ENRUTADO Por: Gilberto Haaz Diez

Acertijos

*Cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado el tiempo en que se pudo. Camelot.
ENRUTADO
Mañana del último sábado de noviembre. Día que presagiaba un norte anunciado en Veracruz Puerto, y también en Boca del Río. Algo tuvo de nefasto porque, para Ripley, ganó Morelia del mamila y antipático Tomás Boy (¿Quién lo aguanta?). Perdió Cruz Azul del aburrido Ojitos Meza, y las Chivas mordieron el polvo, diría un clásico, ante un Querétaro irreconocible. No sólo eso, Getafe, la ciudad dormitorio de Madrid, que tiene un equipo de media tabla, le ganó al Barcelona de Messi. Algo le ocurrió al futbol este sábado. Voy enrutado al puerto de Veracruz. Un viejo refrán dice que nunca dejes camino por vereda. Lo hago hoy. Aunque en la antigüedad todos los caminos conducían a Roma, este camino viejo, como aquel camino verde, donde las azucenas están marchitas, ese camino que va a la ermita, es la ruta y era la ruta vieja para llegar lo mismo del DF que de Orizaba y Córdoba y la Cuenca del Papaloapan a Veracruz, cuando aún no existía la autopista cara y mala de Capufe.

POR LA TINAJA
Trasladarse por esta ruta es algo que sorprende. No me lo van a creer, pero está el pavimento diez mil veces mejor que la de paga. Que digo diez mil, cientocuarentamil veces mejor. Para Ripley. Salgo de la de paga en La Tinaja. Voy a Capulines, que también es pueblo, por quesos de hebra y jarocho y la crema y nata que los ha hecho famosos. En aquel antiguo sitio donde existía una gasolinera y junto se aposentaban los AU y los ADO, aunque algunos dicen también que los Flecha Roja, cuyo lema era: primero muertos que llegar tarde. La campiña luce extraordinaria. La vegetación en su esplendoroso verde, aunque aún no han llegado las lluvias y una sequia pega duro el norte del país. En los lados se otean ranchos y praderas como las del rancho de JR, el texano. Hay un parque hermoso, pequeño, de esas comunidades pequeñas donde viven nuestros campesinos. Donde labran y aran la tierra y sudan la frente. Paréntesis. (Un cuenqueño me dijo que la crítica a Tito Delfín Cano, alcalde de Tierra Blanca, fue injusta, el parque ya lo están no sólo remodelando, lo están tirando todo para hacerlo nuevo, me dijo un panista reclamador. Corrijo y ofrezco disculpa al coordinador de los alcaldes panistas y tesorero nacional de los alcaldes de todo el país. Esta misma semana, el periodista Manuel Mejido fue galardonado por el Cabildo y Ayuntamiento de Tierra Blanca, homenaje merecido, a veces se es profeta en su tierra).

ESOS 40 KILOMETROS
Hay también, al pie de la carretera vieja, un panteón. Muy pequeño. Estampa del Comala de Juan Rulfo. Panteón de esas comunidades chicas. Los tendederos con la ropa colgando, los arboles de almendro y la vegetación veracruzana lo hacen ver como el Macondo del Nobel García Márquez. Recorro los 40 y tantos kilómetros que debe cubrir esa ruta vieja, la cual solo tenía un puente en el pasado pretérito, cuando Dante era priista y gobernador del cuatrienio y le ubicó el otro puente en Boca del Río, para complementar al único puente de esos de ‘voy y vengo’. Llego a Capulines. Hago mi compra. Me avituallo de crema y quesos. Leche del campo veracruzano y manos veracruzanas hacen la crema y nata.

BUGAMBILIAS
Las buganbilias florecen, como el huamachito. El rancho Covadonga y Mata Espino. Siempre me he preguntado a qué obedecen tantos nombres de matas: Mata Espino, Mata Cocuite, Mata Tenatito, Mata Redonda, Mata Cazuela, etc., Pedí a un cotaxtleño, que no es Amadeo, me lo explicara. Va: ‘Lugar del llano en el que se crían espontáneamente diversos arbustos y arboles, haciendo una especia de oasis que vulgarmente le llaman ‘Matilla’. A los villorrios o ranchos cercanos a tales ‘matillas’, se les llama Mata Cocuite, Mata Loma, etc’. Sigo mi ruta. Cruzo Fisisa, aquello que fue una fábrica de Fibras Sintéticas, y hoy luce en el abandono. Como campo de exterminio. Una empresa quebró allí hace algunos años y se perdieron muchos empleos. Un anuncio de la SCT, responsable del mantenimiento, señala que invierten diez millones de pesos en un tramo. Está casi completo, está radiante, sí así estuvieran todos los caminos, seguro que llegábamos a Roma. Solo una pequeña parte, poco antes de llegar al campo experimental Cotaxtla, solo esa parte tiene gente trabajando. Me dice otro panista que la carpeta se levantó toda desde tiempos del foxismo arrollador, y que la han seguido manteniendo en forma.

ALVARADO Y SANTA FE
Un poco adelante se encuentran las cuatro vías, donde se entronca a Alvarado y a Santa Fe, esas que el rojo Fidel le metió la mano y creó el bulevar Rafael Hernández Ochoa, como homenaje a aquel gobernador de Veracruz. A la derecha, el fraccionamiento de los Ruiz, El dorado, que tiene canales para navegar como Venecia. Un poquito adelante, el reten de la Marina, cosa que se agradece. Los militares protegiéndonos. Llego y dejo maravillado esa carretera vieja, que su único inconveniente es que es muy angosta y de allí el peligro a cualquier choque. Pero quitándole eso y viajando a velocidad media, es extraordinaria. Ojalá y el encargado de asfaltar la de Capufe se diera una vuelta por allí. Ah, y no cobran nada, es de las de caminos estatales del país. Bien por ellos.
En Veracruz un café rapidín. De la plaza a la comida. Lo intentamos en Italiannis, un comedero nuevo que está ubicado en la torre Plaza del Sol, la del otro Slim de Veracruz, el milloneta Toño Sierra, un síndico veracruzano. Caminamos, cruzamos el puente rojo llamado de La Amistad, que se hizo en el sexenio pasado con dinero del gobierno del Estado y con tubos que donó Tamsa, la compañía que dirige el paisano Sergio de la Maza, orizabeño puro. En el 4300 del bulevar Ruiz Cortines, languidece el hotel Crown Plaza. Todos dicen que pronto será demolido para ubicar allí la plaza Antares (no confundir con Antara, la de los ricos de Polanco) o el mismo Palacio de Hierro, aunque se oye que este último ya no llegará allí. El feudo de los Bueno. En el Italiano nos topamos con nuestra realidad. Aún no abrían, una señorita nos hizo ver que ese día la comida era para puros VIPS, invitados especiales, como nosotros éramos de la perrada, nos fuimos con nuestras cajas destempladas a otro, al Fiorentino, que está al pie del WTC. En el que dejamos sí se coló uno de los hermanos Sanguijuela, eso me lo dijo un amigo que iba al lado.
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