*De Harry S. Truman: “Si no puedes vencerlos, confúndelos”. Camelot.
Por: Gilberto Haaz Diez
CHAVEZ Y CUBA
La medicina cubana, dicen algunos conocedores, es de las más avanzadas en el mundo. Una vez platiqué con Manuel Lila de Arce, exsecretario de Salud del gobierno en el sexenio pasado, que hizo un par de meses de estadía en hospitales cubanos, tiempo antes de ser funcionario público veracruzano. Lo becó la UNESCO, una rama de la ONU. Otro tiempo de hace unos tres años, en La Habana, comí con un médico de esos que tiene el barbón Castro: sufridor, muy trabajador, con 17 mil consultas diarias y no sé cuantas operaciones quirúrgicas al día, uno de esos doctores que honran el Juramento de Hipócrates, el llamado Padre de la Medicina, y que viven en la muy medianía de su salario. Le invité a comer en El Templete, uno de los restaurantes de lujo que existen frente al mar, y que había sido propiedad de unos cubanos españoles apellidados Mier-Diez, que salieron huyendo cuando Castro se agandalló toda la propiedad privada. El médico, que era amigo de Lila, al recibir mi llamada de invitación me pidió si podía llevar a esa comida a su esposa y a un hijo, que andaba rayando en la mayoría de edad. Los tres comimos y supe del cómo viven. Del cómo sufren. Del cuánto les falta. Había llegado en un auto destartalado y viejo, que había pedido prestado a un amigo doctor. Para tener auto propiedad del Estado en Cuba, tienen que formar fila y a los años les dan uno de esos que dan pena y que apenas rolan. Una carcachita del cincuenta y tantos. Pidió permiso si podía ordenar una carne. Adelante, respondí, pide y come lo que quieras. Es de esos médicos afamados que salen del país a dar conferencias y operan quirúrgicamente fuera de La Habana. El hijo permanecía semi callado, los jóvenes en Cuba así andan. El silencio es esa cruz que cargan muy pesada. Le dije que en nuestro México sería un médico exitoso, con casa propia, par de autos y buen sueldo. Lo sabía. ¿Por qué no te vas con tu familia?, pregunté como si no supiera el porqué no se van. No podía. Sí salía con la esposa, el hijo se quedaba retenido. Nunca la familia completa. Los candados de la Revolución para que su gente no abandone la medianía en que viven. Solo me acordé de eso porque leo que el locochón Hugo Chávez anda por esas tierras cubanas en busca de esos afamados y chingones médicos a que le curen un cáncer de próstata. También recordé que fui a uno de esos hospitales, a las afueras de La Habana, por llevar medicamento de cáncer a un amigo que lo padecía en Veracruz, y que lamentablemente murió. El periodista Rogelio Freyre (q.e.p.d.). No pude conseguirlo, porque me pedían la receta médica, que no llevé, para darme el medicamento a ese cáncer especifico.
TRES TRISTES TIGRES
Hace cosa de nada, departimos tres tristes tigres, un médico pediatra, Romero Tello, un diputado local, Víctor García Trujeque, y quien esto escribe, o sea yo, comimos opíparamente y platicamos un rato. El doctor José Manuel Romero Tello es coordinador de Protección contra Riesgos Sanitarios de la Jurisdicción Sanitaria número 7, donde se extraña a la doctora Eva Campos. Hace nada, hicieron una inspección a 8 hoteles de paso, en la cual suspendieron del servicio aproximadamente 40 cuartos, los sellan, se parecían al Giglio de la Opera, uno rascuache que me hospedé en Roma, Italia. Víctor, dirigente electricista, cumple un trabajo sin descanso, diputado y a cargo de un área de suma importancia en el SUTERM nacional, donde el presidente Calderón hizo una limpia y dejó en mejores manos la conducción sindical del desaparecido SME. Dicen que Calderón, cuando ve a Trujeque, lo saluda con afecto. Han realizado un buen trabajo en esa responsabilidad durísima, y Víctor no se olvida de sus paisanos. Ahora trabaja al triple, pero eso le da vitalidad para cumplir con Veracruz.
CONCLAVE DE CALDERON
Los partidos de oposición pegaron el grito en el cielo, cuando el presidente azul se reunió con los suyos. Busca el jerarca de Los Pinos al mejor hombre o mujer para enfrentar al Ronaldo Cristiano del PRI, Enrique Peña Nieto. Va a hacer magia a la Harry Potter y tratar de que uno de lo suyos, o el Cordero que cuida los dineros de Hacienda, o la Chepina que se deslinda de la Gordillo y sus arreglos extracupulares, ganen la presidencia. La Gordillo ya huele a leña de otro hogar, ahora va con peña Nieto, y el presidente se ha enojado. Le mandó a decir, como frase de batalla, la misma que dijo el Flaco Menotti del fútbol, que mucho tiene de política: “El fútbol, como la política, son tres tiempos: tiempo, espacio y engaño”. Y creo que al final la última sale ganando.
PERDONA A TUS ENEMIGOS
Casi al final del servicio dominical, el padre preguntó ¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?
El 80% levantó la mano.
El ministro volvió a preguntar: ¿Quiénes de ustedes están dispuestos a perdonar a sus enemigos?
Todos respondieron, excepto una viejita.
- Señora Nely ¿no está dispuesta a perdonar a sus enemigos?
- Yo no tengo enemigos, respondió dulcemente la viejita.
- Señora Nely, eso es muy raro, ¿cuántos años tiene?
- 98, respondió.
La congregación se levantó y le aplaudió.
- Señora Nely, ¿puede pasar al frente y decirnos cómo se vive hasta los 98 años sin tener enemigos?
- La viejita dulce pasa al frente, se dirige a la congregación y dice: "Porque ya se murieron todas las cabronas.". Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
Por: Gilberto Haaz Diez
CHAVEZ Y CUBA
La medicina cubana, dicen algunos conocedores, es de las más avanzadas en el mundo. Una vez platiqué con Manuel Lila de Arce, exsecretario de Salud del gobierno en el sexenio pasado, que hizo un par de meses de estadía en hospitales cubanos, tiempo antes de ser funcionario público veracruzano. Lo becó la UNESCO, una rama de la ONU. Otro tiempo de hace unos tres años, en La Habana, comí con un médico de esos que tiene el barbón Castro: sufridor, muy trabajador, con 17 mil consultas diarias y no sé cuantas operaciones quirúrgicas al día, uno de esos doctores que honran el Juramento de Hipócrates, el llamado Padre de la Medicina, y que viven en la muy medianía de su salario. Le invité a comer en El Templete, uno de los restaurantes de lujo que existen frente al mar, y que había sido propiedad de unos cubanos españoles apellidados Mier-Diez, que salieron huyendo cuando Castro se agandalló toda la propiedad privada. El médico, que era amigo de Lila, al recibir mi llamada de invitación me pidió si podía llevar a esa comida a su esposa y a un hijo, que andaba rayando en la mayoría de edad. Los tres comimos y supe del cómo viven. Del cómo sufren. Del cuánto les falta. Había llegado en un auto destartalado y viejo, que había pedido prestado a un amigo doctor. Para tener auto propiedad del Estado en Cuba, tienen que formar fila y a los años les dan uno de esos que dan pena y que apenas rolan. Una carcachita del cincuenta y tantos. Pidió permiso si podía ordenar una carne. Adelante, respondí, pide y come lo que quieras. Es de esos médicos afamados que salen del país a dar conferencias y operan quirúrgicamente fuera de La Habana. El hijo permanecía semi callado, los jóvenes en Cuba así andan. El silencio es esa cruz que cargan muy pesada. Le dije que en nuestro México sería un médico exitoso, con casa propia, par de autos y buen sueldo. Lo sabía. ¿Por qué no te vas con tu familia?, pregunté como si no supiera el porqué no se van. No podía. Sí salía con la esposa, el hijo se quedaba retenido. Nunca la familia completa. Los candados de la Revolución para que su gente no abandone la medianía en que viven. Solo me acordé de eso porque leo que el locochón Hugo Chávez anda por esas tierras cubanas en busca de esos afamados y chingones médicos a que le curen un cáncer de próstata. También recordé que fui a uno de esos hospitales, a las afueras de La Habana, por llevar medicamento de cáncer a un amigo que lo padecía en Veracruz, y que lamentablemente murió. El periodista Rogelio Freyre (q.e.p.d.). No pude conseguirlo, porque me pedían la receta médica, que no llevé, para darme el medicamento a ese cáncer especifico.
TRES TRISTES TIGRES
Hace cosa de nada, departimos tres tristes tigres, un médico pediatra, Romero Tello, un diputado local, Víctor García Trujeque, y quien esto escribe, o sea yo, comimos opíparamente y platicamos un rato. El doctor José Manuel Romero Tello es coordinador de Protección contra Riesgos Sanitarios de la Jurisdicción Sanitaria número 7, donde se extraña a la doctora Eva Campos. Hace nada, hicieron una inspección a 8 hoteles de paso, en la cual suspendieron del servicio aproximadamente 40 cuartos, los sellan, se parecían al Giglio de la Opera, uno rascuache que me hospedé en Roma, Italia. Víctor, dirigente electricista, cumple un trabajo sin descanso, diputado y a cargo de un área de suma importancia en el SUTERM nacional, donde el presidente Calderón hizo una limpia y dejó en mejores manos la conducción sindical del desaparecido SME. Dicen que Calderón, cuando ve a Trujeque, lo saluda con afecto. Han realizado un buen trabajo en esa responsabilidad durísima, y Víctor no se olvida de sus paisanos. Ahora trabaja al triple, pero eso le da vitalidad para cumplir con Veracruz.
CONCLAVE DE CALDERON
Los partidos de oposición pegaron el grito en el cielo, cuando el presidente azul se reunió con los suyos. Busca el jerarca de Los Pinos al mejor hombre o mujer para enfrentar al Ronaldo Cristiano del PRI, Enrique Peña Nieto. Va a hacer magia a la Harry Potter y tratar de que uno de lo suyos, o el Cordero que cuida los dineros de Hacienda, o la Chepina que se deslinda de la Gordillo y sus arreglos extracupulares, ganen la presidencia. La Gordillo ya huele a leña de otro hogar, ahora va con peña Nieto, y el presidente se ha enojado. Le mandó a decir, como frase de batalla, la misma que dijo el Flaco Menotti del fútbol, que mucho tiene de política: “El fútbol, como la política, son tres tiempos: tiempo, espacio y engaño”. Y creo que al final la última sale ganando.
PERDONA A TUS ENEMIGOS
Casi al final del servicio dominical, el padre preguntó ¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?
El 80% levantó la mano.
El ministro volvió a preguntar: ¿Quiénes de ustedes están dispuestos a perdonar a sus enemigos?
Todos respondieron, excepto una viejita.
- Señora Nely ¿no está dispuesta a perdonar a sus enemigos?
- Yo no tengo enemigos, respondió dulcemente la viejita.
- Señora Nely, eso es muy raro, ¿cuántos años tiene?
- 98, respondió.
La congregación se levantó y le aplaudió.
- Señora Nely, ¿puede pasar al frente y decirnos cómo se vive hasta los 98 años sin tener enemigos?
- La viejita dulce pasa al frente, se dirige a la congregación y dice: "Porque ya se murieron todas las cabronas.". Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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