sábado, octubre 29, 2011
Esa paja, esa paja
Entre el Vicentillo Zambada y el Washington Post le hicieron la faena a Felipe Calderón, de la manera más dura posible. Vicentillo le recuerda a la DEA que su familia, distinguidos narcotraficantes mexicanos tiene arreglos con el gobierno americano y con el mexicano, y que por lo tanto no pueden juzgarlo en Estados Unidos por un delito que se comete de común acuerdo con las autoridades de ambos países.
En el caso de don Joaquín Guzmán Loera, el reputado periódico americano señala que este millonario de Forbes recibe protección tanto del gobierno americano como del gobierno mexicano. Luego vienen los comentarios políticamente correctos para taparle el ojo al macho, primero el asunto de que al norte del Río Bravo o Río Grande como ellos lo nombran, se ofrece una recompensa de cinco millones de dólares a quien proporcione información sobre don Joaquín. Recompensa que ningún civil buscará obtener aunque tenga la oportunidad, pues la vida le va en ello, y recompensa que ningún enemigo de don Joaquín buscaría obtener porque aunque no teme por su vida, ya que son enemigos y en cualquier momento la puede perder, también será una persona buscada por el FBI, la DEA, y el resto de las agencias americanas, razón por la cual, no se animará a buscar esos milloncejos, ya que su disfrute desde la cárcel sería mínimo.
En el caso del gobierno mexicano, el diario de la capital americana (y del mundo), señala que don Felipe del niño Jesús Calderón Hinojosa está desesperado por atrapar a don Joaquín. En franca insinuación y contradicción de su dicho anterior, pues no es posible que urja la detención de tan dilecto personaje y al mismo tiempo reciba protección de las autoridades federales, quienes curiosamente están bajo el mando del mencionado don Felipe del niño Jesús Calderón Hinojosa.
Como siempre, las publicaciones de los gringos traen jiribilla. En una carambola de más de tres bandas. La primera banda va en el sentido de que Don Felipe quiere públicamente y no quiere en privado detener a don Joaquín. La segunda banda, va en el sentido de que sí lo quiere detener en serio, pero sus subordinados le fallan, lo engañan, y hasta protegen a su archienemigo, es decir, a Don Felipe le ven la cara de tonto sus empleados, y resulta que este señor nos gobierna a los mexicanos y no puede confiar ni en su círculo más cercano. La tercera banda, puede ir por el rumbo del acercamiento de doña Hillary con Peña Nieto. Recordemos que hace meses cuando se le preguntó si el PRI podría regresar a los pinos, la doña contestó ¨over my dead body¨, o lo que es lo mismo ¨sobre mi cadáver¨. Lo cual implicaría que ella tiene el poder para decidir quién será nuestro próximo presidente. Pero después de aquél desliz, la doña ha iniciado discretos acercamientos con el equipo de Peña, solicitando garantías de que seguirá la lucha contra los cárteles si éste llegara a la silla del águila. Lo cual implica como siguiente banda, que a pesar de no simpatizar con Peña o con el PRI, la Hillary considera que es una situación inevitable el regreso del rojo, o quiere simplemente taparle el ojo al macho, y hacernos creer a los mexicanos que ellos –los gringos-, no son los que deciden quién será nuestro próximo presidente.
La siguiente banda que tocó la bola de estos periódicos, va en el sentido de que los Estados Unidos a través de su departamento de Estado intervienen en la política interna de México y en sus elecciones, afirmación reconocida implícitamente en la propia boca de la titular de ese departamento. Y por último, vemos la absoluta y total distracción de nuestros políticos, pues nadie, ni de la derecha (lógico pues les gustó la declaración), ni los del centro (que se hicieron los occisos y no quisieron incrementar el daño público ni generar más asperezas en la relación), ni los de izquierda (que olvidan su nacionalismo en pos de la silla), nadie reclamó la abierta ingerencia americana en asuntos internos de México… Y si a ello le añadimos que los golpes al crimen organizado en México se han dado y se ha reconocido así, gracias a las labores de inteligencia que realizan agentes americanos que trabajan encubiertos en México, vemos que estas publicaciones e información que nos llega en fin de semana, tienen mucha pero mucha ropa sucia que ya no se lava en casa.
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