*La vida es la ruleta en que apostamos todos. Camelot
por:Gilberto Haaz Diez
AL WTC
Noche de viernes. Estoy en Veracruz. Respiro el aire yodatado del Golfo de México. Hace pocos días, el calor madrileño me atarantaba. Boca del Río por ahí anda. Dejé las rebajas del Corte Inglés y llegué a tierra de piratas. Con noche de plenilunio, de esas noches que Lara decían que eran de ronda y que acaban por llorar. Cuando la luna se quiebra sobre la tiniebla de mi soledad, diría el mismo poeta tlacotalpeño, aquel que Jacobo un mal día en sus 24 horas nos lo quiso hacer chilango, pero no pudo, con todo y su poder mediático.
Estoy en el WTC. Ese inmueble espectacular que un día el gobernador Dante Alfonso Delgado Rannauro construyó; Miguel Alemán Velazco remodeló mediante 800 millones de aquellos pesos y Fidel Herrera Beltrán lo utilizó y le sacó provecho porque allí se han hecho mas convenciones que bursatilizaciones.
Tiene su historia ese Centro de Convenciones. Dante, en tiempos pasados, cuando aún respiraba como dinosaurio priísta y, a la salida de Fernando Gutiérrez Barrios, que se fugó a la Secretaría de Gobernación con el presidente Carlos Salinas, le dejó encargado el changarro al alvaradeño-cordobés y Dante, con asesoría de empresarios y lana gubernamental, lo edificó.
Tiempo después llegó el imperio con Miguel Alemán Velazco, y ese imperio, que pensaba en grande como los grandes reyes franceses cuando edificaron el palacio de Versalles, le metió pasta, dinero del bueno y le puso escaleras eléctricas, aire acondicionado y todas esas lindezas que ahora se le ven.
Dicen los enterados, que al pobre titular de Finanzas, que lo era el cordobés Juan Felipe Aguilar de la Llave, cada que le llevaban las cuentas de la semana se le caía un poco de pelo y entraba en una espiral de depresión. A puro Tafil. Por eso quedó así.
Pero cumplió su cometido. El Centro de Convenciones es un lugar de primera.
En el sexenio pasado, hubo tantas convenciones que rivalizábamos con Las Vegas, en Nevada, donde hay montonal de ellas. Allí donde en los tapetes verdes de las mesas de juego se apuesta a la vida y se respeta al que gana, aunque siempre la casa gana. Si usted se topa con alguien que llega de Las Vegas, y le pregunta cómo le fue, todos les van a decir que ganaron. Mentira. Allí sólo la casa gana.
LOS LASALLISTAS
Pero yo fui a otra cosa, no a hablar de ese inmueble.
La generación de estudiantes del Colegio La Salle (2008-2011) tenía su ceremonia de fin de cursos de preparatoria. Los grupos terminaban curso escolar y, sucede que allí, entre tantos estudiantes, tengo una sobrina querida y consentida, María Fernanda Aradilla Haaz, hija de mi hermana Flor, que es estudiante modelo para nosotros. Becada en su carrera, un par de días antes, cuando les entregaron en el Salón Balbeck los certificados de estudios, recibió una sorpresa. De Puebla, de la afamada Universidad de las Américas (UDLA), donde había ido a someterse a examen, una gente enviada por ese instituto, que tiene fama mundial de forjar generaciones brillantes, llegó y le entregó una Beca de Excelencia en propia mano. Había sido aceptada con beca al cien por ciento, lo que llenó de orgullo a su madre y a toda su familia.
Esas becas son más peleadas que el oro de Fort Knox. Solo se entregan 10 a estudiantes de Puebla y Cholula, y creo que 10 a todo el país. Promedio de 9.5 y cada semestre mínimo 9.0, lógico, sin reprobar nada. La universidad buscando a sus cerebros. Lanzando sus redes para que sus egresados honren esa casa de estudios. Marifer enorgullece a su familia.
Fiesta bella, estudiantes que buscan la preparación. Padres orgullosos. El todo Veracruz, diría Nacho Gómez, excepcional cronista de sociales de Telever, en esa fiesta que terminó al amanecer y yo, con estos ojos que a veces miran bien, vi ese anochecer veracruzano, bello y hermoso, donde las palmeras están borrachas de sol.
EL ASCENSO DE DEL CASTILLO
Esa misma noche, en esa fiesta, mientras la música tocaba sin parar, una llamada entró a mi Nextel. Un corresponsal sin sueldo de Xalapa, me alertaba.
Me daba la nueva. Había cambios en el gabinete duartista.
Se iba Harry Grapa, de apellido de engrapadora.
Llegaba el siempre fiel, Juan Manuel del Castillo.
¿Adónde?, pregunté a mi Wikileaks de petatiux.
A la secretaría particular, respondió.
¿Y eso es ascenso o retroceso?, pregunté como ignorante perdido.
- Ascenso, gritó a todo pulmón.
Tiene la secretaría particular tanto poder como el gobernador le quiera dar al titular.
Juan Manuel del Castillo González, abogado, egresado de la Escuela Libre de Derecho, donde salen puros genios peralocas, con dos maestrías, cordobés como Javier, de esa generación de chamacos que de chiquillos jugaban en pantalones cortos en las calles, se aupa con la mayor confianza de su jefe, el gobernador Duarte.
Esa secretaría particular, me dice alguien que presume saber de esas cosas, es un mundo de trabajo. Controla la agenda del gobernador, ve todos sus pendientes, acuerda con los secretarios, esquiva como Messi a los pide chamba y pide chichi, y las noches deben ser eternas y a veces muy aburridas. Nada hay como huir a meterse un pegue. De marcha, como dicen los españoles. Chamba despiadada, otras veces hay que aguantar el mal carácter del jefe cuando llega enojao. Algunas, pocas, se celebran los triunfos. Tiene su recompensa, todo poder fortalece el espíritu, diría Kamalucas, un filósofo de mi pueblo.
¿Qué le esperará a Juan Manuel?
No lo sé. Lo único que sí sé es que tiene toda la confianza de Duarte de Ochoa, y a él se debe y a él le responderá, como cuando un soldado cuida a su general en frente de batalla.
Hubo otros cambios. Un cordobés al IVAI, y la Secretaría de Seguridad Pública regresa a manos de un civil. El único problema en este estado, es que cada que se nombra a un funcionario hay que dispensar algunos asuntos legislativos porque, o es ‘patito’ o no se puede por los candados que ellos mismos fijaron, el que llega es chilango fuereño, como éste Bermúdez, que quiere poner paz en la seguridad pública.
El mundo de la música de luto. Matan a Facundo Cabral, se oía por doquier. Facundo, aquel que ni era de aquí ni de allá, cayó victima de esa violencia que no para en el mundo. Descanse en paz.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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