas, hoy lunes, seguro él sabe que este viajero de muchos mundos y de poco billete, les reconoce su trabajo.
EL DE REINOSA
Toco el tema porque en el aeropuerto de Reinosa, Tamaulipas, hay una mujer que se ha caracterizado por ser una Nazi. Una gente que no solo hace que la gente se atemorice, insulta a quienes puede y con la charola que le da ser de la ley, hace lo que se le pega la gana. Yo he sufrido unas tres veces ese pase en ese lugar, pero aquellos veracruzanos que van a Mc Allen, aguas con ella, no se dejen, en estos días documento una historia que le ocurrió a un matrimonio joven que fueron de compras de ropita para su bebé que nacerá pronto, y esta mujer no solo les despojó de sus pertenencias, les hizo pasar angustias y quebrantos. Historia que platico estos días. Es cierto que la ley es la ley, y también es cierto que ahora los impuestos que se pagan en una ventanilla van al fisco, y eso siempre será mejor, pero es el trato despótico lo que enoja. Es que no perdona nada, si uno toca en verde y el reglamento o la ley dice que pasas, pues no pasas, esta mujer hace que abras maleta y te haga un inventario tipo el Orfis, aunque no sirva para nada. Ya solo falta que diga que Chepina está a cuatro puntos del nenorro. Pero en las elecciones se las cobrarán, ya verán, me lo dijo uno que pasó penurias en esa Aduana de Reinosa. Ah qué de cosas. Ahora a la autopista de Orizaba, por los quesos y cremas de El Retorno, en el kilometro 62+500. La de Capufe. Ah, entre esos bosques inmensos de Woodlands, nunca se me apareció Jason, el siniestro personaje de Viernes 13.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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