El amor, el deporte, la religión y la política son las actividades humanas que más pasión generan entre la población en general y entre los propios participantes. Las grandes tragedias y actos humanos han sido inspirados por alguna de estas cuatro causas. Las relaciones de poder, de posesión, de celos, siempre han sido generadas por estas cuatro causas.
En la zona centro del estado, estamos viendo una telenovela que parece un refrito de las mismas telenovelas que se han visto desde la presidencia de la República para abajo. Recordemos nada más el gran afecto que se profesaban y profesan Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León. Ex presidentes de la República, ambos se provocaron los mayores daños posibles, siendo Zedillo el sucesor de Salinas, logró que se le denomine como ¨el chupacabras¨, o ¨el innombrable¨, y manchó para siempre la imagen de Don Carlos en el imaginario colectivo de los ciudadanos. Sin embargo, hoy Salinas sigue vigente en la política nacional, al grado de ser consultado por el secretario de hacienda de Fox respecto a una reforma hacendaria. Mientras que Zedillo ocupa un lugar académico en una prestigiada universidad estadounidense, y es reconocido entre los especialistas de la ciencia económica como uno de sus pares.
Es normal ¿será?, que entre un presidente municipal saliente y uno entrante haya cierta animadversión, misma que debe de incrementarse cuando el que sale, vuelve a entrar en el siguiente período. Pero, acaso no raya ya en lo ridículo, el pleito entre Paco Portilla y Juan Lavín.
Se sabe que hay añejas rencillas con entre el suegro de Juan y el actual alcalde. Desconozco si cuando Juan Lavín entró en lugar de Paco Portilla, hubo algún tirón entre ellos, quizá porque Juan no era el candidato de Paco, y por ello no recibió el apoyo que esperara o algo así.
Sé que en la actual administración se acusa a Juan de haber apoyado a un candidato que no era Paco, y sé también del resentimiento de Paco al ser superado en votos en Córdoba por la candidata a diputada local y ganadora Paulina, esposa de Juan.
También pude observar como Paco una vez en el poder municipal utilizó a los regidores de oposición para denostar a Juan Lavín con una y mil acusaciones de las cuales la mayoría hoy sabemos que no tenían fundamento. Lo cual auguraba una temporada difícil para el edil saliente.
A la campaña orquestada desde la principal oficina de palacio municipal, habría que añadir un muy difícil cierre de gestión de Juan Lavín, con un mínimo de recursos disponibles que conllevaron a una prestación de servicios públicos deficiente, y a una percepción ciudadana negativa. Así la campaña en su contra y su cierre de año, bastaron para frenar cualquier aspiración política que pudiera tener el Ing. Lavín. Y ayudaron a fortalecer el liderazgo de Paco Portilla entre los priistas del municipio.
Hoy vemos un episodio nuevo, con un cambio de actitud en Juan Lavín. El cambio de actitud se refleja en que decidió dejar la discreción y disciplina partidista, e inició una ofensiva en medios, acusando a la actual administración de no atender las peticiones de información del ORFIS, dejando entrever, que al actuar así la administración de Portilla, habría observaciones que atender, y un desprestigio adicional e innecesario para su persona, con lo cual tanto Juan como su esposa han declarado a los medios aclarando las observaciones y explicando el origen de las mismas por interés de la administración actual por no aclararlas.
Paco y Juan, cada quien a su estilo y nivel, son políticos inteligentes, conocedores de la situación que vive el distrito electoral del gobernador, y ambos saben que antes que sus rencillas personales, está el éxito de la próxima elección. Sin embargo, parece que se les olvidó, cuidar la imagen de su partido ante la opinión pública, mostrando la imagen de gobiernos priístas corruptos e ineficientes, además de revanchistas, enviando un claro mensaje a los electores.
Quien esto escribe está a favor de que se aclare cualquier anomalía no sólo del gobierno de Juan Lavín, sino de cualquier gobierno. No me gustaría pensar que todo ha sido orquestado para dañar la imagen de alguien y fortalecer el liderazgo político de otra persona. México no está para falsas acusaciones –en caso de así resultar-. Y mucho menos, para que resulte que al igual que los ejercicios anteriores del trienio de Juan Lavín, resulte que todas las observaciones fueron aclaradas y se ponga en entredicho la seriedad del ORFIS, por fines puramente personales.
Quizá, por el contrario, esta situación le esté haciendo un bien a Córdoba, mostrando en su debida estatura a los políticos del PRI, para que los ciudadanos tomen las decisiones debidas en la próxima elección. Además de divertir al respetable y darle armas a los enemigos de ambos y de su partido político.
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