*De Mark Twain y mía: “La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa”. Camelot.
THE ROYAL TOURQuienes tuvimos la dicha inicua (¿Qué es eso?) de ver la tele dominical y zapear a un programa presidencial, nos llenó de satisfacción rematar domingo finsemanero con un reconocimiento a la belleza de nuestro México. A sus playas y litorales, a su gastronomía, a sus templos ceremoniales, a la cultura de una Nación que está de pie, pese a que las bajas se sigan sumando día a día. La cadena estadounidense PBS, que es muy popular y a ratos la ven más de 100 millones de televidentes, filmó un programa tipo documental con el presidente Felipe Calderón. La noche del domingo lo transmitieron, después de haberlo estrenado en Estados Unidos, un mes antes. Peter Greenberg va de la mano del presidente por buena parte de territorio nacional. Visitan los templos mayas, la Baja California, a los voladores de Papantla los llevaron a playas jaliscienses -creo que el presidente andaba enojado con Veracruz-, Arriba del helicóptero presidencial, desde las alturas y en tierra Calderón mostró parte de lo que tenemos, no sin soslayar el tema del narcotráfico y las muertes, tema que es obligado en cada entrevista. El presidente se hizo acompañar de su esposa, Margarita Zavala de Calderón (primera mujer que ejerce como primera dama, después de haber sido dos veces congresista, explicó Greenberg), y al lado de sus pequeños hijos. El presidente escala, bucea en cenotes sagrados, se lanza por cuerdas, andaba convertido entre un Chanóc y un Tarzán, con su intrepidez. Todo en inglés, con su buen inglés el presidente llevó a la televisora americana a su casa michoacana, a presentar a su madre y sus hermanos. Un buen programa, que remata en vuelo de globo aerostático y, de repente, aparece la milenaria pirámide de Teotihuacán, majestuosa. Calderón la hizo de un buen guía de turistas. Sin duda caló bien su presencia televisiva. Aprovecha y le juega bromas al comunicador, lo lleva a la cuna del Tequila; colgado de la tirolesa, bajando a rappel el nido de las golondrinas, el presidente fue visto en su lado más humano. Seguro que le levantará votos de su proceder como mandatario. Sin duda ayudará a que los turistas regresen. En México no todo es balacera. No todo es Miss Bala. Hay cosas enormes, nuestra belleza de país.
A MI MANERA
Gabriel García Márquez admiraba a los compositores de música, decía que ellos en tres minutos relataban una historia o una vida, lo que a los escritores les llevaba días o meses para plasmarlo en cien o más páginas escritas. Oscar Wilde señalaba que ‘El arte de la música es el que más cercano se encuentra de las lágrimas y los recuerdos’. Hay canciones inmortales. Muchas. Aquella francesa, My way, a la cual Paul Anka puso letra y le llevó una mañana al entonces casi viejo, Frank Sinatra, y Paul Anka se la tarareó, sentados ambos frente a frente, pegadas rodillas a rodillas, y le dijo: “Óyela, es la historia de tu vida”, y cuando Sinatra escuchó aquella parte que decía: “Cuando tuve dudas me encaré con todo y no me hundí, lo hice a mi manera”. O esa otra: “Viajé por todos y cada uno de los caminos. Y más, mucho más que esto, y lo hice a mi manera”, al viejo se le escurrieron las lágrimas, le dio un abrazo fraterno y ese tema vivió en su inmortalidad y la nuestra, y, además, le sirvió a Frank como su canción de despedida de todos los conciertos porque la vida, como lo dijo el mismo Nobel García Márquez, es la mejor cosa que se ha inventado. No solo se despedía con ella en sus galas de los escenarios, se despedía del tiempo inexorable que no perdona el calendario de los inviernos. Es la historia de las caídas y formas de levantarse, su orgullo y sus derrotas, del amar y perder, de las malas experiencias, del reír, llorar y sufrir para volver a levantarse a su manera. Hoy, quizá inspirado en ella, uno piense que con el viento del otoño pegando de lleno, se tenga mejor futuro y porvenir, que logremos esos sueños a veces interrumpidos, que nos levantemos cuando una piedra donde se tropieza nos haga caer, o un muro se ponga frente a uno y lo brinquemos para así, como le cantó Paul Anka a Sinatra, vivir a mi manera.
EL ENCANTO DEL AGUILA
Univisión lo estrenó el domingo. Si en algo es bueno Televisa, es en sus series históricas, que a lo largo de los años han demostrado que no sólo hacen las del entretenimiento y sufrimiento. Quiénes vimos el primer capítulo histórico del domingo, que se estrenará en México el martes 15 de noviembre a las diez de la noche, antes del horario estelar de López Dóriga, seguro apreciamos la grandeza de la televisora. El capítulo de la Decena Trágica retrata con exactitud a los personajes, el presidente Francisco I. Madero, ese apóstol de la democracia, su hermano Gustavo, cruel y vilmente asesinado por el usurpador y chacal, Victoriano Huerta. Paréntesis (ignoro quién sea el actor que personifica al Pinochet de aquel tiempo, pero de que tiene cara de malo la tiene), y la joya del golpismo de aquel año, un émulo del halcón Henry Kissinger, el embajador Henry Lane Wilson. En la Embajada se pactó el derrocamiento del presidente electo constitucionalmente. Y de aquel escritorio presidencial fue echado por Madero, cuando se descubrió su golpismo. Producida por los hermanos Gómez: Bernardo y Leopoldo, dirigida por Pedro Torres, talentoso, la serie de 13 capítulos va a servir para que las nuevas generaciones conozcan una parte de ese México que se nos fue. Un México no exento de violencia, como el que hoy vivimos, pero un México que sirvió para sentar las bases de dónde hoy estamos. Los artistas: Ignacio López Tarso, Cecilia Suárez, Irene Azuela, Alfonso Herrera, Tenoch Huerta, Gustavo Sánchez Parra, Emilio Echevarría, Gerardo Trejoluna, Blanca Loaría, Juan Carlos Colombo, Enrique Arreola, Joaquín Garrido, César Évora, Enoc Leaño, Carlos Corona y Cecilia Toussaint. Véanla, vale la pena, y se debían hacer copias para llevarlas a las escuelas y que los estudiantes aprendan de ese pasado muy nuestro, doloroso a veces, pero en fin pasado nuestro.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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