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jueves, 2 de febrero de 2012

Información política Por: Alfredo Bielma Villanueva

CAMALEON
Jue, 02/02/2012
Es difícil concebir un gobierno que no cuente con un sistema de información que le procure lo necesario para conocer el contexto en el que actúa y los factores de poder con los que tiene que interactuar. Se da por descontado que todo gobierno cuenta con un fichero político que le dice quién es quién, cómo vive, de qué se mantiene, sus antecedentes laborales y políticos, a qué intereses obedece, etc.
De la misma manera, los operadores de un gobierno están enterados que a su vez el gobierno es vigilado, que sus principales actores son investigados para conocer a través de sus indiscreciones, de sus confidencias, de sus envanecimientos, etc., cómo se teje el hilo allí adentro. No hace falta decir que también se tiene información del súbito cambio de condición económica, de la pronta ganancia de segundos frentes, de los nuevos vehículos para la familia, de cuyos jóvenes integrantes se obtiene información más que oportuna. Mucha de esta información proviene de vox populi, no se olvide que en estos tiempos cada ciudadano inconforme es un activo reportero.
Esto viene a cuento por el reciente affaire cuyo protagonista principal es el gobierno del Estado de Veracruz, al que se le tiene retenida nada menos que la nada despreciable cantidad de 25 millones de pesos y por la agresiva incursión de los 400 pueblos en contra de dos periodistas jalapeños.
Cómo y quién se enteró que en aquel vuelo de avión oficial iba una maleta con 25 millones de pesos es una auténtica incógnita, de esas que se resuelven con un simple pero oportuno “pitazo”  El asunto no es para desdeñarlo, pues de entrada ya provocó la renuncia de uno de los colaboradores más cercanos y de mayor confianza del gobernador, dice el secretario de finanzas que para facilitar las investigaciones, pero el argumento es precario porque debido a la elevada suma de dinero obviamente el tesorero no actuó solo y luego entonces alguien más tendría que renunciar.
El caso es que por el sorpresivo descubrimiento de la valija indiscreta y su posterior decomiso por la PGR el secretario de finanzas de Veracruz ha tenido que salir a declarar sobre el particular y parece que las supuestas prisas que originaron la necesidad del pago en efectivo han propiciado que las cosas se enreden más. Dijo Tomás Ruiz que los porta valijas eran empleados del gobierno del estado. También dijo que el pago en efectivo se debía a las prisas por el pronto advenimiento de las fiestas, que con ese dinero se pagaban; luego aseguró que ya se habían adelantado 40 millones para el pago del carnaval de Veracruz.
Pero ahora resulta que los enviados con el tesoro no son empleados del gobierno pues no aparecen en su nómina y, por otro lado, allá en el Puerto se preguntan a quién le entregaron esa cantidad millonaria para el carnaval, pues nadie aparece para constatarlo. Por lo demás, aunque al mejor cazador se le va la liebre, este asunto no habla bien de la experiencia de quien ya fue subsecretario de hacienda, director de la lotería nacional, director de banobras, entre otros cargos de importancia que ha ocupado el susodicho.
Colateralmente han surgido un sinnúmero de rumores e hipótesis: el PRD y el PAN aseguran que ese dinero iba a ser destinado para la campaña de Peña Nieto; remitiéndose al pasado reciente, otros argumentan que era para engordar algún cochinito, lo cierto es que están circulando tantas suposiciones como especuladores hay. En una de esas la verdadera pudiera ser la versión del secretario de finanzas, pero ni el más duro inquisidor lograría que vox populi la creyera.
Hasta Peña Nieto ha tenido que declarar sobre este particular y no se duda de su entendible molestia por el involuntario involucramiento a que ya ha sido sometido.
Debido a que con frecuencia se suscitan hechos que parecen aberrantes, en no pocas ocasiones se comenta que la política es una actividad poco lógica. Pero es todo lo contrario, la política es una de las actividades más lógicas del hombre, entendible si se tiene a mano la información suficiente para formular las premisas ciertas de un silogismo que lleve a conclusiones correctas. Por ejemplo, cualquier veracruzano sabe el porqué el Congreso local aprobó las cuenta pública 2009 y 2010 correspondientes a los dos últimos años del gobierno de Fidel Herrera; y no ignora que no fue precisamente porque el manejo administrativo y financiero haya sido impecable.
También sabe, y si no adivina, por qué el ex alcalde de Tuxpan, señalado de haber dejado una administración endeudada por malos manejos, solo estuvo en la cárcel tres días y casi de manera expedita fue dejado en libertad, aunque en la cuenta pública del 2010 le hayan resultado más pecados cometidos.
En resumen, en el balance, estos asuntos y los de orden político le añaden al gobernador Duarte de Ochoa preocupaciones adicionales en delicados tiempos. Los financieros, porque este molesto affaire trasciende al proceso electoral y sin duda tiene preocupado al equipo de campaña de Peña Nieto, que seguramente advierte la gravedad de lo que ocurre en Veracruz. Los operadores políticos quedan a deber porque debieron detener con prontitud la agresión que los prestadores de servicios sucios bajo el mando de César del Ángel emprendieron contra el patrimonio de los periodistas Claudia Guerrero y Manuel Rosete, con quienes nos solidarizamos. Si esa situación es obra del noviciado o producto de la ineficiencia es algo que gravita negativamente sobre el gobierno estatal, pues el ridículo argumento esgrimido para atacar a los periodistas revela cuan delgado es el hilo del que pende la seguridad del periodista en Veracruz y el poco o nulo interés por defender la libre expresión de las ideas.
En descargo habrá que entender que el gobierno local no está en aptitud de manejar la información de inteligencia, ahora en poder de la Marina por el programa Veracruz Seguro, aunque sin duda por necesidad y subsistencia ya debieron haber habilitado otro centro de información y de investigación alterno. En todo caso saltan las preguntas: ¿de verdad no sabían en el gobierno a qué venían a Xalapa César del Ángel y sus huestes? Aún así es más que obvio que hubo tiempo para desactivarlos, en el mejor de los casos faltó voluntad, en el peor y muy preocupante quedaría la impresión de que se les dejó correr a propósito. El otro expediente habla sobre si es posible que en el gobierno no estén enterados de quién contrató a la franquicia de los 400 pueblos, si así fuera, que Dios los coja confesados, y a nosotros también, porque aunque en distintos camarotes, vamos en el mismo barco.
alfredobielmav@hotmail.com

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