Los sufridos mexicanos,
tan maltratados por la vida y por los propios mexicanos nos olvidamos que como
consumidores de bienes, servicios y servicios públicos, tenemos el derecho a
recibir productos de calidad, y a rechazar aquéllos que no tengan la calidad
que merecemos. Sin embargo, entre la
noticia distractora del día, y la lucha por conseguir el pan de cada día, se
nos olvida vigilar la calidad de lo que se nos oferta.
Pongamos como ejemplo
la propaganda que vemos en todos lados de que la Universidad Tecnológica del
Centro de Veracruz es la mejor del país… (Entre el resto de las universidades
tecnológicas). Vemos los anuncios y lo
damos por bueno, pero nos falta valorar la calidad de esa universidad para
saber si de verdad es buena, o sólo es propaganda gubernamental.
De entrada, al conocer
las instalaciones se queda uno con la boca abierta. El trabajo del rector
Rangel ha sido de excelencia en cuanto a la construcción y equipamiento de las
aulas. Sus detractores afirman que con
dinero cualquiera lo hace, pero esto no es necesariamente verdad, en un país
como México en dónde se derrocha dinero a manos llenas en proyectos públicos y
rara vez tenemos resultados como la visible infraestructura de dicha
universidad.
Si consideramos que ha
sabido captar alumnos, y que tiene sus aulas llenas, podemos poner otra
palomita a la UTCV. Si de imagen en los
medios de comunicación se trata, también toca palomita, porque siempre está
presente, el rector Rangel es un experto comunicador de sus éxitos y de los de
la universidad.
En cuánto a la relación
con empresas y cámaras de la región, también toca palomita, porque se ha visto
la innumerable cantidad de convenios de vinculación firmados con empresas y
cámaras empresariales.
A partir de allí ya no
tenemos más información para conocer dos últimos puntos, básicos para la
evaluación de los resultados de la UTCV.
Uno de ellos tiene que ver con el apoyo a emprendedores, lo cual es en
sí mismo loable, y digno de encomio, pero, no tenemos disponibles estadísticas
para conocer cuántos de los proyectos que se han apoyado, tienen vigencia dos
años después de su lanzamiento. Ni siquiera sabemos cuántos de los proyectos
que llegaron, se cristalizaron en resultados, sean éstos fallidos o no.
El último punto también
es importante, y es el de la colocación de sus egresados en trabajos
remunerados. La información a la que he
podido acceder, me demuestra que tiene uno de los mejores índices de ocupación
respecto del resto de las universidades tecnológicas. El índice se mide en
función del número de alumnos ocupados después de cierto período de tiempo, que
generalmente se mide en meses.
El problema en cuanto a
la calidad de la educación y la orientación hacia el mercado laboral, surge cuando
se mide con respecto de otras universidades del país. Allí la situación cambia
radicalmente y a pesar de tener un buen índice de ocupación después de un
semestre, está muy por debajo de la media de las universidades de excelencia en
el país.
Así, podemos concluir
que se han realizado buenos esfuerzos para dar una educación de calidad, con
imagen y relaciones públicas, pero se sufre de escases de trabajos para sus
egresados. Y allí habría que analizar
una vez más, si se debe a que en la región no hay trabajo suficiente para tanto
egresado, o si hace falta vincularse con empresas más allá de las locales, o
simplemente los chicos no salen tan preparados, como para que las empresas se
peleen por ellos.
Este es un simple
ejemplo con una de las instituciones que mejor funcionan en la región, para
evaluar la calidad y los alcances del servicio público que en educación
proporciona dicha institución.
Así deberíamos de
analizar el resto de los servicios públicos que se llevan a cabo con nuestros
impuestos, y el propio desempeño de los funcionarios que aspiran a un puesto
público. No olvidemos que el rector
Rangel aspira a la presidencia municipal de Córdoba. Conociendo sus virtudes y defectos, podemos
compararlo con el resto de los precandidatos.
En mi caso, a pesar de
lo que considero un exceso en las relaciones públicas e imagen, considero que
sería un mejor presidente que los últimos que hemos tenido, pues su éxito lo
basa en resultados tangibles más allá de posibles relaciones (que también
cultiva). Sin embargo, faltaría
compararlo con el resto de los precandidatos…
Y en eso, nadie mejor que usted tiene la palabra.
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