Acertijos
De Juan Villoro: “El que ve sin ojos ve mejor”.
PRIMER INFORME DUARTISTAMartes 15 de noviembre. Mañana de primer informe de Gobierno en Veracruz.
Amanece soleado. Habrá calor. Parecería día canicular.
Pernocto en Vía Muerta, un villorrio boqueño veracruzano, en el fraccionamiento La Tampiquera de Boca del Río. Hay calorcito veracruzano.
Donde antes sonaban balazos, como música de son jarocho. Ya no.
Llego del DF vía aeropuerto Juárez al Jara de Veracruz.
Dos aeropuertos internacionales.
Fui a visitar y comer con un amigo picudo, a quien no veía hace buen rato.
Historia que un día de estos les cuento y narro.
Llego por la noche a la cálida Veracruz. Aquella que Lara decía que las palmeras estaban borrachas de sol, al descender del avión, veo el Eurocopter de gobierno volar de noche. No entienden. Me imagino algún invitado al informe, que va a dormir a Xalapa.
No se debe volar por la noche, pero en fin, cada quien su vida, y su riesgo.
El accidente mortal a Blake hace que volar estos días apanique.
ANTROPOLOGIA
12:00 horas, llego a Xalapa. Oteo al Lencero, su aeropuerto. Parece día de plaza de Chedraui. Hay más Lear Jets que aguacates en sus estanterías de supermercado. Llegan gobernadores: Tamaulipas, Nuevo León, Puebla, Campeche, Zacatecas, Quintana Roo, Chihuahua, Tabasco, Hidalgo. Se arropan, todos del PRI, menos el poblano. Se acuerpan después de ganar Michoacán, otra joya de la corona. Faltó el Ronaldo Cristiano del PRI, el más guapo de todos ellos, Enrique Peña Nieto. Ni él ni Moreira, ni Fidel. Si llegó Alemán, y Montano sonreía, cuidándole la espalda.
13:10. Entra el gobernador Duarte con su esposa Karime y sus dos hijos. Viene a informar el primer año de su Administración. Poco antes, la pasarela de los políticos. Los que han cumplido y los que creen que han cumplido. Los que aprietan el paso para no salir y los que, desde afuera, husmean y ruegan porque se vayan.
Para ellos entrar, como Messi en el Barcelona.
Ocupo mi lugar. El escenario, Museo de Antropología, ese sitio que el exgobernador, Agustín Acosta Lagunes, dotó a los xalapeños.
Allí, entre piedras milenarias, Javier Duarte de Ochoa informará.
Se pasean como en alfombra roja. Llega Amadeo, se integró como Procurador al Gabinete, por la salida del otro que salió por la puerta trasera, su antecesor. Uscanga saluda. Me ubico junto a Othón. Me presenta a un gobernador, ahora asesora a varios, entre ellos a Borge, el de Quintana Roo.
En la carretera, una manta del municipio de Emiliano Zapata, felicita al gobernador.
En el aeropuerto, hoy hay mas Suburbans que habitantes, y guaruras por doquier, estire usted la mano y atrapa uno. Al menos Miguel Alemán traía como ochocientos mil.
Mas que Manzur, en sus tiempos de miedo. La alcaldesa Zita Pazzi, a quien no veía hace rato. Llega Mónica Arriola Gordillo, hija de la maestra y profesora, trae la representación del partido y familiar, que vale por doble.
Casa llena en esa carpa tendida entre el pasto. No tanta como en el pasado de los rojos de Cincinnati. Ahora menos. Muchísima gente menos. Es otro el estilo personal de gobernar. Son otros los tiempos.
Lleno como el Yankee Stadium cuando juegan los Mulos de Manhattan.
Aquí no hay juego, hay informe, pero todo se vale con tal de ser visto.
La gente de Comunicación, activa. El arzobispo, Hipólito Reyes Larios, mendocino y orizabeño, da bendiciones y les echa agua bendita para que esos políticos se porten bien.
Una escolta de militares llega con la Bandera mexicana. Comienza el protocolo. Dos pantallas gigantes a los lados. Un bonito escenario. Diputados, gabinete, alcaldes, empresarios, colados, todos listos. No veo a panistas, sólo a Buganza, que lo fue y ya no sé si lo será. “Despejar los pasillos”, pide el locutor con su voz característica, inconfundible. Todas las televisoras de la región envían su señal, me late que hasta Al Jazzera vino, la oficial de Al Qaeda.
OCTAVA FILA ASIENTO TRES
Octava fila, asiento tres. Pretendían llevarme a la segunda, lo agradecí, desde poquito atrás veo mejor para la crónica del informe, aunque no salga en la tele.
Emisarios del pasado. Lo que queda de Enrique Jackson y lo que queda de Murat, el oaxaqueño. Pasarela de aquellos que quieren ser vistos. Hasta empresarios a los que les gusta la política, como Guillermo Rivas Díaz, suplente del alcalde cordobés, Paco Portilla Bonilla, de quien espera su salida para convertirse en el Juan Manuel Diez de Córdoba.
13:20, se canta el himno a capela. La pequeña banda de guerra de los marinos lo entona. Todos les hacemos segunda. Mas adelante, Duarte rendirá reconocimiento a la Marina y al Ejercito Mexicano, dos glorias de las armas de nuestro país, y al secretario caído, José Francisco Blake Mora, dos momentos emotivos del informe. De éste pide un minuto de aplausos. Termina el Himno Nacional, un video comienza, se exhibe el Pico de Orizaba, de donde vengo, indígenas, tabaco, café, mar, costas, lo que le damos al mundo: artesanías, folklore, cascadas, iglesias, pueblos mágicos, jarochos y danzones y Tlacotalpan, Patrimonio Cultural de la Humanidad, pueblo al que un desbordamiento del río no logró rendir. Hoy está de pie, como todo Veracruz.
13:28. “Veracruz es la grandeza de su tierra… y de su gente”, dice el gobernador.
“A Veracruz nos debemos y para Veracruz trabajamos”. Exhibe sus números. Desglosa área por área: Carreteras, turismo, gobierno, finanzas, salud, comercio. Todas muestran sus números. Sus logros. Presume el gobernador 50 mil nuevos empleos. Lo grita con orgullo. Reconoce a los alcaldes, apunta el dedo donde se encuentran Veracruz y Boca del Río, dos de sus aliados y consentidos. No vi al de Orizaba, el Chahín del emirato. Si vi a su síndico Castelán y al secretario Vallejo, a él no.
14:35, cierra discurso el gobernador Duarte. Dos premisas: promete un futuro mejor y estar de pie, ponernos de pie y no rendirnos ante esos infortunios de maldad que nos llegaron un mal día que no nos lo merecimos. Se le aplaude. Parto rápido.
No me quedo al ‘besamanos’, habría que escribir estas líneas, apenas hay tiempo.
Allí quedó su primera presentación. Un año transcurrido desde que un día de primero de diciembre de 2010, juramentó por él y por su patria chica. A 15 días que cumpla el año, Javier Duarte de Ochoa tiró sus números. La historia comienza a juzgarlo, porque la historia es una gata que siempre cae de pie, según Eliseo Alberto.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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